Dos Meses después.
Allyson.
—¿Lo sabe?—preguntó.
—No, y no lo sabrá—respondí.
—Tienes que decirle, podemos tener problemas por eso—señala.
—No habrá problemas porque no lo sabrá, y tu tampoco se lo dirás.
—Respeto tu decisión de no contárselo, yo no se lo diré pero, tienes que hacerlo—guarda su portátil en su maletín.
—Tenemos que entrar, nos están esperando.
Ambos entramos al la salda donde Ryan y su abogado nos esperan. Lo conozco, fue quien afianzó el contrato de nuestro matrimonio.
—Cameron Johnson, vengo en representación de la familia Russo—se presenta.
Técnicamente no debería estar aquí, debería ser mi padre el que este aquí para deshacer este asunto. Pero él ahora la está pasando bastante mal. El día que llegue a casa lo encontré muy mal, me sorprendió cuando el solo se convenció de ingresar a un grupo de ayuda para alcohólicos donde lleva dos meses asistiendo. He visto que poco a poco va avanzando.
—Un placer—estrechan sus manos—Benjamín Miller, abogado de la familia Williams. Allyson, que bueno volver a verte—me saluda.
—Hola—le correspondí al saludo con la mano.
—No creí que sería de esta manera, la verdad.
—Era algo que tarde o temprano sucedería—respondí sin ver el rostro de cierta persona que no me quita los ojos de encima.
Cameron y yo tomamos asiento frente a ellos. Con Benjamín se encargan de iniciar el proceso mientras que Ryan alterna de vez en cuando la vista entre mi abogado y yo. Benjamín lee las pautas del contrato matrimonial y de las que se aplicarán en el divorcio.
Los tres años acordados han expirado así que no habrá problema a la hora de firmar.
—Teniendo en cuenta esto procederemos a…
—Allyson,—le interrumpe Ryan—¿De verdad quieres seguir? ¿Esto es lo que quieres?
Lo miro y aquella imagen regresa a mi mente. ¿Qué si esto es lo que quiero? No. Sin embargo es lo que debo hacer porque me ha lastimado y no quiero que vuelva a suceder. No merezco esto. Trate de levantar nuestro matrimonio y mantenerlo firme a pesar de que al principio ninguno de los quería esto y él lo único que hizo fue destruir esa confianza que tanto nos costó.
—¿Continuamos?—me dirigí directamente a Benjamín.
Siguió el procedimiento pidiendo que ambos leyéramos las pautas que se han implementado para la separación.
—Bien, como la señorita Allyson no quiere que los bienes sean repartido por partes iguales cada uno mantendrá lo que le pertenecía antes del matrimonio. No importa quien haya invertido más, cada quien se llevará lo suyo—informa—. Como no hay hijos de por medio tampoco habrá pensión por parte del señor Ryan hacia la señorita Allyson.
Cameron me miró en desacuerdo. Mi matrimonio se basó por bienes mancomunados y en dado momento de separación todo se repartiría por la mitad, así lo habían acordado en el contrato matrimonial, pero yo no quería absolutamente nada que viniera de Ryan.
—En caso de una reconciliación…
—Eso no va suceder—esta vez fui yo quien interrumpió.
—Pero en caso de que suceda…
—Ya escucho abogado, no pasará—dijo Cameron.
—Vale, procedamos con las firmas.
Le entregó en papel a Ryan, quien aún me miraba. Tomó la pluma y la acercó al papel sin embargo no plasmó su firma, si no que suspiró.
—Deberíamos hablarlo, Ally.—soltó.
—No hay nada que hablar.
—Por favor.—desvié mis ojos a otro lugar que no fuese él.
Al ver que no pensaba responder, volvió a tomar el bolígrafo y está vez si firmó. Quise llorar. Todo por lo que había luchado se había terminado definitivamente. Todos esos te amo, todas las veces que nos dijimos que saldríamos adelante ya no existían. Termina de firmar y Cameron me acerca los papeles, me entrega un bolígrafo para que pueda plasmar mi firma.
¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Y si me estoy rindiendo tan fácil? ¿Y si esto es solo una prueba?
No. No hay justificación para lo que hizo.
Firmo lo que tengo que firmar y entrego los papeles a Benjamín. Los cuatro nos ponemos en pie para dar por terminado todo. Mi abogado estrecha su mano con Benjamín y nos pide que esperemos un poco para entregar el acta definitiva. Me la entregan y Cameron y yo salimos.
—Es oficial—trato de contener las lagrimas.
El no dice nada. Solo me mira de una manera extraña, debe estar incómodo con la situación que acaba de presenciar.
Después de dos meses de trámites, hoy ya estoy divorciada oficialmente de Ryan. Creía que me lo negaría, pero no. Todo ha sido muy reciente y se que no será fácil olvidar lo que paso, pero se que puedo salir adelante yo sola. Por el bebé que llevo en el vientre.
Mi abogado camina a mi lado, el pobre no sabe que decir, desde que salimos del despacho de Benjamin se ha mantenido en silencio.
Cuando llegamos a mi auto no puedo más y me suelto a llorar como lo he hecho todos estos últimos días. El duda un poco, pero después se acerca a abrazarme y tratar de consolarme, dándome palmadas en la espalda.
—Se terminó. Oficialmente mi relación con Ryan llegó a su fin.
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Editado: 22.07.2025