Ryan.
La muerte de Josephine fue algo tan inesperadamente abrumador. Allyson ha estado más triste de lo normal. Le he dicho que si lo desea, puede volver con su padre el tiempo que resta del contrato.
Se ha negado.
Ramona se ha encargado de cuidarla, y Kate su amiga junto a su madre vienen seguido a visitarla. No me he opuesto, sé que ella necesita mucho apoyo qué probablemente yo no le puedo brindar. No porque no quiera hacerlo, sino por no se como dárselo.
Además, justamente días antes que Josephine falleciera, una noticia me sacudido por completo y todo tuvo sentido de nuevo.
Las dos semanas que me había tomado de descanso ahora se habían convertido en un mes. Había asistido a la dichosa junta qué mi padre quería y no he vuelto a pisar la oficina. Lydia me mantiene al tanto de las cosas que debo saber. Le he pedido que no vuelva a aparecerse por aquí de nuevo. Por Allyson.
Esto está siendo difícil. Muy difícil. No creo poder sobrellevarlo, tantas noticias en poco tiempo.
Ramona es lo único que tengo de mi madre biológica, pues se conocieron desde pequeñas y en cuanto se entero que me habia dejado a cargo de los Williams quiso estar cerca de mi. Jamas le contó a ellos qué conoció a mi madre en vida y aunque Sophie se opuso a que me cuidara no le quedo otra alternativa cuando sus viajes se hicieron más frecuentes. Clint ya era un poco mayor y el no requería los cuidados de mi nana.
Al principio estaba enfadado con ella por habérmelo ocultado. Pero comprendí que a ella no le correspondía decírmelo.
Ha sido tanto que sobrellevarlo en tan pocos días, por lo que ahora, Allyson y yo estábamos asistiendo con un psicólogo. Ella por lo de su madre, y yo... por todo lo que había sucedido en toda mi vida. Incluyendo la muerte de Josephine. Su partida ha sido el detonante de que este ahora, aquí sentado, esperando mi turno para entrar con el loquero.
La salita de espera me causa migraña. El color blanco insoportable de las me recuerda a todo el entorno en el que crecí. No era para nada agradable. Mi humor tampoco.
Allyson se encontraba en terapia en este momento.
Junto a mi, estaba Ramona.
Habíamos tenido una gran conversación que llego a los gritos cuando le dije lo que Thelma me había revelado, en ese momento ella se echó a llorar y me confesó que siempre lo supo. Ella siempre supo que ellos no eran mis padres, que no eran mi familia.
Furioso, le exigí que me dijera todo lo que sabía. Me contó que mis padres habían muerto. Ambos. Y que en cuanto ella lo supo me buscó para cuidarme. Aunque no tenía los recursos, encontró otra manera de hacerlo. Siendo mi nana.
Supongo que, si tuvo mucho que ver su presencia en mi vida.
Un día, hasta llegue a darle el obsequio del día de las madres que había hecho en el colegio cuando era un crio. Aunque a Sophie casi le da un infarto por eso.
Ahora que lo veía, no todo había sido malo. Y eso en eso poco que no lo fue, Ramona siempre estuvo. Así que, si me llegarán a preguntar, Ramona es mi madre. Ellae ha cuidado, y me ha regañado como lo hace una.
Con Josephin, ella... ella me acogió en su familia, siempre era linda conmigo. Incluso se preocupó más por mi salud que mis propios padres.
Siempre me va a doler su partida.
Allyson salió, era mi turno.
Sinceramente solo hacia esto porque Ramona me había obligado. En todo este tiempo había tenido problemas para consolidar el sueño, yo sugerí comprar somniferos, pero ellae trajo a un psiquiatra.
No estaba de acuerdo, pero me dijo que si quería estar bien con Allyson debía empezar por mi mismo. Así que no tuve más remedio que estar aquí.
Entre a la oficina, contrario a lo que pese era de un color gris oscuro, qué hacía contraste con unas columnas de color beige.
La psiquiatra, psicologa o lo que sea me miraba a la espera de que hablara. Pero no lo hice. Me preguntaba cosas, que muy apenas respondía.
Solo quería que terminara el tiempo estimado y poder largarme de aquí.
—¿Y bien Ryan? ¿No vas a hablar en toda la sesión?
—No.
—Vale. Será una larga hora entonces.
Bufe.
Se mantuvo en silencio, mirándome con media sonrisa en el rostro. Era incómodo. Pero me negaba a ceder.
—Yo no necesito hablar con un loquero—sisee
No pareció ofendida por el término que usé. Solo asintió, sin borrar la media sonrisa.
—¿Por que crees que no necesitas terapia, Ryan?
—Porque eso es solo para los locos que estan mal de la cabeza.
—¿Tu no estas "mal de la cabeza"?
—Por supuesto que no.
—¿Entonces por qué estas aquí?—no me quitaba la vista de encima.
De hecho, creo que hasta ni parpadeaba.
—Mi nana me obligó a venir.
—¿Tu nana?
—Cree que necesito estar frente a un psiquiatra y contarle mi vida.
—¿Tu nana cree que estas mal de la cabeza?
—Eso lo ha de creer todo el mundo—espete molestándome—, en especial Allyson.
Me molestó el hecho de que ella creyera que estaba mal de la cabeza.
—¿Crees que Allyson piensa eso de ti?
—No lo creo, lo sé. De narcisista no me baja—la ira se hizo presente poco a poco.
—¿Tu crees que eres un narcisista?
—Yo que voy a saber.
—¿Sabes al menos que es un narcisista?
La pregunta se quedo flotando entre los dos. No tenía ni idea de la definición de la palabra. Lydia me había llamado así, Katy también. No me importaba en lo absoluto su opinión, sin embargo Allyson... ella jamás me había llamado de esa manera. No que yo escuchara.
—Una persona narcisista es incapaz de sentir empatia, Ryan—explica ante mi silencio—. Sienten que merecen tener mas privilegios que otros, y recibir un trato especial. Es una afección mental en la cual una persona tiene un sentido exagerado de egocentrismo, por lo cual se le dificulta sentir compartir los sentimientos de los demás.
—¿Cómo se si soy eso?
—Tu deberías decírmelo. ¿Creer que eres uno de ellos?
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Editado: 11.04.2025