Capítulo 17
El 24 de diciembre en la mañana, Mina fue a visitar a Liam junto con Lance, Ángela, Ángel y Yuri.
En el colegio solo se habían quedado unos cuantos alumnos y el resto se había ido a pasar Navidad y año nuevo con sus familias; Mina y todos sus amigos decidieron quedarse juntos celebrando en el colegio.
En el pequeño departamento de Liam, Mina y los demás comían un rico pastel de cerezas y bebían té de canela.
–¿Ya pidieron algo para Navidad? –preguntó Liam que estaba sentado en un sillón grande.
–Yo no pediré nada –dijo Mina jugando con su cabello.
–¿Por qué? –le preguntó Ángel.
–Yo ya tengo todo lo que necesito: a mi hermano, a mis amigos, mi prima, los chicos de Kralix, a Collin, a los profesores, a mi madre, a Okami, y a los demás chicos. ¿Qué más puedo pedir? Solo pediría una cosa: que podamos derrotar a Lucífero y sobre todo que haya paz y felicidad en los dos mundos –dijo tratando de sonreír y no llorar. Yuri, que estaba sentado al lado de ella, le pasó un brazo por el cuello y le acarició la cabeza tratando de animarla.
–Eso fue lo más lindo que te he escuchado hablar –dijo Ángela sonriéndole a su prima. Mina también le sonrió–. Por primera vez no eres exagerada pidiendo cosas materiales.
–Gracias por el cumplido, querida prima –le dijo Mina riendo.
Mientras todo esto pasaba, en el colegio, Emma, Alex y Leo estaban en la sala Colatux; eran los únicos ahí. El director le había dado permiso a Leo para poder entrar en Colatux.
Emma se paró y fue a la habitación de ella a buscar algo. Alex y Leo escucharon el grito de Emma más tarde y enseguida corrieron hacia la habitación a ver qué pasaba. Cuando los dos chicos abrieron la puerta de la habitación, Emma corrió hacia ellos, y abrazó a Alex con terror, ocultando su cara en su pecho y llorando. Emma señaló la cama de Mina con su tembloroso dedo y vieron que en las sábanas blancas de la cama de ella, estaba dibujada una calavera con sangre y tenía la firma de Lucífero.
Los chicos se asombraron.
–Salgan de aquí –les dijo Alex a sus dos amigos.
Leo agarró la mano de Emma y los dos salieron corriendo de la habitación y de Colatux, mientras que Alex agarró las sábanas y las tiró al piso.
–¡No voy a permitir esto! –dijo Alex muy enojado y salió del lugar. Encontró a Emma y a Leo cerca de la puerta de la entrada a Colatux.
–Debemos contarle esto al director Dublee –le dijo Leo a Alex.
–Sí, él debe saber que hacer –le dijo Emma todavía asustada.
–Eso es lo que estaba pensando. Leo, Emma, vayan a buscar a Mina y a los demás donde Liam.
–¿Tú que vas a hacer? –le preguntó Emma un poco preocupada.
–Cerraré el lugar para que nadie entre, tal vez Lucífero está ahí todavía. Yo iré a decirle al director todo lo que ocurrió. Será mejor que vayan ahora a buscarlos.
–¡Sí! –dijeron Leo y Emma a la vez y salieron corriendo.
–¿Qué pasa, Alex? –preguntó una de las jóvenes Diosas fantasmas que rondaban por el lugar.
–No se preocupe Diosa de la Luna, solo cerraré Colatux para que nadie entre.
–¿Por qué, que pasó? –preguntó la Diosa de las Flores quien estaba con la anterior Diosa.
–Lucífero –les dijo Alex y luego suspiró. Las Diosas se sorprendieron–. ¿Me harían un gran favor?