Nunca me dejes ir

Capítulo 5: Kenny

Salgo del agua sosteniendo mi tabla. Me siento mejor tras surfear un poco, pero la intranquilidad no se va.

Milka estuvo en mi oficina dispuesta a almorzar conmigo y yo me quedé como idiota sin responderle, para cuando lo hice, fue por mensaje y ella se había ido.

Admito que estaba dudando si aceptar o no porque ella dijo que me estaba invitando para darme las gracias por la ayuda del sábado y eso me molestó porque no quería que lo hiciera por agradecimiento. Sin embargo, comprendí tarde que quizás era una oportunidad para hablar con ella y comenzar desde cero. Hubiera sido la primera vez que hubiéramos estado solos ella y yo, sin fiesta, alcohol y gente de por medio.

Ella ya dijo que olvidara el almuerzo y no creo tener otra oportunidad, al menos que yo hiciera algo.

Tal vez debería aceptar que Milka no es para mí y comenzar a mirar a otras mujeres con otros ojos, buscando conocer alguna con quien pueda tener una relación.

Le guste a Milka o no, no significa que ella quiera una relación.

Dejo la tabla y reviso mi teléfono, encuentro un mensaje de Blue pidiéndome que pase por su tienda a buscar unos papeles que Liam dejó para mí. No tengo ganas de ir hasta allá. Pensaba ir al gimnasio y quedarme en el penthouse del hotel, pedir servicio al cuarto y relajarme antes de mañana donde pasaré el día en reuniones con Liam y Drago por video conferencias.

Ni modo, los papeles deben ser importantes y Blue no es fan de enviar papeles por mensajería. No se siente segura.

Kenny: Voy. Llegaré en media hora.

Blue: Llega cuando puedas. Tengo para dos horas más antes de irme.

Bueno, prefiero pasar por la tienda que es más cerca que ir hasta la casa de Blue y Liam que queda en la otra punta de la ciudad.

Agarro mis cosas, me ducho rápido en las duchas externas dispuestas para surfistas, me cambio de ropa y conduzco directamente a la tienda. Si llego rápido y no me distraigo con nada, puedo regresar a tiempo antes de que haya más tráfico, el de las personas regresando de otras playas con sus autos.

La temporada alta de turista está en su máximo esplendor y últimamente prefiero evitar a las personas.

Me llega una notificación de Triana recordándome su fiesta de cumpleaños el próximo fin de semana. Será una fiesta de disfraces en uno de los restaurantes y me pide que no falte y que debo ayudar a Belle a convencer a Blue para que vaya. Ella no quiere ir sin Liam y usa a sus hijos de excusa.

Kenny: Ahí estaré y prometo que haré mi mejor esfuerzo con Blue.

Triana: No será la única que no pueda beber, Belle tampoco podrá y no habrá padres.

Kenny: No me disfrazaré.

Triana: No tienes opción.

No digo nada, me pondré una máscara y listo.

Al llegar a la tienda, camino hacia la parte trasera porque el lugar está cerrado y Blue debe estar en el taller con Belle, aunque es posible que mi prima se haya ido a su casa con su esposo. Las dos tratan de coordinar el trabajo sin descuidar a sus esposos.

Golpeo la puerta y esta se abre. Maldigo por eso porque no deberían tener la puerta abierta, podrían entrar a robarles.

Entro sin más, cierro la puerta, le pongo llave y camino hacia el taller.

—¡Ayuda, alguien que me ayude!

Me detengo en seco ante la voz… ¿Esa es la voz de Milka?

Corro al lugar de donde proviene y noto que viene detrás de una puerta blanca, la abro y me encuentro con los ojos azules de Milka.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien?

Doy un paso al frente y ella se incorpora con la mano en el pecho.

—Que no se cierre la puerta…Muy tarde.

Giro hacia la puerta y es cuando descubro que no se puede abrir desde adentro.

—Ahora entiendo, te quedaste encerrada y por eso pedías ayuda.

—Sí, y ahora estamos los dos encerrados y Blue está en su oficina y Belle se fue.

Saco mi celular y se lo enseño.

—Me estaba escribiendo.

Kenny: Blue, ven al taller. Milka y yo estamos encerrados en un armario.

Presiono enviar, si no viene en cinco minutos, la llamaré.

—Últimamente nos estamos viendo demasiado. —declara.

Evito voltear hacia ella porque el aroma de su perfume está por todo el lugar y mi deseo de besarla es enorme. No quiero cometer una estupidez.

—¿Qué hacías encerrada aquí? —llamo a Blue y no responde.

—Le hice el favor de hacer de modelo a mis amigas, me estaba cambiando con la puerta abierta y no me di cuenta cuando se cerró.

—Blue no atiende.

—Oh, no, no…No me gustan los lugares pequeños.

Me giro hacia ella y noto que está hiperventilando, me arrimo pasando por alto que está en ropa interior y le pido que me mire.




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