Capítulo 7

Capítulo 7

            El lunes, Mina y los demás empezaron otra vez sus clases como de costumbre.

Era la clase de Pociones y la profesora Riganell entró en la clase un poco atrasada y se disculpó.

            –Discúlpenme por la tardanza –dijo mientras abría uno de los cajones de su escritorio. Sacó unas botellas pequeñas las cuales parecían contener una especie de líquido y polvos. Los alumnos también sacaron la colección de botellitas con líquidos y polvos que guardaban en una caja de madera–. Como les he dicho anteriormente en la clase pasaba, hoy haremos un polvo para reparaciones mínimas, para aplicarla a personas, animales u objetos. Esta mezcla, se llama Godanma. Abran sus libros en la página veintisiete en donde encontrarán las características de la mezcla. Por favor, Leo, pasa adelante y lee lo que dice allí.

            Leo pasó al frente con el libro abierto entre sus manos y leyó:

            –Godanma. Una mezcla que lleva los siguientes polvos: polvo Lifonsura, polvo de Minco Dorado y Sal de Leonel. Polvos caracterizados por tener una consistencia parecida a la arena. Luego de mezclarlos, pasamos a poner los líquidos: Prist, baba de unicornio, Dresia y Grekzia –dio una pausa y luego siguió–. Características de los elementos de la mezcla Godanma: Lifonsura; polvo sacado del árbol Veritun; árbol de setecientos años que siempre tiene hojas y flores de color azul. Minco Dorado; un polvo que viene del cuerno del unicornio dorado. Sal de Leonel; viene de una rosa de muchos pétalos y en forma de espiral, que se encuentra en Japón, llamada Camellia Japónica, también conocida como la Rosa de Invierno. Prist; viene de un prisma derretido. La baba de unicornio, como el nombre lo dice, es de la baba de este ser. Dresia; es una combinación del Rubí y el Zafiro derretidos y mezclados. Y Grekzia; es la combinación de las pociones Xero y Meccí.

            –Muchas gracias, Leo. Pasaremos a hacer esta mezcla –Leo se fue a sentar.

Todos hicieron la mezcla. La profesora observó a todos como la hacían. Luego sonó el timbre de cambio de hora. Mina, Lance, Leo y Ángel fueron al salón general del colegio a descansar los quince minutos de receso. Allí encontraron a Ángela y Emma.

–¿Cómo les fue? –preguntó Emma.

–Muy bien. Muy interesante las clases de Pociones hasta el momento –aclaró Ángel sentándose al lado de la chica.

–¿Qué tal ustedes? –preguntó Leo sacando de su mochila, unos libros.

–Perfecto. La clase de Criaturas y Monstruos es maravillosa. También interesante –se emocionó Emma.

Alex llegó junto con un chico japonés, donde sus amigos.

–Chicos, les presento a Yamada Yuri, está en mí mismo curso –dijo Alex, señalado al chico de cabello negro y alto. Todos lo saludaron.

–¿Descansando? –les preguntó Yuri.

–Sí. Que suerte que tenemos quince minutos de descanso al finalizar cada clase de las mañanas –dijo por fin Lance que andaba muy callado.

Se quedaron conversando los quince minutos. Cuando terminó ese tiempo sonó el timbre.

–Bueno, hay que ir rumbo a nuestras siguientes clases –dijo Mina. Todos se despidieron y fueron a clases.

Mina, Leo, Ángel y Lance fueron hacia sus clases de Criaturas y Monstruos.

–Buenos días alumnos –dijo la profesora Carpio. Era baja, debía medir metro y medio, tenía unos cuarenta y cinco años y llevaba una ropa holgada que no le dejaban ver sus pies y manos, de colores pasteles–. ¿Preparados para esta clase? Hoy aprenderemos sobre los caballos con alas, o también llamados Pegaso.

Mina vio a Lance que estaba a su izquierda. El chico ni la miró, pero ella le dio un suave codazo en el brazo. Lance volteó a verla.

–¿Qué pasa? –le preguntó él.

–¿Te acuerdas que te dije que vi un caballo con alas doradas al salir del bosque cuando fuimos aquella noche?

–Sí, pero yo no vi ninguno. ¿No lo habrás imaginado?

–Fue real. Esta clase es nuestra oportunidad para aprender más de ellos.

Lance la miró medio atónito, no sabía que decirle ni que pensar. Mina volvió a mirar al frente, pero Lance la siguió mirando. Por su cabeza pasaban tantos pensamientos juntos. Esto era serio. Su amiga todavía tenía ese trauma del bosque, que imaginaba haber visto un caballo con alas doradas. Pero Lance pensó que el único ser que había visto era Mishoorí y el cual se parecía a la descripción de la chica.