Nunca Me Olvides

Capítulo cuatro: El viaje

María Emilia enjuagaba la vajilla. Su seriedad e intranquilidad se manifestaba en todo su cuerpo, ese estado se debía a su pequeña hija. Durante semanas la impaciencia y preocupación aumentaban. Aldana no era como las demás muchachas, en su corazón poseía una sensibilidad, una nobleza y vulnerabilidad quebradiza. Su madre reparaba en el dolor que disimulaba por las personas que la rodeaban. No hablaba de sus sentimientos, los escondía, pero ella sabía muy bien como sufría. Como madre le costaba asimilar que su pequeña resistía encimada en su mundo, solamente palabras cortantes respecto al asunto y no habría su alma, embestida en un mar de secretos. Ella se enteró de lo sucedido por Andrés pero escasamente se le comento y con amor trato de que Aldana le cuente, pero no logro el cometido. Se enteró con lujos de detalles una tarde por Yamila, estando ausente Aldana. No podía creer lo que escuchaba, como Fernanda y Leonel la traicionaron. Fernanda desde que eran pequeñas, esa niña algo en su condición le anticipaba que tenía que tener cuidado, era una chica ambiciosa y siempre menospreciaba sutilmente a Aldana. En cambio, de Leonel no lo espero nunca. Cristina, madre de Leonel, su mejor amiga, en estos momentos no se hablaban por lo sucedido entre sus hijos. Acertaba que no creía prudente involucrarse, pero ese chico lastimo a su hija y no lograba separar las cosas entre Cristina y ella.

Sintió unos aplausos y giro bruscamente.

-Mamá, te estoy hablando - Andrés se acercó a una fuente de vidrio repleta de frutas y tomo una manzana-

- Hijo- dijo ella atontada- no te escuche cuando entraste, sos muy sigiloso.

-No es ese el problema- mordió la manzana- el problema es que te preocupa Aldana. Tu mente vaga a la expectativa y concentrada en ese asunto.

-Por supuesto-contesto impaciente- me preocupa tu hermana- seco sus manos en el delantal y lo miro para comenzar una charla- cuando tengas hijos vas a entender. Cuando un hijo sufre, la madre sufre.

-Lo sé, mamá... Es chica lo superará. El viaje acasa de tía Esmeralda le hará bien. Ángel tiene su misma edad, y ellos forjaronuna hermandad inexplicable.

La llevará a la playa y se olvidara del rompimiento- comento despreocupado- podrá divertirse y Leonel, Fernanda y los demás que la lastimaron ni los tendrá presente.

-¿Y cuándo vuelva? – ella suspiro y su ansiedad aumentaba-

-La vida no es color de rosas María Emilia- dijo bromeando- está preparada a enfrentar situaciones y que salga de esa caja de cristal en la que siempre la mantuviste.

-Primero no me llames María Emilia, que soy tu madre, respétame- le arrojo despacio un repasador ubicado cerca de ella, él lo atajo riéndose- y segundo tu hermana es sensible, ella cree que el mundo es un cuento de hadas.

- Muy equivocada te aseguro que ya no cree en cuentos de hadas. Y la culpa es tuya María Emilia, ese es otro tema que no hondeare en este momento. Anoche la princesita, en la fiesta de la ex compañera de curso golpeo a Fernanda y a Leonel. Aldana, cuando quiere es una fiera. Esta desilusión la convirtió en otra persona y creció emocionalmente. Ahora sabe que la gente no es confiable.

-¿Por qué hablas de esa manera de tu hermana? Siempre la protegiste y en absoluto quisiste que sufra. Y no te creo que Aldana golpeara a Leonel y a Fernanda.

-Si los golpeo, a mí me parece espectacular. Él se lo merece por mujeriego y ella por mala amiga.  No lo tomes a mal lo que estoy diciendo. Yo quiero con locura a Aldana y por supuesto que no quiero que sufra. Pero las personas débiles siempre sufren. Con lo que paso, Aldana maduro y para tu disgusto lamento informarte que anoche hablo de papá.

- Ya es momento que tenga una conversación con ella sobre su padre. Es grande, tiene derecho a saber. Cuando regrese de Mar Adentro, le contare absolutamente todo. Lo único que trate es cuidarla durante estos años, no la coloque en una caja de cristal Andrés.

-Mamá creo que la subestimas - recalco en un tono elevado en sus palabras- es chica para algunas cosa y para otras no. A mí me contaste, a ella la dejaste de lado, tenía derecho a saber y vos le mentiste descaradamente "para no lastimarla" Y con respecto a Leonel fue su primer amor y no termino de la mejor forma. Yo también estoy preocupado por ella, pero este viaje le hará bien, te lo aseguro.

María Emilia omitió el descontento de Andrés con respecto a su marido. Lo mejor que pudo pasarle a Aldana es no saber de su padre. En Andrés solo vivía el resentimiento y ella se arrepintió que a corta edad supiera la verdad.

-Ojalá, hijo- respondió inquieta- los padres siempre queremos protegerlos del mundo, de las penas, la vida es dura y ella es chica e ingenua. Este amor para ella lo fue todo, más adelante sabrá que fue una decepción y aprenderá de lo que vivió con él, pero en este período sufre por ello.

- ¿Padres?- comento en un tono inflexible- te corrijo, solo es madre y yo no entiendo porque te preocupas tanto- desinteresado del tema-

-Te repito, cuando tengas tus hijos lo comprenderás. Por tu hermana y vos, yo daría mi vida, sufriría yo en lugar de ustedes.

- En esta familia las mujeres son muy dramáticas- Andrés no opinaba como su madre-

-¿Nosotras somos dramáticas?- ella lo observo por el rabillo del ojo- ¿perdiste la memoria? y ¿Tu ruptura con Soledad?

-No sé de qué hablas MARIA EMILIA - él distraído respondió a las preguntas-

- Yo si lo recuerdo, ni al colegio quisiste concurrir. Una semana en cama pasaste. Tu hermana por lo menos afrontó la situación- replico ella con firmeza-

- Soledad es parte de mi pasado- su rostro se volvió firme y distante- ella, no significo nada para mí.

-Sí, seguro- dijo su madre en tono mordaz-

- Bueno, estoy de vacaciones así que las aprovechare. Me retiró a la casa de José... María Emiliaaaaaa- burlándose de su madre-

- No llegues tarde a la terminal a despedir a tu hermana- ella meció su cabeza-




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