Nurbanu La sultana que no podía amar

Capítulo 26

Palacio Topkapi (1546

 

Narra Nurbanu 

 

El príncipe Murad lloraba y ya no sabía que más hacer. Había intentado amamantarlo, pero se negaba. Lo cierto era que carecía de leche para hacerlo, me sentía frustrada. Los primeros 4 días no tuve problemas pero luego quede completamente seca. 

 

Elif entró a mis aposentos, vio mi cara de disgusto. Se acercó hasta a mí y yo le entregué al príncipe que aún seguía llorando. 

 

-No sé qué más hacer-Dije frustrada- No ha dejado de llorar desde anoche. 

 

-Nurbanu, es comprensible que llore, el niño tiene hambre-Me dijo ella. 

 

Me mordí el labio. No quería que otra mujer lo amamantara, yo era su madre y me correspondía. 

 

-Pero yo soy su madre… 

 

La puerta de los aposentos se abrió y la Valide Sultán hizo presencia. Elif y yo hicimos una reverencia. 

 

-¿Qué le sucede al príncipe?-Me preguntó. 

 

Lo único que me faltaba era que la sultana se enterara de que yo no era capaz de alimentar a mi propio hijo. Elif me miró con los ojos bien abiertos, el príncipe seguía llorando en sus brazos y era imposible que negara lo que pasaba. 

 

-Lo que sucede es que el príncipe tiene hambre-Vi la expresión de confusión en los ojos de la Valide- He intentado a amamantarlo pero me temo que no tengo leche. 

 

-¿Y por qué no lo has llevado con una nodriza?- Dijo regañándome- Has hecho que el príncipe llore de hambre cuando la solución se hallaba al alcance de tu mano. 

 

-Pero madre, no quiero que sea otra mujer quien alimente a mi hijo-Protesté. 

 

-Si no tienes como alimentarlo el niño se enfermará. Debes pensar en lo mejor para tu hijo. Ahora mismo lo mejor es que sea alimentado por una nodriza, ya que tú no puedes hacerlo-Argumentó. 

 

Cerré los ojos, sentía enfado hacía la Valide . Pero en cierto modo tenía razón. 

 

-Elif, llévate al príncipe y dile a Gul Aga que vaya en busca de una nodriza para que pueda alimentar al niño-Ordenó la sultana.

 

Elif hizo una reverencia y salió de los aposentos con mi hijo llorando en sus brazos. Los vi salir  y me sentí devastada. 

 

-Nurbanu-La Valide cambió el tono de su voz y fue más amable-Sé cómo te sientes. Cuando nació mi primer hijo, el príncipe Mehmed; la Valide de esos tiempos no me permitió amamantarlo. Ella dijo que mi leche le hacía mal y era la causa de sus males.  Me sentí muy triste, pero no pude negarme y tuve que ser fuerte viendo como mi hijo era alimentado por otra mujer. 

 

Una lágrima rodó por mis mejillas. Me sentía tan tonta y tan insuficiente. 

 

-Debes velar por el príncipe siempre, debes pensar en lo mejor para él por sobre todas las cosas. Eso es lo que hacemos las madres-Me aconsejó ella. 

 

Me limpié las lágrimas y asentí. 

 

-Venía a comunicarte que esta noche cenaremos todos juntos en el salón principal. 

 

Volví a asentir con la cabeza, pero me mantenía cabizbaja. Tenía un nudo en la garganta que me impedía hablar. Si decía una sola palabra rompería en llanto. 

 

-Está bien-La  sultana puso su mano en mi hombro-  Ya deja de llorar, en cuanto el príncipe terminé de ser alimentado estará en tus brazos nuevamente. 

 

Narra Bayezid 

 

Entré en el viejo palacio, me había llegado una carta que no poseía ningún sello. La carta pactaba un encuentro secreto. Sabía que podía tratarse de una trampa y que no debía confiar fácilmente, aun así no pude con mi curiosidad y me dirigí al sitio que indicaba la carta. 

 

El viejo palacio, uno de los palacios que se hallaba en Estambul y estaba deshabitado. Me preguntaba quién era la persona que quería verme y que podía querer de mí. 

 

-Su alteza. 

 

Oí una voz y me di vuelta de inmediato. 

 

-¿Usted?-Pregunté en cuanto vi al hombre que se hallaba ante mí. 

El hombre se acercó  saliendo de entre las sombras, la seriedad de su mirada me llevó a sentirme aún más intrigado. Ahmed Pasha, uno de los miembros del consejo. 

 

-Se preguntará porque he mandado a citarlo en secreto ¿No es así alteza?- Me miró arqueando una ceja, me hallaba preparado para atacar en el caso de que sea necesario, pero no creía que Ahmed Pasha fuera capaz de atacarme- No debe preguntárselo más alteza, porque se lo explicaré ya mismo. Tengo una propuesta para usted y sé que va a agradarle. 

 

Entorné los ojos. 

 

-¿De qué propuesta me hablas?- Pregunté- Debe tener cuidado con lo que dice Pasha y no se olvide que está ante un príncipe de la dinastía.  

 

Ahmed sonrío.  

 

-Jamás me atrevería a faltarle el respeto alteza-Dijo- Lo que voy a proponer príncipe, debe ser un secreto. Debemos ser muy cautelosos porque cualquier error podría convertirnos en seres sin cabeza. 

 

No comprendía a donde pretendía llegar Ahmed Pasha. 

 

-Le propongo una alianza-Dijo finalmente. 

 

¿Una alianza? No comprendía. Levanté mi mirada desafiante. 

 

-¿Por qué alguien como usted y alguien como yo deberíamos ser aliados? ¿Acaso somos enemigos? 

 

-Nosotros no alteza, pero si el sultán y su gran visir. 

 

Sus palabras hicieron eco en mi cabeza. "Nosotros no alteza, pero si el sultán y su gran visir."

 

-¿Qué estás diciendo?-Dije apretando los dientes- ¿Estas proponiéndome una alianza en contra de nuestro sultán? ¿En contra de mi hermano? 

 

Me acerqué a él con furia. 

 

-Piénselo alteza, no saqué conclusiones apresuradas, no tomé la decisión incorrecta. Quiero lo mejor para el imperio, al igual que usted. Piense bien lo que hará. 




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