CAPITULO 16 PREPARATIVOS

Camilo se ofreció a llevar a Rocío hasta su casa (No fuese cosa que con semejante vestido atrajera a los buitres). Una vez dentro del vehículo, resurgió el tema del viaje.

_Me imagino que lo del viaje se va a quedar en la nada_ sugirió ella un tanto intrigada_ No vas a aceptar nuevamente estar conmigo.

Camilo Echeverría sintió una gran culpa al escuchar sus palabras. Nunca había sido gentil con ella. Cada vez que iba a la oficina para visitar a Ramiro, la ignoraba, le hacía gestos groseros o la molestaba. No era un buen hombre con las mujeres. Las trataba como objetos y no como personas y necesitaba admitir que se había equivocado. El verla esa noche tan frágil frente a ese Monstruo, le hizo replantearse su posición en la vida. Tenía una afinidad especial por ella, una debilidad que jamás había sentido. Hubiera tomado al hombre del cuello y le hubiera dado una paliza, enseñarle que le debía respeto y que la había lastimado mucho, al punto de definir su personalidad y su modo cotidiano de tratar a los demás. ¿Pero qué autoridad moral tenía el para hablar del tema si era un mujeriego infernal? ¿A cuántas lastimo para jactarse de sus andanzas? ¿A cuántas humillo? ¿A cuántos esposos engaño? Definitivamente el también era un monstruo. Luego de conducir un par de cuadras, tomo coraje y murmuro:

_Lo lamento.

_ ¿Por qué ¿_ pregunto sorprendida_ Si hoy extrañamente te comportaste como todo un caballero conmigo.

Sus palabras fueron un puñal al estómago. La miro por unos breves instantes y quedó prendado de su figura y de su rostro tenuemente iluminado por las luces de los autos que pasaban a su lado.

_Precisamente por eso, Rocío, porque no debería ser algo extraño sino algo ordinario en mi persona. Nunca fui gentil contigo y de veras lo siento. Soy un hombre superfluo, un tanto vanidoso y nada empático. No supe ver tu belleza detrás de tu vestimenta. Para mi eras una rara, no eras mi tipo…Definitivamente soy un imbécil, como siempre dice Ramiro.

_Bueno, yo tampoco soy muy comunicativa que digamos. No me gusta ser objeto de admiración, por eso prefiero pasar inadvertida. Me enfoco en mi trabajo y en mi abuela, nada más.

_Nada es excusa…respecto al viaje. ¡Por supuesto que lo haremos! ¿Conoces Punta del este?

_Nunca Salí de Buenos Aires _ respondió resignada.

_Entonces nos vamos a Uruguay el finde. Por la tarifa no te preocupes voy a ser más que generoso.

Rocío se sintió incomoda al poner en la misma frase preocupación y generosidad. Eran palabras que junto con dinero sonaban mal. Quiso explicarle que no era una prostituta ni nada por el estilo, pero el continúo diciendo:

_Desconozco la razón por la que me cobras por tu compañía. No es asunto mío y puedo deducir que no es usual en ti.

_Así es _ aclaro ella.

_Prefiero que sea así. Me lo merezco. Obviamente pagare por tu compañía únicamente, no habrá nada sexual, no sé si me explico con claridad. No es porque no seas atractiva (Solo Dios sabe cuánto me atraes) , es que es una forma de recordarme como debo comportarme. Prometo ser cordial, no hare ninguna proposición deshonesta y nos limitaremos a disfrutar del fin de semana. Negocios son negocios. Además, papa va a estar encantado si te ve otra vez y los Uzur, también. ¿Dónde aprendiste turco?

_Mi abuela tenía un empleado que lo hablaba y me enseño un poco.

_Fue de lo más acertado. La señora Uzur se sentía tan cómoda contigo y todos disfrutaron de tu presencia. Puedes ser divertida si te lo propones. A veces, es bueno dejar que otros puedan entrar a nuestras vidas.

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