Capítulo XX

Allyson.

—Ramona.

—¿Qué sucede, Allyson?

Note la preocupación en su voz. Eso se debía a que la había llamado por su nombre. Jamás lo había hecho desde que llegue aquí.

—¿Tú sabes lo que es estar enamorada?

Su rostro pasó a ser de alivio cuando escuchó mi pregunta.

—¿Por que la pregunta, cariño?

Corrí la silla del mesón y me senté frente a ella. Siempre se sentaba aquí para bordar.

—Ryan dijo que estaba enamorado de mi.

Dejó su aguja encajada en la tela en la mesa, formando una sonrisa en su rostro.

—¿Dijo eso?

—Lo dijo, pero...

—¿Pero?

—Me pregunto si sentía lo mismo, pero no se si estoy enamorada—comencé a ponerme un poco nerviosa—¿Tú sabes lo que es estar enamorada? ¿Sabes lo que es al amor?

Mi primera opción era preguntarle a papá, sin embargo desde el día de mi graduación no lo había visto. Lo he llamado, pero muy apenas responde.

Como me encantaría que mi madre estuviera viva para poder preguntarle a ella. Estoy segura que me ayudaría a encontrar las respuestas de mi mente.

—Bueno, cariño. Alguna vez estuve tan enamorada del padre de mis hijas.

—¿Cómo lo sabias?

—¿Cómo sabia que lo ama?—asentí—Supongo que por todo lo que fui capaz de hacer por él.

—¿A que te refieres con eso?

—El amor va más allá de un simple sentimiento, Allyson. El amor te hace hacer cosas que no te lo imaginas.

—¿Cosas como cuales?

—Locuras—detecte un atisbo de nostalgia en su mirada—Cuando yo conocí al padre de mis hijas, cometí muchas locuras por él. Por que lo amaba.

—¿Qué cosas hiciste?

—Cuando lo conocí me enamore de él inmediatamente ¿Sabes? Fue amor a primera vista—comenzó a relatar—. Trabajaba donde mismo que yo. Al poco tiempo de conocernos, me fui a vivir con él. Me prometió muchas cosas que jamás cumplió. El fue alguien que me lastimó mucho, sin embargo yo seguía con el porque lo amaba. Renuncie a mi trabajo por el, renuncie a mis estudios por él. Renuncie a toda mi vida por él.

Mi reacción fue de total asombro.

—¿Sabes como me pago?

—¿Como?

—Humillaciones, infidelidad, maltratos—solto un suspiro—Alguna vez llegué a solsparle sus acciones sus acciones solo por lo amaba.

—¿Qué hacía?

—Lo acusaron de robo a una propiedad, hice todo lo posible por demostrar que el era inocente. Trabaje mucho tiempo para contratar un abogado que lo defendiera. Ana tenía dos años, y Chiara acababa de nacer.

—No era inocente ¿Verdad?

—No. Lo peor de todo es que me culpe para que el pudiera salir libre.

—¿Y tus hijas? ¿Qué pasó con ellas?

—Lo justo hubiese sido que él, como su padre se encargara de ellas mientras yo pase esos meses en prisión. Al principio lo hizo, pero después las dejó a su suerte. Si no hubiese sido por mi madre que se las llevó, no se que habría sido de mis hijas.

—¿Y seguiste con el?

—Sí. Me condenaron a nueve meses en prisión. Mi madre llevaba cada fin de semana a mis hijas para verlas. El no fue a verme una sola vez. Y cuando me dejaron libre cuatro meses antes al darse cuenta que yo no había sido la responsable, me regrese vivir con él.

—¿Regresaste con él?

—Lo correcto hubiera sido que lo dejara ¿No?—solo asentí de nuevo—. El me prometió que cambiaría. Y yo le creí. Después todo fue empeorando. No me daba dinero par la comida de las niña, para los gastos de la casa. Pronto me enteré que veía a otras mujeres, aún así creí que podía cambiar.

—¿Por qué?

—Por que el amor es ciego, cariño. El era como era, y aun así yo lo amé hasta el cansancio. Daba mi vida por el.

—¿Y lo dejaste?

—Después de muchos años. Por mis hijas, ellas no merecían la vida que les estaba dando—hace un pequeña pausa antes de continuar—El punto es que, me enamore tanto de él que no me importaba nada. No me importa como me tratara, no me importó. Lo amé aun con todos sus defectos.

—Entonces ¿Eso es estar enamorada?

—De eso se trata. Amar al alguien significa, despojarse de si mismo. Dar todo por esa persona sin esperar nada a cambio. Amar no solo sus virtudes, sino también sus defectos.

He aquí de nuevo mi dilema. ¿Yo era capaz de soportar algo así por Ryan? Aunque Ryan ni era así...

Los últimos meses se ha comportado diferente, nada como al inicio.

—¿Cómo se si de verdad estoy enamorada de Ryan?

—¿Cómo te sientes cuando estas a su alrededor?

La boba sonrisa me delató.

—Siento algo extraño en el estómago, algo como cosquillas. Me siento, tranquila y feliz. Quisiera compartir sus pensamientos, sentimientos, todo. Me preocupa que pueda enfermarse de nuevo. Quiero que sea feliz... conmigo.

Senti el rubor en mis mejillas. Wow, no creí jamás decir en voz alta aquello.

Lo cierto es que Ryn despertaba en mi, eso y mucho más.

Saber que el estaba enamorado de mi, me hizo sonrojar aun más.

—No quisiera que...—continúe—, no quisiera que nada cambie entre nosotros ¿sabes como?

—Si, lo sé.

—Todo está yendo de maravilla que me aterra que algo cambie.

Alzó su mano hasta ponerla por encima de la mía, en un gesto reconfortante.

—El está haciendo el esfuerzo, cariño.

—Lo sé. A veces siento que yo no. Eso es lo que me aterra, que... —mi sonrisa flaqueo—¿Y... ¿Que pasa si ese esto que siento por el se termina? ¿O si el..., deja de estar enamorado de mi?

——Hay una frase que dice Si el oro se óxida, en realidad no era oro. Es lo mismo con el amor. si el amor se acaba, no era real.

¿Qué me aseguraba que Ryan me amara de verdad? ¿Por que tenía tantas dudas?

—No tengas miedo de que puede pasar. Si lo que hay entre ustedes es real, perdurara sin importar la circunstancias.

—¿Pero ¿Tu y tu esposo...?

—Es diferente, Allyson. Entre mi ex esposo y yo no había amor. Al menos no de su parte. Y el amor siempre tiene que ser recíproco. No puedes dar todo de ti sin recibir nada a cambio. A la mala lo aprendí.