Nurbanu La sultana que no podía amar

Capítulo 47

Palacio Topkapi (1550

Narra Nurbanu 

 

-Duérmete, duérmete 

  En los brazos de mamá 

  Duérmete, linda niñita 

  Duérmete, niñita linda 

  Duérmete, duérmete 

  En los brazos de mamá 

 

Toqué con la yema de mis dedos su frente, su pequeña frente. Sonreí cuando la pequeña Şah bostezó. Tenía seis meses, se lo pasaba durmiendo y comiendo. A diferencia de sus hermanos, ella era amamantada por su madre. La alegría que sentía al poder ser yo quien alimentara a mi hija, era inexplicable. Sobre todo después de haber pasado por la triste experiencia de no poder ser capaz de alimentar a mis hijos y tener que recurrir a una nodriza. Una sentía que fallaba como madre. 

 

Pero con Şah, gracias a Allah, era  distinto.

 

La pequeña se había acostumbrado a que la alimentara y al tiempo le cantara una canción de cuna, luego entonces ella se quedaba durmiendo como un angelito. Era demasiado tranquila y demasiado perezosa. 

Şah había nacido un día de lluvia, en plena noche. Llegó como una bendición, un milagro que venía a ayudar a su madre en arruinar la noche de su padre con una de las concubinas.

 

La Valide Sultan había enviado a una mujer a sus aposentos, una nueva chica que venía del viejo palacio. Había sido traída para ser llevada especialmente a los aposentos privados. 

 

Yo con mi vientre de 9 meses la miraba desde la terraza que daba al patio de las concubinas, ese día en el cual la chica se dirigía a los aposentos, recuerdo que sentí celos como nunca antes ¿Cómo podía Selim haberla aceptado? La noche anterior a ese día habíamos cenado juntos y me había dicho muchas palabras bonitas, sin embargo ahí estaba aquella chica, camino a meterse en su cama. 

Pasaron minutos. No fueron muchos, entonces sentí el fuerte dolor. Sabía lo que venía a continuación, porque ya no era una novata. Después de haber dado a luz dos veces, ya sabes que esperarte.

 

El nacimiento de Şah arruinó la noche de la joven, el sultán en cuanto se enteró de que yo había entrado en trabajo de parto despachó a la mujer y la hizo volver por donde había venido. Por extraño que sea la muchacha nunca volvió a ir a los aposentos privados, el sultán jamás volvió a pedir verla y nadie se encargó de enviarla. 

 

Esperó paciente a que diera a luz para poder conocer a nuestra hija. Ni bien nació y su llanto llenó mis aposentos, Selim estuvo ahí para cargarla en brazos por primera vez. 

 

-¡Mamá!

 

La puerta se abrió y Murad ingresó de la mano de Melissa. Se soltó de ella y corrió hasta a mí.

 

Me llevé un dedo a los labios indicándole que no alzara la voz.

 

-Cariño, tu hermana está durmiendo-Dije, cuando estuvo a mi lado acaricié su cabello- Procura no gritar ¿Si? 

 

-Mamá-Dijo casi susurrando- He estado con papá, lo he visto en el jardín con Sokollu Pasha. Dijo que cuando sea más grande me llevará a la guerra y podré tener una espada.

 

Reí bajito.

 

-Claro que sí, juntos conquistaran el mundo. 

 

Melissa se acercó a mí.

 

-Sultana ¿Quiere que lleve a recostar a la sultana Şah en su cuna?

 

Asentí. Şah ya se encontraba dormida. Ni siquiera el grito de su hermano la había despertado.

 

-Esta niña tiene un sueño muy pesado-Dije poniendo a Şah en brazos de Melissa- Estoy segura de que el grito de Murad se ha oído en los aposentos de la Valide aun  así  no ha despertado.

 

Melissa sonrío. Tomó a Şah y la llevó a su cuna.

 

-Usted jovencito, vendrá conmigo-Dije poniéndome de pie y tomando la mano de Murad.

 

-¿A dónde vamos a ir?-Preguntó.

 

-¿Acaso cree  ser el único con deseos de ver a su padre? 

 

-¿Iremos a ver a papá?

 

Asentí sonriente.

 

-Así es.

 

Me dirigí a Melissa.

 

-Por favor, cuida de Şah mientras esté fuera. 

 

-Por supuesto, sultana. No se preocupe.

 

Sonreí a Melissa y ella hizo una reverencia antes de que me marchase de los aposentos.

 

**** 

 

Divisé el toldo donde se hallaba Selim conversando con Sokollu Pasha. Parecían contentos, así que fui hacía ellos con Murad de mi mano. Atrás mío venían Lena y Aurora con las mellizas. También estaba con nosotras Rumeysa con Fatma.

 

-Alteza.

 

Hice una reverencia.

 

Murad se soltó de mi mano y corrió con su padre, quien abrió los brazos para envolverlo en un abrazo. 

 

-Le dije a mamá que cuando sea grande iré a la guerra y tendré una espada.

 

Selim rio y luego me miró.

 

-Acércate Nurbanu.

 

Me senté junto a él en los cojines del suelo. 

 

-Alteza, seguiremos nuestra charla luego. Lo dejaré a solas con su familia-Dijo el Pasha inclinando la cabeza.

 

Hizo una reverencia y se fue. 

Aurora dejó a Esmehan en mis brazos y Lena depositó a Gevherhan en los de Selim. 

 

-Mis hijas están cada día más hermosas ¿Dónde está Şah?

 

-¿Qué podría estar haciendo?-Reí- Sólo sabe dormir y comer. Yo estoy aquí, así que imaginé donde está su hija alteza.

 

Sonrío.

 

-Me pregunto ¿A quién habrá salido tan dormilona?

 

-No creo que sea a mí-Dije.

 

El sultán hizo una mueca, pero pronto sonrío.

 

-Me gusta dormir, no lo negaré.




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