Capítulo 10
Había pasado un mes desde que las gemelas habían aparecido en el colegio. Ni Mina ni Lance habían tenido ganas de ir a clases ese día, así que se quedaron en el salón de Colatux.
–¿Te enteraste que mañana después de las clases de la tarde habrá un campamento al aire libre por dos días?
–Sí. Dicen que habrá fuegos artificiales, comida y juegos para todos por motivos de celebración…
–¿Qué celebran? –preguntó Lance que se lo había preguntado todo el día.
–Pues… las vacaciones que se acercan. El director pidió que se haga esto. ¿Te digo algo? Me parece a mí que el director ya tenía ganas de unas vacaciones y un buen descanso después de todo…
Los dos rieron.
Al día siguiente, al terminar la última clase, todos los alumnos fueron a prepararse para el momento en que disfrutarían de aire fresco y de diversión.
En el salón de Colatux, Mina, Lance y los demás agarraron sus mochilas; ya habían preparado todo lo necesario para el día de campo que duraría dos días. Salieron del colegio y vieron que todo el campo estaba cubierto con carpas de color negro, bastante amplias. Mina, Ángela, Emma y Michelle entraron en una carpa cerca del río. Lance, Ángel y Leo entraron a la carpa de al lado de las chicas y Yuri y Alex compartieron otra carpa al lado de ellos. Mientras ordenaban las carpas con sus cosas, el Director Dublee pasaba por allí revisando que todo esté bien. Mina salió de la carpa y agarró varios trozos de madera y las juntó en un círculo de piedra que ya estaba hecha. Quiso encender una pequeña fogata para calentarse, pero quería hacerlo al estilo campista; con unos trozos de ramas. Al tercer intento, se rindió; no le prendía.
–Permíteme ayudarte –le dijo Yuri que andaba curioseando la “habilidad” de su amiga.
–Soy algo inútil prendiendo fuego –dijo ella entregándole las ramas a su amigo–. Soy algo inútil en algunas cosas –dijo bromeando.
–Todos somos malos en algo, Mina. No eres la única.
–Sí, es verdad. Pero yo no he visto que seas malo en nada…
–Algún día lo verás –le guiñó el ojo, mientras terminaba de encender la fogata–. Listo.
–Gracias –le sonrió–. ¿Yuri? Ángel y Lance me contaron que, si ganamos en diciembre contra Namaré, el equipo de Rusia, podríamos estar en las finales de enero. ¿Crees que, si el equipo entrena mucho, podríamos estar allí?
–Siempre hay esperanzas. No te puedo decir que sí, porque, quien sabe que pase, ¿verdad?
–Sí, verdad. Pero siempre se puede tener esperanza para cualquier cosa…
Ángela, Michelle y Emma salieron de la carpa y vieron a Mina conversando con Yuri.
–Es muy lindo –le dijo Emma a Ángela y a Michelle, murmurando para que nadie escuche. Ángela se rio tapándose la boca.
–Quién te parece mejor: ¿Ángel, Yuri o Leo? –le preguntó Michelle a Ángela.
–¿Y Lance? –le preguntó Ángela.
Emma puso cara de sorprendida.
–No me digas que te gusta mi hermano.
–No, nada que ver. Mina se queda con él, ¿lo recuerdas?
–Sí, es verdad. Además, Ángel es de Ángela –dijo Michelle. Las tres rieron.
Yuri y Mina se pararon y entraron en el colegio, pasaron por la sala general hasta la cocina. Adentro estaba la profesora Riganell y el profesor Holmes ayudando a llevar unos pasteles y termos con té. Vieron que en las sillas y mesas había un montón de pasteles y termos con té recién preparados; se olía a chocolate dulce y té de canela.