Capítulo 3
Cuando terminaron de acomodarse en sus habitaciones, esa noche, Alex, que estaba en la sala de la sesión, llamó a los alumnos nuevos por una especie de megáfono que colgaba en la pared de la sala junto a la escalera, que conectaba a las habitaciones. Mina y el resto de los alumnos nuevos bajaron las escaleras.
–Por favor, acomódense en los sofás y butacas. Les voy a contar un poco más del colegio. Esta sesión lo hizo el padre del Director Dublee, Lorne y el de Locatux la hizo su abuelo Cornelius. Lorne eligió el color lila para que represente a su sesión porque representa las flores en primavera y la libertad –tomó un respiro y siguió–. También escogió al caballo negro porque es su animal favorito. El caballo negro también significa inteligencia, astucia, lealtad y valentía… Gracias a estas cualidades, ustedes fueron elegidos para esta sesión -tomó un respiro y siguió-. Como les decía; Cornelius eligió el color azul marino para Locatux porque representa al mar. El delfín significa para el: verdad, confianza, sabiduría y progreso –tomó otro respiro, pero esta vez un poco más profundo–. El veintiséis de mayo de mil novecientos uno, cuando el Director Corbin Dublee tenía treinta y un años, juntos con otros magos construyeron el colegio con magia, pero no lo hicieron tan rápido como ellos pensaban ya que había problemas con las magias de Lorne, Cornelius y Corbin. Luego, el dieciséis de septiembre del año siguiente lo habían terminado, ya que se había solucionado el problema que tenían con las magias.
–¿Y cuál era el problema? –preguntó una chica al fondo de la sala.
–La salud de estos tres magos. Estaban débiles, pero ellos no lo notaron. La magia influye en la salud; si tu salud no está en buen aspecto, no puedes hacer hechizo con tus manos como normalmente suele pasar y tienes dificultades al realizarlos –continuó Alex–. Pasaron algunos meses hasta que los tres magos estuvieran bien. Cuando todo estaba listo, inauguraron el colegio al día siguiente de lo terminado. Al principio… –dijo afónico y luego dio un suspiro.
–No te esfuerces, amigo. Descansa tu voz. La historia es un poco larga. Déjame terminar a mí –dijo una voz; era Sebastián Romero quien también estaba escuchando la historia.
–Gracias –dijo Alex todavía afónico. Sebastián se puso enfrente de los alumnos y frente a la chimenea, al lado de Alex.
–Al principio Cornelius y Lorne trabajaron juntos para construir las sesiones. Alex se olvidó de contarles una parte y que es importante saber lo que pasó; algunos de ustedes ya saben de Lucífero… -Mina y Ángela se extrañaron y se sorprendieron- pues él era también parte del grupo de profesores, pero desafortunadamente, cuando ayudaba con la construcción del colegio, le cayó un ladrillo en la cabeza. Cuando se lo llevaron al hospital, quedó en coma por una semana y cuando despertó no sabía quién era. Cuando se estaba recuperando del golpe y el director y los profesores ayudaban a recordarle todo lo que era él y lo que hacía; al tercer día de estar en el hospital, se escapó. Toda esa semana el director y los demás lo buscaron por todos lados. Semanas después supieron que el golpe de Lucífero había sido terrible; en vez de recuperar su lado bueno, se volvió al lado oscuro y desde esos días, él ha estado haciendo todo lo imposible al director y al colegio. Había pasado ya unos años desde ese incidente y el director junto con su abuelo y su padre, tuvieron una batalla casi a morir con Lucífero. En esa pelea Lorne y Cornelius batallaron uno con el otro hasta que los dos murieron; estaban hechizados por Lucífero –descansó la voz unos segundos y siguió–. Bueno chicos, es hora de dormir. Ya Alex les dio los horarios de sus clases y mañana tienen que despertarse temprano para tomarlas –después de decir esto, Sebastián caminó junto con Alex hacia sus habitaciones.
A la mañana siguiente, a las siete; Mina, Ángela, Ángel, Emma y Lance bajaron a desayunar al salón ya que las clases empezaban a las ocho. Mientras desayunaban, conversaban un poco.
–Mira Mina –le dijo Lance quien estaba al lado de ella–, ¿ves a aquella profesora? –dijo señalándola con la mirada. La profesora estaba sentada en la mesa de los profesores, conversando con el director. Esa profesora tenía el cabello de color rubio rojizo recogido hasta arriba, uñas muy largas y ojos rojos. Su vestimenta parecía rasgada, pero al mismo tiempo se la veía de buen aspecto. Usaba un guante cortado por los dedos en la mano derecha.