Nunca Regalo Diamantes

CAPITULO 14 RECUERDOS DOLOROSOS

La Bestia continuo bailando sin percatarse de la presencia de Roció, quien permanecía de espaldas temblando. Camilo deseo romperle la cara a golpes, pero la muchacha se veía tan frágil que opto por tomarla por la cintura, sosteniéndola para que no se desvaneciese.

_Estoy contigo_ le susurró al oído_ Nada te pasara.

Rocío esbozo una pequeña sonrisa de agradecimiento mientras esperaba recomponer sus fuerzas.

_Vamos un rato afuera, preciosa. Te va a hacer bien tomar un poco de aire.

Disimuladamente se perdieron entre la multitud danzante para salir a la terraza. Las personas estaban tan ocupadas conversando y divirtiéndose que no notaron su ausencia. Camilo hubiese querido cantarle cuatro verdades en medio del salón a Pedro del Valle, esa maldita alimaña, pero la fragilidad de su acompañante lo obligo a reaccionar pensando en su bienestar.

_ ¿Quieres un vaso de agua? ¿Algo fuerte quizás?

Ella lo miro intentando averiguar que tanto sabia para comportarse con semejante amabilidad.

_No te preocupes. Ese animal ni se dio cuenta de que eras tú. _ agrego Camilo como si leyese sus pensamientos. _ ¿Un whisky?

Ella asintió con la cabeza y rápidamente abandono la terraza regresando con dos bebidas en sus manos. Ella dio un pequeño sorbo y se recostó sobre la barandilla para mirar la ciudad iluminada. Dio un profundo suspiro y se animó a hablar sin mirar a Camilo a los ojos.

_Fue hace años, demasiados. Todo parece lejano y ajeno, como si no hubiese sido yo. Sus manos aun recorren mi cuerpo cada noche, haciéndome sentir sucia y culpable…no sé por qué si yo no tenía ni idea de lo que ese hombre me haría. No lo provoque ni me insinué. Ni siquiera se me paso por la cabeza cuando golpee la puerta de su casa. Me sentía vacía, triste, sola. La muerte de mis padres era reciente y tan repentina que solo quería conversar con Adela. Pero su padre abrió la puerta, me invito a entrar y yo …jamás hubiera imaginado lo que seguiría. Los golpes, mi ropa destrozada en pedazos, sus palabras obscenas, sus insultos, la cama tan grande y el dolor… Nadie escuchaba mis gritos ni mis suplicas. Se tomó el tiempo de darse todos los gustos conmigo durante una eternidad. Los minutos transcurrían lentos mientras disfrutaba de mí. Luego me dejo allí, completamente ensangrentada e inmóvil. “Vístete” me ordeno y un rato después me lanzo desnuda a la calle. Uso un condón, quemo mis ropas y yo, me envolví en una vieja manta que hallé en la basura, entre por la ventana de la casa de mi abuela y me di un largo baño. No pensé en las pruebas de ADN ni en denunciarlo ni en nada, solo quería sentirme limpia. Me fregué la piel con las uñas como si con ese doloroso acto pudiese arrancarme sus manos de mi cuerpo. No me culpes por ser como soy, ni por cómo visto o como trato a los hombres. Hago lo que puedo con lo poco que quedo de mí. _ se hizo un silencio sepulcral mientras Camilo observaba como las lágrimas bañaban sus mejillas.

_No volveremos a entrar si no quieres. Podemos irnos ahora mismo. Ya después me arreglare con mi padre sin ser indiscreto. _le sugirió Camilo.

_Fue vox populi en su momento. Siempre alguien se acordara y saldrá a la luz. Debo convivir con esto, es solo que no pensaba encontrarlo aquí. Me tomo desprevenida el oír su voz. Quizás si lo hubiese visto de frente …

_Nunca es fácil, Rocío, me lo imagino. De no estar en medio de una fiesta yo mismo lo hubiese cagado a trompadas por cobarde y poco hombre.

_Sera mejor que ingresemos. _ dijo dando un largo sorbo al contenido del vaso_Ya me siento mejor y, Camilo…

_ ¿Siiii?

_Gracias.




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