ʟᴀ ᴍɪꜱɪóɴ ᴅᴇ ᴄᴜᴘɪᴅᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴀꜰɪᴀ || ʙʟ || ᴏʀɪɢɪɴᴀʟ

Capítulo 18

Capítulo 18

Kai

Los días se volvieron semanas. Las semanas eran emocionantes. Cada uno con su rutina, pero juntos al llegar a casa. Noah sigue yendo a la cafetería, estoy tranquilo por las cámaras instaladas. No con intención de espiar, sino de estar pendiente de que nadie vuelva a perturbar su santuario.

Lo mejor es que cada mañana me despedía de Noah con un beso en la frente antes de ir a la oficina. Timi ladraba como si me estuviera despidiendo él también.

—Pórtate bien con mamá —le decía en broma al cachorro, y Noah respondía:

—¿Mamá? ¿Desde cuándo?

—Desde que adoptaste a Timi.

Noah también estudiaba repostería desde casa, conectado a clases virtuales, experimentando nuevas recetas.

Yo llegaba exhausto muchas veces, pero siempre tenía energía para abrazarlo, para probar sus nuevos experimentos, para sentarnos juntos frente a la tele con una manta y Timi sobre las piernas, para contarle lo difícil o lo absurdo de mi día.

—¿Otra reunión con ese mafioso de Busan? —decía él, con la cabeza en mi hombro.

—Sí, pero esto me relaja.

A veces, Timi hacía alguna travesura: morder un cojín, subirse a la mesa, robarse una media.

—¡Timi, no! —lo regañaba Noah—. ¡Otra vez, no!

—Déjalo, solo es un bebé —Yo lo defendía, con una risa traicionera.

—Claro, porque no limpias lo que ensucia.

—Pero lo amo. Como a ti.

Y entonces todo se perdonaba.

Nos levantamos entre risas, caminando descalzos hasta la cocina. Noah estaba puesto mi camiseta —esa azul que le queda enorme y le llega casi hasta las rodillas—, y juro que nunca había visto algo tan perfecto. La tela colgaba de su cuerpo con una ternura desarmante. A veces se subía un poco al caminar, dejando ver sus muslos pálidos, y yo me sentía completamente vencido.

—Deja de mirarme así —me dijo con una sonrisa ladina mientras buscaba los granos de café.

—¿Así cómo?

—Así como si fuera la comida.

—Lo eres. Pero lamentablemente me toca hacer tostadas.

—Podrías tener ambos.

—¿Ambos?

—Sí. Tostadas… y a mí —dijo, encogiéndose de hombros como si no acabara de soltar la bomba más adorable del universo.

Me reí tan fuerte que casi dejo caer el pan.

—No puedes decir esas cosas. Es ilegal.

—¿Por qué? —dijo acercándose con su taza—. ¿Hay un horario para esto?

—Hay un horario para las tentaciones, y tú claramente no lo respetas.

Se encogió de hombros con una sonrisa que sabía perfectamente lo que hacía. Y me pasó la taza humeante. Café fuerte, como a mí me gusta.

—¿Estás seguro de que hoy quieres hacerlo? —le pregunté, con el corazón latiéndome rápido.

Noah me miró, esta vez sin bromas. Sus ojos eran una declaración.

—Sí —dijo, sin titubear—. Si quiero. No tengo miedo. Siempre y cuando sea contigo, no me importa.

—Eso fue… demasiado tierno. ¿Seguro no estás poseído?

—Lo estoy. Pero… —hizo una pausa—. Hay que ser cuidadosos con lo que Timi ve.

Solté una carcajada.

—¿De verdad?

—Sí. Sería vergonzoso si nos ve.

—Creo que se celaría de que su mamá me de cariño a mí.

—No creo que sea tan celoso como para no compartirme.

—Tú tampoco sabes compartir. Te pones celoso de mis libros.

—¡Porque les hablas con más amor que a mí!

—No seas tonto, no me resisto a estar sin ti —respondí, dándole un beso en la nariz.

—No te creo.

—Es verdad, llegar a casa y estar contigo es mi parte favorita del día.

—Sinvergüenza.

Un golpe seco interrumpió nuestro coqueteo discreto.

Timi pateaba su plato de comida mientras movía su colita. Exigía su comida. En su boca un juguete chillón, que hacía sonar cuando tenía hambre.

En esas circunstancias solo tocaba hacer nuestra labor de padres. Noah le ponía sus croquetas y yo buscaba la carne, un extra de proteína recomendado por su veterinario.

Noah arrugó la nariz en señal de desagrado.

—Esa carne apesta —Dijo tapándose la nariz.

—Lo sé, por eso come en su espacio.

—Sí porque no podría comer junto ese olor.

—Le preguntaré al veterinario si le podemos dar otra cosa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.