O N L Y

CAPÍTULO 2

– ¿H O G A R? –

Desperté de un sueño profundo, toqué mi rostro y parecía que había estado sudando, vi mi reloj y ya estaba amaneciendo eran la 6:30 am.

—Coco, vamos cariño despierta es hora de partir. Debemos buscar más víveres no quiero que te quedes con hambre. Aún queda una lata y es la que comeremos en la caminata.

Tomé a coco y nos dirigimos hacia el desierto que se encontraba a unos 20 metros de donde estábamos.

El sol era algo fuerte pero llevaba suficiente agua para coco y para mi.

Subimos aquellas montañitas de arena que había. 
Llevábamos caminando media hora y coco ya no podía, veía su cara cansada y lloraba por el sol tan fuerte.

Decidí tomarlo en mis brazos; pues no permitiría perderlo.

Caminamos y caminamos, nos detuvimos a tomar agua, y por fin llegamos a otro campamento.

Comenzamos a buscar comida almacenada. Las últimas veces las he encontrado debajo de donde cocinan, pero no logré encontrar nada.

Caminé otra media hora con coco, pero decidimos sentarnos a descansar y comer algo lleve fruta para mi y para coco el alimento que tenía en la lata. 

Luego de caminar otra media hora vi unas casas cerca así que corrí hasta llegar a una, revisé que todo estuviera solo, pero no había nadie, entre a la casa y fui directo a la cocina, no había llegado tan lejos tuve que caminar 3 horas para llegar aquí, no había aguantado tanto, por suerte la casa estaba muy surtida, y tenía muchas cosas que podía usar, había también agua. Así que tomé un baño y aprovechando le di un baño a coco. 

—¡Ay que refrescante es esto!, no puedo creer que jamás caminara tanto, de haberlo echo habría descubierto esto hace mucho tiempo.

Escuché un ruido abajo, y me asusté, me cambié rápido y salí despacio para ver que era lo que oí, bajaba las escaleras...

—¿C-coco eres tú?

Salió con una pelota en el ocico aventandola a todos lados, moviendo la cola como un cachorro feliz.

—Casi muero del susto—lo acariciaba— no hagas eso, vamos acostemonos un rato.

Decidí acostarme un rato en aquel sillón que de tanto tiempo estaba empapado de polvo, quité lo más que pude y me puse a pensar.

—Sabes, coco, jamás pensé que vería a algún animal, tiene tanto tiempo a que estoy sola, ni un ratón  pasaba cerca de mi. Y ahora que encuentro esto, y encontrarte a sido realmente una sorpresa. No sé cuál sea mi destino en esta tierra sólo espero poder navegarla contigo, mi compañero fiel.

Toqué a aquel peludo, quien se echó un ladrido pequeño. Pues apenas era un cachorro.

Luego de unas dos horas, empecé a inspeccionar la casa, vi los muebles tan empolvados, se veía que no se habían usado en mucho tiempo, habían unos cuadros; había una familia en ella y en otro estaban dos pequeños solos, una niña y un niño.

Decidí quitarle el polvo a una de ellos.

—Parecen tan felices...

Flashback...

—¡Cariño!, corre, corre, anda vete. Corre.

Oí un ladrido de coco y reaccioné.

—¿Quién era esa persona?... apenas y pude escuchar la voz, pudo haber sido de hombre o mujer solo... todo fue muy borroso. ¿De qué debía huir?

Esas preguntas estaban en mi cabeza y sólo podía hacer dos cosas, averiguar qué pasó o solo olvidarlo. 
Quisiera poder recordar más pero no quiero hacerme falsas esperanzas, probablemente fue lo que llegué a soñar en algún sueño.

A parte de esos dos niños había una foto de su mascota, era realmente linda.
Volví a subir y entré en una habitación, parece ser de sus padres, revisé su closet y por suerte había ropa de mi talla. 
Y es muy lindo el estilo, puede ser que era muy joven pues los niños de las fotos tenían como 4 años.

—Y si mejor ¿Me quedo aquí?, parece ser un lugar muy lindo, hay agua, suficiente comida, ropa, una cama, y zapatos. Hay todo lo que necesito, sólo que... me da miedo estar sola en esta casa. Aún con coco.

Al ver la hora me percaté que ya era muy tarde, debía quedarme ahí a dormir y en la mañana regresar. Pues no sabía que tan seguro podría ser.

8:50 pm.

Decidí llevar un poco de agua, y comida para coco, había un tazón especialmente para el, y yo use una pijama muy cálida. Subí a coco a la cama conmigo. Estas camas son tan cómodas, cerré la puerta y coloqué un mueble, cerré la ventana y la cortina, no hay luz  es mejor, así no corro ningún peligro.

Decidí dormír...

Oí alguien tocar la puerta.

—¡Abran!, por favor, ¡Ah, Ahhh!—oía como lloraba desesperadamente—¡Por favor..!

—Creo que voy a abrir— dije susurrando.

Quité aquel mueble tan pesado y el seguro de la puerta, temblaba de miedo pues el saber que podría pasar me tenía dominada. 
Pero por alguna razón coco no ladraba.

Abrí de inmediato pero no había nada afuera. 
Seguí caminado, todo está oscuro, apenas y podía ver. Toqué algo con mis pies, era esponjoso.

—¡No, no, no!. —Comencé a llorar— ¡No!...
Con el corazón alterado decidí tocarlo y al ver mis manos estas tenían sangre. 
Me arrodillé y lloraba, hasta que sentí que algo me tocó.

—Xay, es hora.

Desperté de inmediato, estaba sudada, miré a todos lados, ya estaba puesto el sol.

—La puerta...—miré hacia la puerta—está cerrada.

Miré a coco estaba aún algo dormido, despertó y lamió mi mano.

—Sabes, no puedo dejar de tener estás pesadillas. Son tan confuzas y tan horrorizantes. —le di un beso— que suerte que estás a mi lado.

Decidí darme un baño, la noche me había agotado demasiado.

Ya había quitado todo lo que tenía la puerta. Bajé a desayunar.

Intenté prender aquella estufa vieja pero no funcionó. 
Así que tomé algunos muebles y los quebré para tener leña y así calentar las latas de comida almacenada que encontré en su sótano.

Al terminar de calentar todo le di a coco de comer y comimos hasta llenarnos.

—Fue exquisito —terminé de lamer la cuchara—bien ahora, vamos a buscar todo lo que necesitaremos y reunirlo para ir a casa a despedirnos y continuar del otro lado. Vamos busquemos respuestas. 

 




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