O N L Y

CAPÍTULO 12

"Caemos en promesas que no siempre son cumplidas y apesar de eso, perdonamos".  

CAÍDA–

Sonreí después de aquel emotivo beso, él sostuvo mis manos fuertemente, tenía una sonrisa dibujada en su rostro.

—No sabes cuánto esperé por este momento. Las posibilidades de que esto pasara eran muy pocas—se acercó a mi y me dió un abrazo.

Correspondí aquel abrazo y así nos quedamos unos minutos observando aquel lugar, mientras uno con otro nos sentíamos seguros.

—Haré lo posible por continuar estando para ti, sé lo difícil que ha sido el estar conmigo, pero lo único que deseo es que puedas ser feliz—agregué mientras permanecía en sus brazos.

—Lo importante ahora, es que seremos incluso más fuertes, porque la mujer a la que amo me ama.

—Xay nece... perdón no quise...

Decidimos dejar de abrazarnos lo más rápido posible, queríamos evitar que se sintiera  incómoda.

—Descuida—dije con rapidez—Pero dinos Marissa ¿Qué pasó?

—Sofia está muy delicada de salud, creo que es el virus. Todos están muy preocupados. Puede que se expanda si no hacemos algo ahora.—dijo mientras miraba a Mateo.

Mateo me miró y yo a él, Marissa no quería dirigirme la mirada.
Solo salí de ahí y fui directo con Sofia.
Sofia es una de las chicas que me apoya para salir a buscar víveres, no quisiera pensar que se contagió junto con todo el equipo que envié. 
Pero si eso fuera así... no sabría que hacer, no tenemos la cura y desconocemos en su totalidad al virus.

Luego de llegar abrí la puerta que se encontraba justo enfrente de mi, mi mano temblaba. 
Decidí entrar; pude verla acostada, se veía pálida estaba envuelta en muchas sábanas y edredones.

—¿Cómo te sientes?, la mento mucho que estés pasando por esto, haré lo posible por encontrar una cura.

Me senté a su lado e iba a tomar su mano

—¡No!, si lo haces te vas a contagiar—Dijo Marissa asustandome.

Quité mi mano y decidí tomar distancia.

—Xay, no te preocupes, entiendo que no puedas estar cerca, me siento mejor de lo que me veo—sonrió—Estoy segura de que voy a lograrlo.—Ella temblaba de frío.

Hace unos meses un virus nos atacó; dejando a la mitad de nuestros refugiados muertos.
El último año se han estado suscitando diferentes tipos de enfermedades y nadie sabe el origen de estos, es algo que nos ha estado preocupando.

Decidí salir, luego de mi salió Marissa quien cerró la puerta y se iba de inmediato.

—Marissa—dije antes de que terminara de irse.

Ella se volvió hacia a mi, la notaba molesta aunque no sabía la razón.

—¿Pasa algo?, estás rara desde hace un rato, siento que hay algo que te molesta.

—Xay, no hay nada que me moleste, solo estoy preocupada, incluso más que...—se quedó callada.

—¿Qué yo?, ¿Eso es lo que ibas a decir?, No entiendo porqué supones eso, ahora que lo pienso es por Mateo ¿Verdad?.—Marissa se molestó.

Se volvió al lugar que iba, decidí tomarla del brazo y enfrentar el problema de una vez.

—¡Sueltame!—gritó mientras se jaloneaba.

—Es que no te entiendo, nunca hay un problema entre nosotras, esto es muy tonto. Necesito que me digas que es lo que pasa.

Su rostro expresaba mucho coraje y sus ojos estaban llorosos.

—Te vi con Mateo y siento que no sientes eso que dices sentir por él, es injusto que lo engañes de esa manera. Ahora resulta que siempre si lo quieres. Cuando nunca te preocupaste por él, ¿Sabes cuántas veces vi por él cuándo tú lo herias?

Me quedé callada unos segundos.

—No tienes que decir eso, tú no conocías la situación, ¿¡Por qué ahora no me apoyas?!—grité mientras estaba molesta.

—Es que es ilógico, tú jamás olvidaste a Iker, admite que ni siquiera sientes algo por Mateo. Él no merece ser segunda opción.

—Es todo Marissa no voy a permitir que sigas con esto, y no, no es verdad; me ha costado mucho ser quién soy ahora, eres mi amiga más no te debo explicaciones. Si tu actitud sigue de esta forma será mejor que te vayas a otro refugio, porque no voy a soportar tus reclamos sin sentido.—caminé con dirección a mi habitación.

Iba tan molesta que terminé chocando con Mateo.

—Xay ¿Estás bien?.—dijo mientras me acomodaba el cabello que se encontraba en mi rostro.

—Acabo de pelear con Marissa, estoy muy molesta, piensa que voy a jugar contigo y que ni siquiera te quiero, es una tontería. Duda de mi a pesar de que ya le estaba tomando cariño. A demás dijo que ella está más preocupada que yo por todos los del refugio.

—Hace un rato cuando fuiste a ver a Sofia...—se detuvo unos segundos— No te enojes porfavor.—puso sus manos en mis dos hombros—Dijo que estás jugando conmigo, que tuviera cuidado, te conozco desde hace casi dos años, siento que está celosa es por eso que lo dice.

Me molesté aún más.

—Ahora sí la voy a matar—dije mientras regresaba con ella.

Mateo tomó mi mano.

—Mejor vamos a comer algo rico, solos sin nada de preocupaciones. Recuerda que iremos a visitar a los refugios para avisarles a detalle de la enfermedad. Nos iremos mañana.

Caminé hacia a él me paré de puntitas y le di un beso.

—Por eso me gustas tanto—Sonreí—Vamos, me va a distraer comer contigo.

Fuimos a mi habitación, nos sentamos y colocamos nuestros platos en la mesa.

—Aproveché que habías ido por la comida y avisé a todos que deben resguardarse en sus habitaciones hasta que todos estén exentos del nuevo virus—comenté eso y luego de ello di un sorbo pequeño de agua.

—Aún nos queda mucho por hacer pero estoy seguro de que podremos encontrar una cura.

Al terminar decidí recostarme un poco, Mateo se sentó a mi lado y acariciaba mi cabello, me sentía segura estando con él. 
Cerré mis ojos y me quedé dormida.

—Prometo que vendré por ti. Así tenga que viajar durante meses te voy a encontrar, lo único que te pido es que no me olvides, Vane no me olvides por favor.—tomó mi mano fuerte.




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