Nunca pensé enamorarme de ti

Capítulo XXII

¡EN EXCLUSIVA!

RYAN WILLIAMS, ¿EN UNA RELACIÓN?

El hijo menor del magnate hombre de negocios Black William, Ryan Williams, fue captado muy cariñoso a las afueras de un restaurante de cinco estrellas en la ciudad. Esta mañana, unas fotografías del menor de los Williams dieron vueltas por todo el Internet.

El joven Williams, es conocido por seguir los pasos de su padre a tan temprana edad, también es conocido por la gran fortuna que sus padres han acumulado durante más de tres décadas. Rumores aseguran que hace un par de años, Ryan Williams contrajo matrimonio con una misteriosa chica, el cual ambos fueron parte de un acuerdo mutuo. Nunca se afirmó, ni desmintió este rumor ante la prensa.

¿Será verdad?

Hoy por la mañana se dieron a conocer una fotografías donde se le ve muy cariñoso con una chica. Para nadie es un secreto que el menor de la familia es en verdad atractivo, guapo y cotizado. A simple vista se puede observar al joven Williams sonreir felizmente, abrazado a la chica misteriosa de la cual su identidad es aún desconocida. Si prestas atención a las fotografías, esta mujer misteriosa le besa la mejilla.

¿Quién es esta chica? ¿Cuál es su nombre? ¿Será ella con quien se arregló el supuesto matrimonial? ¿Cuales serán las razones de este?

Ryan.

Mierda.

Gabriel estará furioso.

No puedo creer como no me di cuenta que nos tomaron esas fotos. ¿Cómo rayos no note que ese estúpido paparazzi fisgón, entrometido y sin escrúpulos estaba frente a nosotros?

¿Como no lo vi?

—¡Carajo!

Le di una patada a la silla, mandandola al suelo.

Afortunadamente, en ninguna de las fotografías se ve el rostro de Allyson. Eso era lo que me preocupaba.

Aún así, estoy un poco alterado.

—¡Se suponía que esto debía quedar en en secreto!

—¿Quieres calmarte?

—¡No me digas que hacer!—mande la otra silla al suelo junto a la otra.

—A este paso destruiras por completo la oficina.

—¡Era tu maldito trabajo mantener esto privado!—le reclamo—¡¿Por qué carajos no lo impediste?!

—¡¿Crees que yo controlo qué sale en esa revista o no?!—inqurió, incrédulo.

El incrédulo fui yo con su respuesta.

Durante años fui testigo de como mi padre controlaba cada cosa que salía referente a su imagen y la de mi madre. Como sobornó a miles de paparazzi con tal de que su imagen se mantenga intacta. Como algunos "misteriosamente" desaparecían del ojo público, o jamás volvías a ejercer su trabajo.

—Tienes ese poder.

La cólera se estaba apoderando de mi. Toda la mente se me nubló, y el único instinto que tuve, me vi lanzandole lo primero que tuviera a la mano. Claro que no lo hice.

Uno... Dos... Tres...

—Efectivamente, tienes razón—habló con un tono de calma que, en vez de calmarme me dio más coraje—. Pero, yo no sabía que esas fotos existían. Y al parecer, por tu reacción, tu tampoco.

—Veamos si sigues tan calmado cuando Gabriel vea ese artículo—espete.

—No tiene porque estar molesto, la identidad de tu esposa no ha sido expuesta.

—Tu padre tiene razón, Ryan—habló ese chico Demian por primera vez. Había estado observando la escena desde que vi la estúpida nota sobre mi y Allyson—. No tienes porque alterarte, ni destrozar tu oficina.

—¡A ti nadie te pidio tu opinión!—exclame furioso.

—Solo digo que no es para tanto.

—¡¿Tu que vas a saber?!—lo apunte con el dedo—Mejor callate y no te metas en lo que no te interesa.

Había estado aquí en mi oficina intentando ponerse al corriente de todo lo que Lydia hacia. Mi padre también ha estado en mi oficina, quiere asegurarse que me prepare bien para asumir la responsabilidad completa sobre el corporativo.

Tomar ese puesto significa más horas de trabajo. Más horas de trabajo significa menos horas junto a Allyson. Cosa que me molesta más.

—Calmate, Ryan. No tienes por que hablarle así a Demian.

—No me voy a calmar hasta que esté maldito embrollo se solucione.

—Mira, no creo que Gabriel se entere de esto. Esta demasiado ocupado perdiendose en la bebida por la muerte de su esposa como para ponerle atención a una revista de chismes—soltó como si fuera algo tan simple—. Tranquilizate un poco, ahora tienes que centrarte en el trabajo.

—Al carajo tu maldito trabajo—tome mi saco, mi teléfono y las llaves de mi auto.

—¿Dónde vas?

—No te interesa.

No espere a nada, salí en dirección al ascensor.

Demian Davis me sacaba de mis casillas, y ahora por culpa de el maldito artículo y de mi padre ahora sabía que mantenía una relación nupcial con Allyson.

Aunque no es que quisiera que nadie supiera, por mi lo gritaría a los cuatro vientos para que todo el mundo se entere de ello, el asunto es que tanto Allyson como Gabriel prefieren que se mantenga privado hasta que el estúpido contrato concluya. Se que a Gabriel no le gustará para nada esto.

En medio del pasillo me encuentro con Gwenn, quien sostiene una copia de la absurda revista donde Allyson y yo aparecemos como portada.

—Ryan...

—No quiero escuchar nada—la corto antes de que hable, sin detenerme.

Ella me sigue, hasta el ascensor.

—Si es verdad que estas casado, entonces—dice con un tono de voz, extrañado.

—Mi vida privada no te interesa.

—Solo quiero saber porque no nos contaste.

—Mira, Gwenn. No tengo porque darte explicaciones de nada.

—¿Al menos podría saber quien es la chica de la foto?

El asensor se abrio por fin. Pero no di ni un paso por que Gabriel salió de el, furioso, sosteniendo otra maldita copia de la maldita revista. Echo un vistazo al otro lado del pasillo, antes de fijarse en mi, y en Gwenn detrás de mi.

Avanzo a zancadas, rápido llego a mi. Su rostro no era lo que vi la última vez. Esta vez sus ojeras estaban más pronunciadas, su barba rubia más larga de lo normal. Parecía bastante cansado, incluso que le costaba estar aquí de pie.




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