–NUEVAMENTE PREGUNTAS–
"Cuando creíste saber completamente la verdad; te das cuenta que hay otra versión que no ha sido contada y que por lo tanto te lleva a tener aún más dudas"
Desperté, mi corazón latía muy rápido y sentía que la respiración me fallaba.
Decidí sentarme, trataba de calmarme pero no podía, miré a mi alrededor y vi como Iker aún dormía, coco se acercó a mi y lamió una de mis manos que estaba recarganda en donde estaba sentada.
Me sentía preocupada y al mismo tiempo con muchas preguntas del porqué esos sueños se sentían tan reales.
Decidí volver a acostarme y tratar de conciliar el sueño.
Al día siguiente me levanté algo tarde.
Miré que Iker estaba calentando algo de comida en un fogón que prendió afuera.
Me arreglé un poco y decidí salir.
—Anoche tuve un sueño muy extraño, no se porqué soñaría con mi propia muerte. Al menos que fuera un recuerdo que en realidad dudo demasiado de ello, más aún cuando se supone que debí morir—me miró y se quedó callado.—¿No piensas decirme nada?.
Me molesté y decidí entrar a la casa nuevamente, subí las escaleras y entré a una de las habitaciones, pude observar bastantes cosas y noté que la habitación era de una chica.
—No digas mi nombre incluso cuando creas amarme.—¿Qué es esto? Pensé—Cómo el supuesto libro que inventé.
Luego de irme de aquella habitación la cual estaba cubierta de polvo no completamente pero si su mayoría; salí de allí y fui al sótano.
Llevé una de las lámparas, todo el lugar estaba oscuro, caminaba y observaba aquellos artefactos que parecían algo viejos y abandonados.
Comencé a buscar algo más que llamara mi atención hasta que tropecé con un pequeño clavo que salía de una de las maderas del piso, este estaba cubierta con arena. Pues la casa estaba siendo poco a poco cubierta de ella.
Decidí alzarlo y noté que dentro de este había un cuaderno que desenvolví de una manta que lo cubría.
Lo tomé, al igual que el celular que estaba a lado de el, ambos ocultos debajo del piso de aquel sótano.
Decidí ponerlo en una de las bolsas que encontré y lo llevé a mi mochila. Cuando salí Iker me habló.
—Noté que estás molesta, hace rato no te escuché por eso no respondí, no quise hacerte pensar que no me importaba.—se acercó más a mi.
—No importa da igual, así no tengo que preocuparte con cosas que solo son para mí. Al igual que tú, porque hay veces en las que tampoco quieres que me meta.
—Xay... sabes que no es cierto esas cosas que dije ya tienen tiempo. Llevamos un mes viajando y no quiero pelear de nuevo.—Su mirada cambió siendo esta más sincera.
—Pero son verdad, no sé, ya estoy cansada. Sigues siendo conmigo tan seco, no es como antes, solías ser más amable y sentía aquel apoyo. Ahora eres solo alguien que se preocupa más por si mismo.—decidí sentarme mientras cubría mis ojos de lo cansada que ya estaba.
—Tienes razón y prometo que tendré más control sobre mis emociones, necesito que sigas confiando en mi, haré lo posible por tratarte como antes.—se acercó a mi y me dio un abrazo—Xay quiero lo mejor para ti, quiero que recuperes tu vida.
Al cabo de algunas horas casi al atardecer Iker encontró un auto estaba viejo pero parecía que si tenía arreglo, ambos estábamos más aliviados, se pasó el día entero tratando de repararlo mientras que yo leía en voz alta aquel libro que encontré.
Tenía una nota pegada en la primer página.
—Lunes 12 de octubre de 2040. Espero querido lector que en un futuro todo mejore, que al menos haya un futuro.—pensé en dejar de leer pero tenía demasiada curiosidad.—Ha pasado tiempo desde que el mundo cambió, ahora son historia... una historia para todos aquellos que apenas están viendo el mundo por primera vez. La Tierra o más bien lo que quedó de ella, ahora o incluso más que antes se siente completamente diferente, el aire es más puro, aún conservamos algo de naturaleza y aunque nos quedamos con menos animales de los que ya había seguimos teniendo fe de que pronto acabarán las malas noticias.
—¿Encontraste ese libro aquí?—interrumpió Iker—Aquí ya no hay nada más que casas viejas y sin mencionar que estamos en medio de un desierto.
—Han pasado más de 30 años, quiere decir que aún el clima sigue cambiando.—dije mientras observaba el lugar.—No, quiere decir que sobrevivimos, estamos sobreviviendo.
—Continúa leyendo tal vez nos de razones de como sucedió o que más pasó.—asentí y proseguí.
—Las noticias fueron devastadoras, se ha perdido más masa continental, se han sucitado terremotos y desbordes en todo el mundo, hace poco aparecieron cientos de tsunamis que acabaron con cada ser vivo y todo aquello que había quedó debajo del mar. El lugar en el que estamos es seguro tenemos lo que necesitamos, posiblemente podamos sobrevivir.
30 de octubre de 2040.
Todo se acabó, todo a comenzado a secarse, nos dijeron que vendrían a ayudarnos pero fue mentira, llegaron personas de la fuerza armada pero... asesinaron a todo aquel que estuviera cerca, corrí a esconderme en una de las casas, había un lugar muy seguro muy debajo de la casa en donde nadie podría entrar, más que mi familia y yo, me dolió tener que ocultarme mientras mis padres distraían a aquellos hombres, después salir y ver sus cuerpos tirados junto aquellas personas, niños, niñas, bebés, ancianos, muertos de la peor manera, con la ilusión de ser rescatados, de saber que vivirían.
—No puedo creer que aquellos que se suponen deben ayudar terminen aniquilando a todo quel que vean.—agregué molesta.
—Es extraño, ¿Por qué la fuerza armada mataría a tantas personas?, alguien habrá mandado a hacer eso, posiblemente quería terminar lo que él clima empezó.
—Sí pero quién sería tan maldito como para matar a sangre fría incluso a niños, ¡Por favor dice que también bebes!—grité molesta haciendo que Iker se lastimara la cabeza al pegarse con el auto.—Perdón, es que me da mucho coraje que les hayan hecho eso a esas personas.