Nurbanu La sultana que no podía amar

Capítulo 46

Palacio Topkapi (1549) 

Narra Selim 

 

-Adelante.

 

-Alteza, ha llegado Sokollu Pasha.

 

-Que pase.

 

El guardia hizo una reverencia y salió de los aposentos sin darme la espalda, caminando hacia atrás.

 

Segundos después, Sokollu ingresó. 

 

-Alteza-Inclinó la cabeza haciendo una reverencia.

 

-¿Has averiguado algo? ¿Encontraste al culpable?

 

Era lo único que me importaba desde que Nurbanu había sido atacada, hace  ya dos días. 

 

-He hecho todo lo que estuvo a mi alcance, he ido de aquí a allá. Interrogué yo mismo a los sospechosos y a aquellos que podían tener algún tipo de información, pero no he dado con el culpable.

 

Apreté la mandíbula. Mi enfado iba en aumento. Necesitaba desesperadamente saber quién era el culpable. Primero, porque habían intentado asesinar a mi esposa, mi sultana y madre de mis hijos. Lo habían intentado dentro del mismo palacio ¿Cómo podía alguien atacar a una sultana? La segunda razón que me llevaba a dar con el culpable, era la necesidad de ahuyentar mis sospechas sobre Mihrimah. Las palabras de Nurbanu, al borde del llanto sin consuelo me carcomían la mente. 

 

-No quiero que piense mal de mí. Pero la sultana Mihrimah me odia, usted lo sabe. Ella me ha dicho cosas horribles, muchas veces. También me ha amenazado. Es por eso que si debo de inclinar mis sospechas sobre alguien, estas recaen sobre la sultana. Selim, por favor… Tengo tanto miedo. No permita que vuelvan a hacerme daño. 

 

-¿Entonces todo ha sido una pérdida de tiempo? La persona que intento matar a la sultana sigue siendo un misterio.  

 

-Di con las identidades de los guardias de la entrada imperial al palacio-Dijo Sokollu-Pero cuando pedí verlos y exigí traerlos ante mí, me informaron que habían sido hallados muertos horas antes. Desgraciadamente, eran las personas que podían llegar a saber algo. 

 

-¿Cómo puede ser posible?-Dije- Quiero que sigas investigando, no me importa cuánto tiempo te lleve. 

 

-Como ordene alteza. 

 

Sokollu hizo una reverencia y se marchó.

 

No podía dormir por las noches pensando en mi hermana involucrada en esto. Aún a nadie se lo había dicho, las sospechas de Nurbanu me las había guardado para mí mismo. Incluso me enfadé con ella, estuve  muy cerca de gritarle. Se trataba de una acusación  muy fuerte. Sabía que ella era consciente de eso. Nurbanu nunca mentía, sin embargo, no quería pensar en la posibilidad de que Mihrimah haya sido quien envió a matarla ¿Cómo se atrevería a hacer tal cosa? Mihrimah mejor que nadie sabía lo que grave que era cometer tal delito. 

 

La frustración que tenía, el enojo que sentía dentro me llevaron a pedir consejos a la mujer que ocupaba el  cargo de Valide del imperio; mi madre. Hace tiempo no pedía sus consejos. Cuando aún era un príncipe, solía acudir siempre a ella, a pesar de sus regaños constantes. 

 

Entré a sus aposentos, me acerqué, besé su mano y la estreché en mi frente.

 

-Selim… Hijo mío. Allah bendiga tu presencia.

 

Nos sentamos en el diván. 

 

-Hace tiempo que no acudes a mis aposentos a charlar. 

 

-Lo sé, perdóneme madre. He estado ocupado ¿Cómo marcha la fundación?

 

-Muy bien, siempre marcha bien, y mucho mejor desde que Nurbanu es parte. 

 

Sonreí. Oír a mi madre hablar bien de Nurbanu me enorgullecía. 

 

Decidí abordar el tema que me había llevado hasta sus aposentos.

 

-Madre, como ya sabrás Nurbanu ha sido atacada-Ella asintió- Han intentado matarla. Sokollu Pasha se está ocupando de encontrar a la persona que está detrás de esto. 

 

Me miraba concentrada, como si no comprendiera a donde quería llegar. Su mirada me exasperó, así que lo dije:

 

-Nurbanu sospecha que fue Mihrimah.

 

Los ojos de la mujer que gobernaba el harem se abrieron con asombro. Primero vi nervios en sus facciones, pero rápidamente la tranquilidad regreso a su rostro. Sonrío, completamente descreída.

 

-Eso es un delirio de Nurbanu, el susto le ha afectado-Dijo riendo divertida.

 

Al ver que no compartía su risa, agregó.

 

-¿No lo habrás creído? ¿Verdad?

 

-Nurbanu no es una mentirosa, madre. 

 

Su enfado fue evidente antes incluso de que hablara.

 

-Tu hermana no es una asesina. Es una sultana, no sería capaz de hacer algo así ¿Cómo Nurbanu se ha atrevido a acusarla?

 

-Alguien ha intentado matarla y esa persona ha sido enviada por otra. Quien sea que haya sido, se ha encargado de no dejar pistas, ni tampoco rastros. Es decir, que se trata de una persona con poder.

 

-Selim… No puedo creer  siquiera, que estes planteándote esa absurda posibilidad. Estamos hablando de Mihrimah. 

 

Cerré los ojos, me estaba comenzando a alterar.

 

-Es cierto que Mihrimah y Nurbanu no se aprecian. Yo misma las he visto enfrentarse. Pero nunca han llegado a extremos. Es imposible que Mihrimah tenga algo que ver. Muchas personas pueden desear la muerte de Nurbanu.

 

-¿Cómo quienes, madre?-Pregunté con provocación.

 

-Mismos enemigos tuyos, del mismo imperio. Es tu esposa, la Haseki principal. La madre del príncipe de la corona. Pudo haber sido cualquier enemigo de nuestra dinastía. 

 

También era cierto aquello. Pero Nurbanu sospechaba de Mihrimah. Nurbanu no mentía y si sospechaba de ella, era porque tenía sus razones. 

 

Narra Nurbanu 




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