Capítulo 13
Noah
Empezamos a guardar un poco de mi ropa en maletas. Ropa provisional.
—No te preocupes Noah, lego volveremos por más cosas —Dijo mientras acariciaba mi cabello —Antes de ir a nuestra casa iremos a ver cómo está tú cafetería, mis hombres lo están reparando desde ayer.
—Gracias por hacerte responsable por los daños
—Claro que me haré cargo de todo, no tienes de que preocuparte. Ya que la culpa es de mi estúpido padre.
Tomamos las maletas y ya parado en la puerta caí en cuenta de la magnitud de las cosas y lo mucho que mi vida ha cambiado en dos días. Asentí y di una sonrisa nostálgica al lugar que ha sido mi hogar por muchos años. Donde he pasado por cosas buenas y malas. Recuerdos dolorosos que me guiaron a la persona que soy ahora.
Y sin más salimos al auto de Kai, donde traté de meter las maletas que traía, pero Kai las tomó de mis manos y las subió. Me guio a la puerta del copiloto. Y partimos al Rincón del Expresso. El camino fue tranquilo, nuestras manos tocándose y en cada semáforo acariciaba mi oreja y él estaba más nervioso que yo y eso que era yo el que estaba siendo mimado.
Llegamos y al entrar había hombres de mala pinta, pero en cuanto entró Kai parecían perros moviendo sus colas atentos a sus órdenes.
Kai analizó el lugar, revisaba las configuraciones de cada cámara, de cada alarma. Mientras yo revisaba las nuevas cafeteras que habían instalado.
—Todo está en orden, buen trabajo muchachos, traigan remplazos para que atiendan el lugar, quiero a los más jóvenes.
No terminó de hablar y sus hombres ya estaba llamando a otros hombres. Kai se acercó a mí, tomó mi mano y me sacó del lugar y me llevó al carro.
—¿Te gusta cómo está el lugar ahora?
—Si me gustó mucho como se ve, siento que es más moderno.
—Bien, ¿Listo para irnos?
Asentí ansioso, me devolvió una sonrisa. Manejó al barrio más que exclusivo en Gangnam, las casas que había eran muy hermosas.
Llegamos a la casa más lejana. Estacionó fuera y bajamos mis maletas, si…no me dejó bajar ninguna maleta. Entramos a la lujosa casa.
En cuanto dimos un paso dentro vimos una silueta sentada en el sofá. Kai hizo una mueca no supe decir si era de enojo, sorpresa, ironía. No lo sabía hasta que Kai por fin hablo.
—Aghh, ¿Qué estás haciendo aquí viejo?
Y la silueta se puso de pie.
—Vine a ver a mi nieto y a conocer al joven que cautivo su —Interrumpió Kai
—Ya cállate.
—Se acercó a mi extendiendo su mano —Buenas tardes Noah, soy Kim Gyungtae, soy el abuelo materno de Kai.
Extendí mi mano sosteniendo suavemente mi muñeca izquierda con la mano derecha inclinando mi cabeza formalmente como muestra de respeto por estatus.
—Un gusto señor Kim, soy Song Noah.
—O no hijo, llámame abuelo nada de señor, ni formalidades —Dijo mientras me daba palmaditas en el hombro.
Muy bien abuelo ya es hora que te vayas, Noah debe instalarse y guardar sus pertenencias —Interrumpió Kai, con la mano en la frente.
El abuelo rio fuerte y se fue sin decir ninguna palabra y cerrando la puerta.
Tomamos mis pertenencias y subimos las escaleras, me guio al que sería mi cuarto. El tiempo de la tarde que sobró lo pasamos acomodando mi ropa y accesorios.
Cuando terminamos el me mostró cada cuarto de la casa, fue un paseo divertido porque me mostró el lugar donde sería mi estudio. Yo reía sonrojado viendo la emoción que tenía él al haberme incorporado a su mundo.
Y sin darnos cuenta cayó la noche sobre la ciudad. En la cocina el preparó sándwiches mientras yo preparaba café. Él sonría mientras decía lo bien que olía el café. La comida fue muy tranquila hablando de cualquier cosa.
Al final pensaba limpiar solo la cocina, pero Kai reaccionó antes que yo y recogió los platos sucios de la mesa y los colocaba en el lavadero para yo ayudar lavando los platos, a la par Kai tomó un trapo para secar y guardar los platos en su puesto.
Fue un momento lindo, tranquilo después del caos de ayer.
Al final fuimos al sillón un rato a ver la tele.
—Kai, ¿Quieres un café o algo más?
—La verdad me gustaría un café con leche, pero ya voy yo a prepararlo.
Me levanté del sillón, el trato de levantarse también. Pero lo tomé de los hombros indicándole que se siente.
—No está bien yo lo preparo, también voy a preparar algo para mí.
En minutos volví con dos tazas y una manta. Nos acomodamos y vimos cualquier película. Aunque yo creo que en realidad ninguno de los dos lo miraba por estar nerviosos. Kai frotaba sus manos en sus piernas, mostrando lo nervioso que estaba.
Pero nunca esperé lo que venía.
—Noah… —Dijo Kai con voz nerviosa.
—¿Kai?
Antes de que vuelva a hablar se tapó la cara con una mano y suspiraba fuertemente. Creo que había algo que lo inquietaba.
—Tenemos que hablar seriamente. —Me miró con ojos tensos y necesitados.
—Si te incomodo puedo quedarme en un hotel… —Solté de golpe, después de todo creo que le estorbo aquí.
—¡NO¡, no es eso...
—¿Entonces?
Soltó un gran suspiro antes de volver a hablar —Noah quiero tu permiso para coquetearte… —Su cara se sonrojó y su frente comenzó a sudar. —Me gustas y nunca he hecho esto antes, así que no hacerlo correctamente, quiero aprender a ganarme tu corazón… Claro si tu me lo permites sin sentirte incomodo.
Sentí mi cara calentándose no por vergüenza, sino porque nunca nadie me ha pedido permiso para cortejarme, es tierno que el haga este acto de pedirme permiso.
—Esta bien. Me gusta que lo digas abiertamente… puedes hacerlo, puedes cortejarme sin que me incomode, porque… también me gustas y me gustaría ir despacio.
Sus ojos soltaron un brillo encantador al encontrarse con mis ojos. Puso su mano sobre la mía con cautela. Yo correspondí con una sonrisa.
Después de esta pequeña conversación necesaria para ambos nos despedimos y subimos al cuarto para tratar de descansar.