Ryan.
Esa tal Wendy es desesperante. A cada nada se está metiendo en lo que no le importa. A diferencia de Lydia (qué también se mete en lo que no le importa) ¡Pero ella si me agrada! Y aunque no lo hiciera, he de reconocer que Lydia me ha hecho ver en todo lo que estoy mal, aunque yo no quiera verlo.
Razón por la cual estoy agradecido.
Justo ahora, Lydia se encontraba en mi oficina. Le estaba mostrando que oficialmente la propiedad donde residimos mi queridisima esposa y yo, ahora es de nosotros. Al final, no le di la noticia a Allyson ya que, no pensé en que fuese a tardar tanto tiempo para adquirir los papeles a nuestro nombre.
Aun no le contaba a Allyson, pero por fin los tenía en mis manos.
El asunto es que, mientras le pedía a Lydia una idea de como darle la noticia de una manera especial, esa chica entró en mi oficina a meter su cuchara en lo que no le importa.
Incluso a Lydia parecía molesta con eso.
Justo ahora esperaba una respuesta por parte mía que ni de broma recibiría. Había visto los papeles en mi mano, y a Lydia emocionada. Ella y yo planeabamos como darle la sorpresa a Allyson justamente hoy.
Cuando me escucho decir que hoy era un día especial, no perdió el tiempo para preguntar por qué.
—Ehm, no es por ser grosera, pero es un asunto privado—le dijo Lydia en respuesta.
Claro que, ella era demasiado metiche.
—¿Es para tu novia?—se dirigió a mi—¿Es la misma chica con la que salias antes de terminar el bachillerato?
—Ya lo ha dicho Lydia, no te importa.
—Puedo ayudarles a organizar lo que sea que están organizando—se ofreció.
—No es necesario—se negó Lydia.
—Les aseguro que tengo buenas ideas—insistió —. Si es para tu novia, me encantaría ser de ayuda.
—Primero, ya te dije que no te compete—hable de nuevo—Segundo, ya te dije que no.
—Vamos, me gustaría conocer a tu novia.
—No creo que a ella le agrade la idea—murmuró Lydia.
—¿Tu la conoces?
—Eh... —Lydia me miro, en busca de ayuda, al final opto por huir—Ya me voy a seguir con lo mio—retrocedió un para de pasos sin perder de vista a la pelirroja, que esperaba una respuesta de mi parte..
Lentamente se acercó a la puerta, la vio una última vez, hizo un gesto de desagrado señalando a la chica. Lo que me causó un poco de risa.
Ella estuvo a punto de decir algo pero Lydia la interrumpió antes de salir.
—Ah, Ryan. Me cuentas como te va con eso de lo que hablamos.
—Claro.
—Bye—salió por completo.
Me costó mucho quitarme de encima a Wendy. Quien me corregia cada que la llamaba así, disque se llamaba Gwenn.
No nos engaña, tiene cara de Wendy.
Una vez estuve solo, volví ya sacar los papeles.
Hoy hace dos años le había pedido a Allyson qué fuera formalmente mi novia. Hoy hace dos años que estábamos juntos, pero no siquiera habíamos llegado a cumplir un año juntos cuando a mi padre se le ocurrió la grandiosa idea de casarnos.
Había pasado lo que había pasado, y ni siquiera nos habíamos dado cuenta de cuando pasó un año de ese día. Oficialmente, en el acta de matrimonio decía que la fecha de nuestro casamiento un par de meses después, pero oficialmente hoy era el día en que ella se convirtió en mi novia, por lo que era eso que las parejas tanto joden como Aniversario.
No planeaba nada como una cena, o algo, dudaba de si ella quisiera "celebrarlo," así que solamente le daría la sorpresa que le tenía preparada.
La tal Gwenn volvió a aparecer en mi oficina una hora después, para algo a lo que no le preste atención.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—No.
—¿Es cierto que estas casado?
Eso me pillo desprevenido. ¿Cómo rayos se había entrado? No creía que Lydia le hubiese contado ya que, no le agrada ella. Además, si algo sabía hacer, era mantener la boca cerrada.
—¿Quien te dijo eso?—ni siquiera me moleste en enfadarme.
No importaba si se supiera que estaba casado, lo que me importaba es que se mantuviera en privado la identidad de Allyson, tal como había pautado Gabriel.
—Es un rumor que escuche por la oficina, ¿es cierto?
—Mi vida privada no te interesa, Wendy.
—Me llamo Gwenn—corrigió por enesiva vez—¿Por que no nos contaste?
Parecía decepcionada.¡¿Pero de que?!
—Escucha Wendy...
—Gwenn.
—Eso, Gwenn. Debería preocuparte mejor en hacer tu trabajo bien, en vez de meterte en mis asuntos.
—Esa chica Lydia se mete en tus asuntos—murmuró—. Solo quiero saber por que nunca nos contaste de tu matrimonio.
—¿A quienes?
—A nosotros, tus amigos.
Solté una risa sin ningún tipo de gracia.
Esas personas que alguna vez considere "amigos" solo eran un grupo de personas iguales a mis padres. No recuerdo haber tenido un amigo real en mucho tiempo, de hecho jamás lo había tenido. Sabía lo que era la amistad, lo veía en Allyson y Kate. Más allá de las diferencias circunstanciales de ambas, sabía que su amistad era sincera ¿como lo sabía? Lo había visto en ellas cuando Josephine murió, Kate no dejó sola a Allyson en ningún momento. La defendió las veces que me pase de estúpido con ella, como aquella vez en la casa del otro idiota.
Yendo a terapia, me di cuenta que todo mi entorno estaba rodeado de personas como mis padres, y eso era algo que quería cambiar.
Mucho tiempo quise ser como ellos, intente ser como ellos. No era como ellos, no quería ser como ellos.
La primera vez que invite a salir a allyson me rechazo, justo por tratar de ser igual a ellos. Me di cuenta que, las cosas que hacían, humillar, denigrar y creerse superior a los demás no era algo que me enorgulleciera intentar ser.
Ese no era yo.
En mi tiempo con Allyson como novios, abrí los ojos respecto a eso.
—Yo no tengo amigos—tomé las escrituras dispuesto a marcharme de ahí.
Gwenn me siguió hasta el pasillo, cosa que deteste. ¡Pero que chica tan insoportable! No perdía ningún momento para venir a cagar el palo a cada nada.
#1405 en Novela romántica
#525 en Chick lit
matrimonio por contrato, amor sufrimiento dolor, peleascelos
Editado: 11.04.2025