Capítulo 9
Mientras seguían escuchando las canciones de Kralix, Ángela y Mina estaban reunidas junto a Alex, Yuri, Lance, Ángel, Emma, Leo y Michelle en una mesa. Mientras conversaban, Lance se dio vuelta y vio acercarse a ellos a unas gemelas. Este las reconoció; eran las mismas de su sueño. Se paralizó, se horrorizó. Sus manos empezaron a temblar. No pudo decir nada, se quedó mudo totalmente… Se levantó con fuerza de su silla y se interpuso entre la mesa y sus amigos con decisión.
–Fiona, Leyta. ¿Cómo están? –dijo Emma levantándose de su asiento y caminando hacia ellas.
–Hermana, no te acerques –dijo Lance agarrando el brazo de su hermana y jalándola suavemente hacia atrás de él.
–Lance, ¿qué te pasa? –se quejó su hermana.
Mina las vio, perpleja; sus ojos temblaban de miedo. Sentía como su corazón se oprimía hacia dentro de su cuerpo; era como si su corazón empezara a detenerse. Se levantó y se dirigió hacia Lance; le agarró el hombro. El chico la miró; en aquellos ojos pudo ver un destello, una gran inseguridad y entonces comprendió lo que ella sentía en aquel momento. El chico volvió a mirar a las gemelas. Emma no aguantaba más; agachó la cabeza cerrando sus ojos y con su otra mano soltó la mano de su hermano que aún le sujetaba el brazo. Se dirigió hacia las gemelas sin abrir los ojos.
–No sé qué te sucede, hermano –dijo Emma por fin abriendo los ojos y viendo a su hermano con tanto enfado. Lance apretó los dientes y fue entonces cuando Emma y las gemelas se voltearon y se marcharon del lugar. Ángela se paró y caminó unos centímetros hacia Lance y Mina. La chica los miró seria, pero a la vez con expresión dudosa y fue corriendo hacia Emma y las gemelas. Lance y Mina se voltearon para verse las caras. Se volvieron a sentar. Sus otros amigos también los veían de forma rara, como si lo único que existiera allí fueran ellos.
–¿Qué fue todo eso? –preguntó Leo.
–Debe haber una explicación –comentó Ángel.
–Y la hay… –dijo Lance mirando a sus amigos serio, pero a la vez con expresión tristona. Lance les contó todo el sueño con las gemelas.
–Impresionante –exclamó Ángel, pero no tan emocionado como de costumbre– y a la vez escalofriante…
–Sí, lo sé. Ahora, teniendo a Lucífero disfrazado de niñas gemelas…
–Pero Lance, no todas las visiones se hacen realidad –le dijo Michelle, tranquilizándolo un poco.
–Miren… lo único que les pido es que se cuiden de ellas. Yo ya no sé qué hacer o que pensar de todo esto –se levantó sin ánimos y se dirigió hacia la puerta del salón y salió. Mina lo alcanzó y apoyó una de sus manos en su hombro. El chico se volteó y la abrazó.
–Tranquilo –le dijo Mina mientras estaban abrazados. Le acarició el pelo cariñosamente. Luego se separaron.
–No sé por qué no me creen…
–Están confundidos… como tú, o como yo. Yo si te creo. Además… cuando esas gemelas se acercaron sentí escalofríos y… no sé, me paralicé. Fue horrible.
–Te entiendo. ¿Y ahora qué haré…? –dijo mirando sus manos que temblaban. Minas las agarró.
–No estás solo, Lance. Me tienes a mí. Ya pensaremos en algo –y frotó sus manos con las de él–. Volvamos a la fiesta, hay que cuidar de nuestros amigos.
Y así lo hicieron; volvieron a la fiesta. Luego de un rato, mientras Lance y Mina bailaban, el primero vio que las gemelas andaban solas en una esquina de la habitación. Se dirigió a ellas. Mina lo siguió sin entender que hacía.
–Se cree muy listo, ¿verdad? –dijo Lance con enfado, pero a la vez, un poco temeroso, aunque no se le notaba.
–¿De qué hablas? –dijo una de las gemelas con voz tierna.
–No te hagas, Lucífero. Ya sabemos que eres tú. ¿Por qué no das la cara y si quieres luchamos a muerte? –Mina, sorprendida por lo dicho, agarró el brazo de su amigo. Él la miró. Ella le devolvió la mirada, pero con miedo mientras negaba con la cabeza.
–¿Qué está pasando aquí? –dijo Emma llegando a la escena y viendo que Lance molestaba a las gemelas nuevamente–. Tú no te cansas de molestar, ¿verdad?