Palacio Topkapi (1544)
Narra Bayezid
Fui hacía los aposentos de mí hermano Selim, y me paré en su puerta. La cual se hallaba vigilada por guardias.
-El sultán ha pedido verme-Les comuniqué.
Uno de ellos se adentró en los aposentos y a los pocos segundos salió.
-Puede pasar príncipe.
Cuando entré, no lo vi allí. Me dirigí hacía la alcoba y lo vi asomado al balcón con la vista fija en el cielo.
-Hermano...
-Bayezid-Dijo él al oírme, se dio la vuelta y me saludó con una palmada en el hombro y una sonrisa-. Tengo una misión para ti. Te he llamado por ese motivo.
Una misión para mí, no había nada que me hiciera más feliz que poder hacer algo por el imperio.
-Mustafá Pasha ha sido designado por nuestro padre Solimán, como gobernador de la provincia del difunto príncipe Mustafá. Pero me han llegado rumores de corrupción. Si es así, será destituido de su cargo y ejecutado. Pero antes hay que comprobarlo. He hablado con el gran visir y hemos estado de acuerdo en enviarte a allí para constatar este hecho y traer ante mí al acusado. No irás solo, Rüstem te acompañará.
Asentí con la cabeza.
-Eso no es todo hermano-Dijo-. Luego quiero que viajes a Egipto, y me representes en una junta. Lo haría yo mismo, pero lo cierto es que no quiero dejar mi palacio.
Volví a asentir. Aunque no estaba de acuerdo en representar al sultán en una junta. Pero no podía oponerme a sus órdenes.
-¿Cuándo deberé marchar?
-Mañana mismo-Respondió.
-De acuerdo...
El sultán sonrío y volvió su vista al cielo. Entorne los ojos extrañado por su actitud.
-¿Sucede algo hermano?-Pregunté.
Suspiró. Y lo noté confundido.
-He pasado la noche con una concubina, y no me he sentido realmente a gusto.
-No comprendo-Dije.
-Quiero decir, que he pasado la noche con una mujer, pero no he podido dejar de pensar en otra.
Abrí mis ojos con sorpresa. Mi hermano, el sultán estaba diciéndome que estaba enamorado.
-Olvida lo que he dicho Bayezid. Creo que te he dicho más de lo necesario. Ahora por favor, retírate.
Hice una reverencia y me marché. Pero mi preocupación me alarmó. Sentí miedo de la identidad de la muchacha de la cual Selim se hallaba enamorado ¿Quién lo diría? Selim enamorado, Selim el amante de la fiestas y las mujeres hermosas, el no parecía un hombre con sentimientos verdaderos. Sólo rogaba a Allah que su enamorada sea cualquiera menos Nurbanu.
Narra Nurbanu
-El príncipe Bayezid se marchará mañana mismo-Me contó Elif por la noche, cuando ambas estábamos en nuestros aposentos.
La miré fijo ¿Cómo que se iría? ¿Otra vez?
-¿Cómo lo sabes?-Le pregunté tratando de ocultar la tristeza y desilusión que sentía.
-Hoy estaba en el salón principal, escoltando a la sultana Mihrimah, que estaba platicando con nuestra Valide sultán, cuando el príncipe Bayezid entró al salón y se los informó. Ha sido una orden del sultán. Irá a una de las provincias y luego irá a Egipto.
Eso le llevaría tiempo, no volvería pronto. Y yo no había tenido la oportunidad de cruzarme con él.
-¿Y se irá?
-Claro que sí. Es una orden, una misión que le ha sido asignada. No la puede rechazar. Además el príncipe se veía conforme con su misión.
Suspiré.
-¿Por qué te pones así? Pareciera que la noticia te pusiera mal.
Negué con la cabeza.
-Claro que no ¿Por qué iba a ponerme mal?
-No lo sé, dímelo tú.
-No me pone mal, en lo más mínimo. No hay motivo alguno, así que no preguntes más-Repliqué a la defensiva, lo cual resultaba más sospechoso para Elif.
-¡Está bien, por Allah, últimamente tienes un humor terrible!
-¡Ustedes me ponen así! Todas, siempre están fastidiándome y...-Me detuve porque no quería discutir con Elif-. Lo siento, olvídalo. He tenido un día pesado.
Elif me miraba con el ceño fruncido, notablemente molesta.
-He tenido un día, tan pesado como el tuyo y no te estoy gritando por ello. No tienes porqué ponerte así, sólo te comentaba las últimas novedades, si hubiese sabido que te molestarías tanto no te lo hubiese contado.
-Elif...-Volví a suspirar-. Mejor me iré a dormir.
-Sí, igual yo.
Me acosté a dormir sintiéndome una idiota. Elif no tenía la culpa, últimamente me hallaba muy a la defensiva. La presión de ser una favorita, los comentarios de las muchachas, las agresiones de Fatma, el príncipe y mis sentimientos por él. Todo eso me tenía ahogada.
Y ahora el príncipe se volvería a marchar, definitivamente se me estaba cortando el aire.
Narra Bayezid
Entré en el salón principal, para despedirme de las sultanas antes de marcharme. Allí estaban ellas formando línea.
Primero mi madre, y luego mi hermana. Frente a cada una de ellas se hallaban sus respectivas criadas.
-Bayezid hijo. Que Allah esté contigo-Me dijo mi madre, yo asentí y besé su mano.
Me paré frente a mi hermana.
-Te deseo lo mejor para esta misión, eres un gran príncipe y sé que mi marido cuidará de ti-Dijo ella mirándome fijamente.
-Sultana, sé cuidarme perfectamente por mí mismo.
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Editado: 16.01.2024