Nunca pensé volver a tu lado

Capítulo XXVI

Ryan.

No se nada de Allyson desde hace días.

La he llamado mil veces, le he enviado mil mensajes y no responde, ni siquiera los lee, solo aparecen las dos palomitas de recibido. Las llamadas las recibe pero no las atiende. En su casa nadie sale, ni siquiera la empleada, y ni siquiera ha ido a trabajar, algo extraño en ella.

Le he pedido una explicación, desde que salió de la oficina de Jamie no la he visitado y estoy un poco preocupado. Y molesto porque se fue sin decirme nada.

Por eso mismo estoy en el colegio de Jake ahora. Si no quiere verme a mi, lo entiendo. Pero debe permitirme ver a Jake quiera o no. Espero afuera, a que aparezca para recojer a Jake como mínimo. Pero no aparece.

El timbre que indica la hora de salida suena un par de veces. Espero a que ambos aparezcan pero no hay rastro de ello.

Cuando todos los niños y padres salen me acerco a la profesora de Jake.

Ni siquiera se como preguntarle sobre él, o sobre su madre. Por fortuna ella me pone las cosas fáciles al reconocerme.

—Buenas tardes, señor Williams. ¿Viene por los trabajos de Jake?

¿Por los trabajos de Jake?

—Sí.

—La señora Allyson me dijo que enviaría a alguien por ellos cuando volviera.—me indica que la siga hasta el salón de clases.

—Ah... Aún no han vuelto, pero... me dijo que si podía venir hoy—miento.

No se ni de que estoy hablando.

—Entiendo—saca algunos papeles de su escritorio—, ella me explico que no tenía una fecha de regreso establecida, el permiso qué solicito es de dos semanas como máximo.

¿Solicito un permiso para no traer a Jake al colegio? ¿Por qué haría eso? Si lo hizo solo para molestarme...

—Jake se adapto bien al curso, hizo amigos y afortunadamente no tuvimos situaciones desagradables como me había comentado tuvo en su anterior colegio.

Me entrega los papeles.

—Eso me alegra.

—De igual manera seguiremos al pendiente de los niños lo que resta del curso.

—Se los agradezco.

Me alegro de que mi hijo no pase por estas situaciones. Es un niño que no le hace mal a nadie y no merece ser tratado de esa manera.

—La fiesta de graduación ya comenzó a organizarse, pronto los niños recibiran un folder personalizado y una playera con su nombre para usar en el evento. La señora Allyson ya entrego los pagos correspondientes.

—Sí... Ya me había comentado algo de eso.

—Eso sería todo.—me acompaña hasta la entrada.

Guardo los papeles en la guantera del auto y me voy a casa.

En un alto tomo el móvil y reviso el chat. Sigue sin ver los mensajes, así que entro a la lista de contactos y llamo a la única persona que podría saber donde está.

Diga.

Katy, soy Ryan.

—Oh, ¿En que piedo ayudarte?

Claro, solo preguntarte si sabes algo de Allyson, hace días que trato de comunicarme con ella pero no me responde los mensajes.

¿Trataste de llamarla?

El semáforo cambia y avanzó en el coche.

—Ya lo hice mil veces, pero no responde.

Es raro, yo no he hablado con ella, he estado demasiado ocupada y no he tenido tiempo.

—También fui a su casa, y nadie sale.

Tengo que irme, no la he llamado pero en cuanto tenga tiempo lo haré, ¿Vale?

Gracias, si sabes algo avisame.

Claro, hasta pronto—cuelga.

Tenia la esperanza de que ella supiera mínimo algo, tal vez Allyson le dijo que no me dijera y se está ocultando con ella. ¿Pero por que lo haría? ¿Le hice algo y no me di cuenta?

Cualquiera que fuera, merezco una explicación. También merezco saber la razón por la cual pidió el permiso de Jake en el colegio.

Llego a casa, mi nana me recibe con la comida ya heca, pero no tengo hambre. Todo este asunto de Lucy, Josephine, y ahora el que Allyson haya desaparecido me quito el apetito.

Me enerva pensar que Doug fue el último con quien se comunicó, qué yo supe. ¿Por qué no pudo decirme que se iría? Se supone que somos una pareja, y ahora veo que como dijo; no tiene la confianza suficiente en mi.

—¿Qué te pasa, Ryan?—cuastiona mi nana cuando llego hasta ellas.

—Estoy un poco cansado—me excuso.

—La cara qué tienes no es de cansancio—alega Chiara, una de las hijas de Ramona—, para mi que pasa algo más.

Ambas se quedarán en la ciudad hasta el mes siguiente, que será el casamiento de Anna.

—Es que verte aquí todos los días me baja el animo.

—Pero si yo soy un rayo de sol que ilumina la vida de todos—hace pucheros.

—Pues la mía no—le quito el pan que iba a morder.

—Cuéntale a tu hermana postisa qué te sucede, anda.—gesticula con las manos.

—Solo estoy un poco cansado, es eso.

—Ni mamá, ni yo te creemos—replica, insistiendo para que le cuente.

—Ya dijo que esta cansado, Chiara—interviene mi nana.

—Mamá siempre defendiendote.

—Me ama más que a ustedes, resignate—bromeo.

—Ujum. Mejor dime cuando veré de nuevo mi cuñada favorita—dice empeorando mi estado—, mamá ya me conto que están juntos de nuevo.

—Ella esta demasiado ocupada como para venir a verte—contesto saliendo de la cocina.

Salgo al jardín trasero, me siento en los escalones con la vista perdida en no se qué.

Vuelvo a intentar contactarme con Allyson, pero esta vez la llamada no entra, si no qué salta directo al buzón de mensajes.

Cualgo de inmediato ¿para qué dejar un maldito mensaje si ni siquiera lo va escuchar?

Busco en la lista de contactos a alguien que si podira decirme algo sobre ella, realizo la llamada y responde al quinto tono.

¿Que necesitas, Ryan? Lo qué me pediste se lo encomendé al detective, tengo muchas cosas que hacer.

—¿Tu novio, dónde lo encuentro?

—¿Para qué quieres saber eso?




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