"No podemos evitar las malas noticias"
–CONVERSACIONES–
Oímos como la perilla giraba la puerta se abrió un poco.
—Señor Oliver, lo buscan—oímos como alguien llegó con él—es urgente.
Él cerró nuevamente la puerta y se alejó.
Decidí mirar por la ventana, colocando de lado la cortina.
—Se fueron—dije mientras volvía a poner en su lugar la cortina.
Me dirigí hacia Mel quien seguía asustada.
—¿Qué va a pasar ahora?—preguntó Mel.
Me sumergí en mis pensamientos mientras intentaba pensar que era lo mejor.
—Solo podemos esperar solo unos días, ocultarte por ese tiempo, y después... debemos irnos.
Mateo me miró apresurado.
—¿Irnos?—preguntó rápidamente.
—Sí, no podemos arriesgarnos, Mel se parece mucho a mi, eso no traería problemas, problemas que quiero evitar.
—Mi padre lo va a entender, estoy seguro de que nos va a ayudar.
Me senté junto a Mel mientras acariciaba su cabello castaño.
—En unos días me iré, quien quiera irse conmigo con gusto lo aceptaré—miré a Mateo—quien no, está en todo su derecho a quedarse.
Mateo salió de la habitación, Iker me miró y solo ignore aquella mirada.
Estaba molesta y presionada, no sabía en qué problema pensar primero.
—Estarán bien—habló Iker mientras tomaba uno de mis hombros.
Mel dormía al igual que Valeria.
—Necesito respuestas, estoy harta de que atraves del tiempo solo me de vueltas y vueltas la verdad. Iker me estoy desesperando esta búsqueda no es más que una ilusión, son verdades a medias.
—Te entiendo pero debes detener un poco esto, ahora estamos aquí, con una familia que apreció y que tanto anhelabamos. Por esta noche descansa, deja de buscar.
Solté un suspiro que él pudo escuchar, sonrió mientras me abrazaba.
—Descansa y mañana podremos pensar mejor.
Dejé de abrazarlo y fui a la cama, me quedé dormida minutos después.
Al amanecer vi a Mel, estaba de pie en la ventana. Observaba por ella.
Me levanté rápidamente y tomé su hombro para hablarle.
—No deben verte—Ella dió un salto.
—Xay, me asustas—dijo volviéndose hacia a mi para luego colocar su mano en su pecho.
—Si te ven vamos a estar en graves problemas—dije tomandola del brazo.
—Xay, no puedes evitar los problemas. Tienes que aceptar el destino que te ha tocado, por más difícil que este sea.
—No lo entiendes, y es mejor que te quedes aquí, iré por el desayuno, no te acerques a la ventana.
Salí por la puerta y me dirigí a uno de los comedores.
Estaba molesta y al mismo tiempo seguía preocupada.
Caminaba algo rápido y choqué con alguien.
—Xay, parece que tienes ciertos problemas.
Escuché decir, y la miré.
—¿Perdón?
—Dije espera no te muevas—tomó algo de mi cabello y lo arrojó al suelo.
Luego lo pisó.
—Tenías una araña—dijo mientras sonreía.
—Gracias Nora—sonreí y al querer dar un paso agregó algo más.
—A noche Mateo fue a verme. ¿Qué fue lo que pasó?, me pregunto que pudo haber pasado entre ustedes dos.
Solo la miré y continúe caminando.
—Era una pregunta Xay, no lo tomes personal—gritó.
Giré los ojos y continúe caminando y al llegar vi al padre de Mateo.
Sostenía una caja de medicamentos mientras sonreía al dárselo a unos de los que le ayudaban.
Me quedé mirándolo por unos segundos hasta que me vió, intenté mirar hacia a otro lado pero el se acercó.
—Buenos días Xay, anoche Mateo me dijo lo que pasó.
Me quedé muda al escucharlo, tragué saliva e intente no mirarlo a los ojos.
—Allá afuera es muy peligroso, las personas no son buenas, y es difícil poder dormir sin tener un arma en la mano. Aquí—observó el lugar— Puedes estar segura y puedes prosperar.
—Lastimosamente no creo que sea tan seguro, podríamos estar en un agujero y no lo sabríamos solo por recibir atenciones y comida. Las personas pueden ocultar una parte de si mismos y la sacan cuando creen que es necesario—observé el lugar también—Lo seguro no es tan seguro después de todo.
Sonreí mientras lo miraba.
—Xay—escuché decir a Mateo.
Me volví lentamente hacia a él probablemente habría escuchado todo.
—Los dejo—habló su padre para luego dejarnos solos.
Mi rostro mostró enojo, mientras miraba a todos lados menos a él.
—¿Por qué no puedes confiar en mi padre? ¿Por qué te aferras a querer echarlo todo a perder?
—No Mateo, no me vengas con tonterías, sabes bien que confío en ti pero no en una persona que apenas apreció en tu vida diciendo que es tu padre, y tú ciegamente confías en él, ¿Qué no has aprendido nada?, y lo peor es que hablaste con él cuando claramente dije que no. ¿Crees que me importará si sigues perdiendo mi confianza?.
Lo dejé solo y seguí con mi camino.
Al llegar al comedor me forme y al ser mi turno decidi pedir.
—Me das dos porfavor—dije mientras me daban uno de los platos.
—¿Aquí otra vez?, Ay el destino quiere que seamos amigas—rió.
Me di la vuelta sosteniendo fuerte los platos.
—¿Para quién es el otro?—preguntó.
—Nora, por favor. Son para mí, ¿No puedo?
Ella sonrió negando.
—¡Mmm ya! ¿Es Iker cierto?—su sonrisa incrementó—La verdad es que hacen una excelente pareja, es lo que le dije a Mat, estando meses juntos como no se iban a enamorar por eso fue lo mejor que ambos terminaran.
Me puse seria mientras miraba su sonrisa tonta, tenía ganas de aventarle la comida en la cara mientras escuchaba las tonterías que salían de su horrible boca metiche.
—Es por eso que Mateo aún lucha por mi, es difícil reemplazarme, siendo la famosa Xay, dime ¿Quién podría?.
Su sonrisa desapareció mientras asentía.
Sonreí mientras alzaba una de mis cejas.
Me dirigí hacia la habitación, al llegar abrí la puerta, me costó bastante tuve que poner una de los platos en el suelo para luego volverlo a tomar.
Se lo llevé a Mel, y vi a Iker darle agua a Valeria.
Me acerqué a él mientras la veía, sus ojos estaban morados y sus labios partidos.
Su piel estaba seca.