Nunca te olvide (#3 Secuestrada)

Capítulo 9

Me levante a las 6 de la mañana, no tenía nada de sueño, apenas pude conciliar 2 horas de sueño, de las 4 a las 6, antes de ir a el parque necesitaba checar como estaba el paciente en mi clínica así que tomo mi Computadora y una taza de café y me voy a la terraza

Andy

Te escribo para que sepas que el paciente está fuera de peligro, la solución le llego a calmar el dolor que sentía por sus quemaduras, si el paciente sigue así yo creo que en uno o dos meses nos vamos a ver

Creo que es todo, nos vemos

Adrien

Doy un sorbo y  pongo los auriculares en la lap So Far Away de Martin Garrix and David Guetta  suena en mis oídos, pongo mi cabeza hacia atrás cerrando mis ojos y recargo mi peso en el respaldo de la silla

Siento unos labios sobre los míos y abro los ojos, encontrándome con los ojos de Steven, me quito un audífono

–Buenos días guapa –Le sonrió –Buenos días

– ¿No dormiste? –Suelto un bufido –Si lo hice pero solo dos horas, verdaderamente no tengo sueño

– ¿No pensaras en medicarte? –Dice y niego –Es por la gripa Steven –El asiente y se sienta a mi lado para pasar una mano sobre mi cuello y atraer mi cuerpo con el de él, recargo mi cabeza y el me da un beso en ella

–No estoy enojado por lo de en la madrugada, solo que me sentí impotente ante la idea de que Héctor intente quitarme a mi niña, me sentía frustrado y enojado por verte conversar con él a altas horas de la noche

–Steven yo…

–Déjame terminar, Cuando escuche la respuesta de la primer pregunta pensé que aún lo querías a él pero cuando él te pregunto si me querías y le respondiste que si con una sonrisa el enojo desapareció, Tengo miedo Andrea, tengo miedo que intente sepárate de mi lado, tengo miedo que se lleve a mi hija, tengo miedo de que esta familia se desintegre

Me levanto de mi asiento y me siento en su regazo –No tienes por qué tener miedo, Eli siempre seguirá siendo tu niña, ella es tu hija, yo estoy casada contigo, no me iré a ningún lado donde no estés tú, a menos que sea una emergencia y requieran de mi asistencia

Steven ríe y me da un beso, pero esta vez no es un beso corto, esta vez es uno largo, uno en donde se siente el amor que uno trasmite al otro, uno dulce y salvaje a la vez, no supe cuánto tiempo estuvimos así hasta que un carraspeo hizo que nos separáramos, ni la falta de aire lo hizo

–Buenos días –Ann entra a la terraza y me bajo de las piernas de Steven –Buenos días Ann, perdona lo que viste –Ella me sonríe y Steven se levanta –Bueno ya que presenciaste este bochornoso asunto para ti yo me retiro alistar lo que necesitaremos para el parque acuático, señorita –Dice en forma de saludo hacia Ann y ella hace un asentimiento sonriendo –Señora –Dice y me da un beso corto esta vez

–Ya vete Steven –El hace una seña militar y se retira – ¿Quieres sentarte? –Ella asiente y se sienta dónde estaba Steven hace unos minutos

– ¿Por qué mi padre no me dijo que tú eras mi tía? –Pregunta mientras yo leo las noticias de Rusia

–No lo sé –Respondo –Él sabe muy bien que yo siempre te he admirado y que de grande quiero ser como tú –Cierro la lap y le prestó atención – ¿En verdad? –Ella asiente

–Nunca me habían dicho algo así –Ella saca una caja de su mochila – ¿Ni tu hija? –Niego –Ni mi hija

–Ojala yo tuviera una mamá –Dice algo triste y me toma desprevenida – ¿Qué paso con tu madre? –Me atrevo a preguntar

–Ella murió cuando yo nací, era ella o yo y pues aquí estoy

–Lo siento –Digo y ella me sonríe –No importa, nunca la conocí más que en foto, de la caja saca una y me la muestras –Era muy bonita –Digo mirando la fotografía

–Sí, ¿Tú fuiste esposa de mi padre? –Dejo de ver la foto y la miro seria –Tranquila, él no sabe que yo lo sé, vuelve abrir la caja y saca varias hojas dobladas –Así como también no sabe que tengo todas estas cartas –Me las da y las agarro

–El las había tirado pero yo las agarre y las guarde, solo leí una –Miro a Ann – ¿Y porque me las das? –Le pregunto

–Porque son para ti –Dice alzando sus hombros –Pero que no te las vea, puede que me meta en problemas

–No te preocupes –Digo de un rato –Ahora mismo las guardo –Ella me sonríe y saca un cuaderno y un lápiz

– ¿Dibujas? –Pregunto al ver como hojea su cuaderno –Si, me gusta dibujar, mi padre dijo que tenía el hermoso don para plasmar una imagen en lienzo solo que no pude traer mis lienzos

–Vaya, mi hija toca varios instrumentos como el piano, ella tiene el hermoso don de la música, ella no mira notas, ella mira colores y es así como aprendió a tocar el piano, también le gusta hacer ropa, la mayoría de los vestidos que trajo son hechos por ella




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