Ryan.
—¿Ya puedo volver a la oficina?
—No.
—Por favor, nana. Mes estoy muriendo del aburrimiento—me queje.
—Podrias compartir más tiempo con Allyson y así desaparece tu aburrimiento. ¿O prefieres pasarlo con esa tal Lydia?
Ya empiezan los reclamos.
Había estado soportando días enteros con reclamos por parte de mi nana, debido a que nuestra querida Lydia se le ocurrió la fantástica idea de hacerme una visita.
—¿Tienes tan siquiera una idea de como se sintió Allyson?
—¿Por que debería?
—¡Por favor, Ryan!—alzó la voz—Al menos trata de comprtarte, respetar y tratar a Allyson como lo que es.
—Ya vas a empezar.
—¿Si eres su marido cuando se trata de ella, pero cuando se trata de ti no son nada?—suige—¿Ella no puede hablar con nadie excepto yo, pero tu si puedes traer a tus amiguitas?
—Yo no la invite.
—Sabes que no me refiero a que la hayas invitado a venir o no. ¿Ya olvidaste lo que paso con su amigo?
—No.
La madre del estupido del Raydo había tenido la grandiosa idea de poner una denuncia ante el ministerio público por intento de asesinato, obtuvieron mi información por medio de Katy, quien puede ser una total pesada siempre, sin embargo aun así se negó, y por presión dio mi nombre, dirección, el nombre de mis padres, donde trabajo, y estudio.
No me agrada para nada ella, pero según sus palabras el día que fue la estúpida audiencia, me dijo que sabía que Allyson no estaría de acuerdo con eso. Se disculpo conmigo por haber soltado la sopa. No tuve problemas con eso. Me contó porque lo hizo. Al parecer, la amenazaron con que si no decía lo que sabía la involucrarian como cómplice, a ella y a Allyson.
Entiendo que ella no tiene los mismos recursos para defenderse qué yo. No la culpo.
El asunto es que el idiotita cayó inconsciente, yace postrado en una cama de hospital y al parecer es grave. Cuando su madre se enteró de quien era hijo no dudo en presentarse en la oficina de mi padre. Por suerte no la dejaron pasar, llegue a tiempo para impedirlo.
Estaba claro que iba a buscar una algún beneficio de eso. Trate de que mi padre no se enterara,fue imposible, ya estaba involucrado.
Cuando la dichosa notificación llegó, me acompañó a mi nana y a mi a la audiencia, Benjamin, su abogado también. Por supuesto, llegaron a un acuerdo donde tenía que pagar todos los gastos de hospital del chico, sus terapias, y todo lo qué necesitará para que volviera a la normalidad. En el acuerdo también se acordó que recibirían una considerable cantidad de dinero solamente si retiraba la demanda y los cargos contra mi.
El tipito no era muy diferente a mi. Lo investigue a fondo, y lo que descubrí no era para nada la pinta que aparentaba darles a Allyson y Kate. Su historial era incluso peor que el mio, lo habían expulsado de varias escuelas y había ingresado al colegio de Allyson con mentiras para conseguir una beca, lo que causó que se ganara la compasión de Allyson y su amiga.
En lo único que no mintió, fue en que su economía no era del todo buena. Pero solo era una mala racha que pasaban, su madre tenía un buen empleo. Aun así, no desaprovecho para exprimirle el bolsillo a papá. Me ofrecí a pagar lo que la señora doña mamá de Raydo exigía, pero mi padre se negó.
Solo me amenazó con no volverme a meter en este tipo de líos. No quise contarle nada a Allyson. Quien ahora se está portando indiferente conmigo por la visita de Lydia.
Lydia era otra que no soportaba.
Mujer tenia que ser.
Ser le ocurrió aparecerse aquí solo para joderme. Se la pasó todo el rato reclamándome que no hubiera escuchado a Allyson cuando ella tuvo el detalle de subir un plato de comida para mi. Encima, me obligó a bajar a comer. Literalmente me tomó por las piernas y me tiro de la cama, amenazando que si no bajaba me aventaria por las escaleras rodando.
Para ser honesto, si la creí capaz. Esa chica era toda la representación de la mascunilidad en mujer. Tenía incluso más fuerza que yo. Así que antes de que me volviera a aventar, me puse de pie y baje a regañadientes.
Lydia se quedo a comer, para asegurarse de que lo hiciera. Y que no volviera a despreciar a Allyson, quien estuvo tensa en toda la cena. No le quito la mirada a Lydia en toda la noche, pero ella no pareció notarlo.
Incluso la incluía en los temas de conversación que sacaba con Ramona, para todo le pedía su opinión sin embargo ella muy apenas respondió. Un ejemplo fue cuando comenzó a compararme con mi padre, le pregunto si opinaba eso. Casi me dio un infarto como le diera la razón. No respondió, hasta lo preferí de esa manera.
No soportaría la idea de saber que ella creía que fuese igual a Black.
Sacaron otros temas, olvidando ese. Lydia era muy extrovertida. No le paro la boca en todo el rato que estuvo aquí. Desde entonces, Allyson ni siquiera me dirige la palabra. Ni la mirada. Y mi nana está molesta conmigo.
—Tú si puedes tener amigas, y salir con ellas—continúa—Pero ella no puede siquiera ir a hacer un trabajo para la escuela.
—Yo soy hombre.
—Ah—esta vez si que se enfadado—Tu eres hombre. Ese estúpido argumento de "Yo soy hombre" es del siglo pasado. Madura, y comportate como lo que son. Por que aunque sea temporal, te guste o no, están casados. Son marido y mujer.
—¿Quieres dejar de recordarmelo?—me frote la sien, fastidiado—Me ha quedado bastante claro ya. Me lo recuerdas cada cinco minutos.
—Y te lo seguiré recordando hasta que te comportes como tal.
—Ya.
—Mira, Ryan. Allyson ha hecho el intento, lo sabes. Tienes que poner de tu parte también.
—No estoy de humor para sermones, nana. Me duele la cabeza.
Me recosté en mi cama, tapando la luz de la ventana con mi brazo.
—Deja de ser tan terco y cabezota.
—Por favor, solo quiero dormir—me queje cuando el latigazo de dolor me azotó en el cráneo.
—Ryan, no arruines el aprecio que Allyson tiene aun por ti.
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Editado: 15.02.2025