Nunca pensé volver a tu lado

Capítulo II

Diez minutos atrás:

Ryan.

—¿Me estas diciendo irresponsable?—cuestiono a Ferna.

—Ayer por la noche no llegaste a la reunión, así que si, eres un irresponsable.

—Pero estoy aquí hoy ¿no es así Ben?—mi abogado suspira con cansancio.

Lo he de tener harto al pobre hombre, él y Fernando Hank son mis hombres de confianza, además que se la pasan arreglado cada uno de los escándalos a los que me he involucrado.

El pobre de Hank es el que más trabajo le doy ya que, como mi segundo al mando y representante en las juntas a las que no asisto como la de el día anterior.

—Tienes suerte de que hayan escogido tu proyecto—masculla entre dientes con un tono burlesco.

—Yo no necesito suerte, la suerte me necesita a mi Ferny, toma nota.

Ahora nos encontramos en la oficina de la señorita Jamie Nicholas, dueña de la empresa Microserv. Recientemente han creado una de las aplicaciones más sensacionales del momento.

Rueda los ojos mientras Ben niega con la cabeza. Sonriente les hao saber que iré en busca de una máquina expendedora porque me ha dado hambre. Antes de que puedan protestar salgo lo mas rápido preguntandole a la secretaria donde puedo encontrar una, sin embargo me dice que no hay ese tipo de máquinas en esta empresa y me manda directo a la cafetería que se envíen el tercer piso.

Refunfuñon me dirijo hacia este lugar, pensado en que si este lugar fuera mío pondria al menos dos máquinas con bocadillos en cada piso, así los empleados no tendrían que subir o bajar hasta el tercer piso.

Inconscientemente recuerdo todo lo que mi padre solía decirme.

«—Estudiar arquitectura no te llevara a ningún lado»

«—Es mejor que estudies mercadotecnia»

«—No quiero verte cuando seas un donadie en el ámbito empresarial»

«—Este matrimonio es la solución a nuestros problemas... »

Si mi padre viera todo lo que he logrado se retractaria de sus palabras.

Sacudo la cabeza borrando aquel recuerdo amargo de mi padre, pido un café con doble azúcar para quitarme el mal sabor de boca. No me gusta recordar a mi padre, siempre que tengo presente a Black Williams inevitablemente lo recuerdo obligándome a casarme con...

Allyson.

Hace años que no se absolutamente nada de ella.

Joder, ella era tan... Hermosa. Jamás lograré quitarme su imagen de mi mente, pues logró impregnarse en mi vida, como también en mi corazón. Nunca olvidare su expresión dolida al encotraerme en ese lugar donde vilmente fui a caer.

No supe valorarla, y ahora supongo que ha contraído matrimonio con el tipo con el que salía.

Un año después de firmar el divorcio fui a buscarla tratando de que me diera otra oportunidad y la encontré de brazos del abogado el cual llevó por su parte nuestro caso.

«—Te amo, nunca lo olvides—le dijo el chico.

Me acerque llamando su atención y en vez de separarse de él hizo todo lo contrario.

—Ally.

—¿Que haces aquí, Ryan?—pregunto. La sonrisa que tenía hace un momento ha desaparecido, en cambio ahora parece que ha visto a la persona que más odia en el mundo.

Y al parecer esa persona soy yo.

—Necesito hablar contigo—le rogué.

—Tú y yo no tenemos absolutamente nada de que hablar, y ahora mucho menos porque; te recuerdo que ya estamos divorciados. Así que largo.

Ni siquiera me dio tiempo de responder cuando tomo de la mano al chico ese y ambos entraron a la casa azotandome la puerta en las narices.

Definitivamente ahora si la perdí para siempre, creí que tendría una oportunidad de arreglar las cosa pero, estaba equivocado»

—Su café señor—hablan a mi espalda sacandome de los recuerdos.

Tomó el vaso que lleva mi nombre escrito y le agradezco antes de salir de allí. Camino por el pasillo regresando a la oficina donde supongo me esperan para cerrar oficialmente el contrato.

Abro la puerta sin embargo dos personas me bloquean el paso. Es la señorita Jamie acompañada de...

—¿Allyson?

¿Será ella?

Miró a Ben quien se encuentra frente a las dos chicas. La señorita Jamie voltea al escuchar mi voz, pero la otra persona no lo hace. Ni Benjamin, ni Fernando dicen nada, la mujer de traje es quien rompe el silencio.

—Señor Williams, me pregunta donde estaría—no la escucho, estoy demasiado ocupado mirando a mis acompañaantes, pero ninguno de los dos reacciona—¿Ya conocía a la licenciada Allyson?—pregunta.

Voltea quedando de perfil a mi, no me mira sin embargo yo la repaso con la mirada provocando que se remueva.

Ella... Joder, está incluso más hermosa desde la última vez que la vi.

—Allyson, ¿Hay algo que me estés ocultando?

—Por supuesto que no señorita Jamie—respondió enseguida.

Maldita sea, su voz me sigue afectando como cuando era un maldito adolescente.

—¿Por qué yo le ocultaría algo?—continúa.

—El señor Williams acaba de mencionar su nombre—hace énfasis en su nombre.

Parece que se ha enfadado.

Por suerte Ferna se entromete a salvarnos el culo.

—Yo le he dicho su nombre señorita Nicholas, recuerde que el día de ayer el señor Ryan no pudo asistir y yo le conté con quienes nos veríamos hoy, supuse que la señorita Allyson también estría presente.

Entrcierra los ojos, como si no creyera el relato de mi amado y salvador amigo.

—Okay, iniciemos con esto.

—Adelante—les hago un gesto con la mano.

Tengo la fortuna de que tomé asiento a mi, Allyson me ignora toda la reunión, y yo no puedo dejar de mirarla.

Fijo mis ojos en en el movimiento que causan sus labios cuando habla y ni siquiera me molesto en escuchar lo que dice, mucho menos me concentro en escuchar a la señorita Nicholas.




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