O N L Y

CAPÍTULO 20

"Fuimos, es un tiempo que ya ha pasado, no te quedes en el"

–R  E  S P U E S T A S–

Caminaba por un pasillo, todos los que dormían ahí estaban despiertos y caminaban a mi lado. 
Observaba a todos ellos, unos se tomaban de las manos, otros iban solos como yo. 
Las paredes blancas y aquellas luces que iluminaban los pasillos eran tristes, esos colores mostraban tristeza.

Nos hicieron sentarnos minutos después, buscaba a alguien, de entre todos ellos. 
Me levanté sin que me vieran y fui en busca de él.

Llegué a su habitación, pero no había nadie, continúe caminando y buscando por cada rincón, hasta que escuché unos gritos. 
Parecía estar sufriendo. 
La puerta estaba abierta y miré tratando de que nadie me viera. 
Max se encontraba sentado en una silla, mientras que uno de los guardias estaba a su alrededor y otro se encontraba de pie observando. 
Se veía molesto, apretaba su puño con fuerza. 
Noté que Max tenía las manos atadas, e intentaba liberarse pero era imposible.

—¿Fuiste tú?—preguntó furioso.

—No se de que me habla—respondió Max.

—Lo voy a volver a preguntar, si no respondes como deberías vas a pagarlo muy caro. Así que debes hablar ¡Ahora!.

—Está equivocado, no se de que me habla.

Él se veía bastante convincente pero no para los guardias. 
Estos comenzaron a golpearlo y el gritaba de dolor, era  tan solo un adolescente, quien estaba soportando el dolor. 
Solo podía mirar hasta que cruzó una mirada conmigo.

—¡Alto!—gritó uno de los guardias—¿Sabes quién sabrá?—Sonrió—la pequeña Vanessa.

Max se asustó poniendo los ojos en grande.

—¡No!—Ella ha estado en su habitación siempre, no la metan.

—¡Ay! Defiende a su linda hermanita.

Alguien me tomó de los brazos y me cargó haciéndome entrar donde todos estaban.

—Miren quién está con nosotros. La valiosa Vanessa.

Todos rieron, mientras uno de los guardias colocaba una navaja filosa en mi cuello.

Los ojos de Max mostraban mucha desesperación, quería librarse de lo que lo sujetaba.

—Está bien, fui yo.

Yo negué con la cabeza, estaba desesperada, temía a que le hicieran algo.

—Te lo dijimos una vez Max, la segunda ya no se perdona.

Comencé a llorar, y a negar con la cabeza. 
Los guardias le dieron un golpe en la cabeza haciendo que quedara inconsciente, o por lo menos quería que así fuera. 
Se lo llevaron y me quedé ahí llorando. 
Intenté seguirlos pero me encerraron en mi habitación, haciendo que me desesperara, mi hermano había hecho tanto por mi y por eso aquella chica me culpaba por su muerte.

Un olor llegó a mi, intenté buscarlo hasta que pude saber que era.

—Menta—dije fuerte—Huele a menta—repetí.

—Xay—oí una voz.

Sentí que alguien tomó mi mano, su calor hizo que pudiera sentirme un poco mejor. 
Luego vi un resplandor cubriendo mis ojos para luego poco a poco ir abriéndolos.

Al abrir mis ojos veía borroso, hasta que pude ver bien. Estaba en cama, con una venda en el pecho. 
Mateo e Iker estaban ahí, estaba sonriendo mientras me miraban.

—Que bueno que despiertas, estábamos bastante preocupados—dijo Iker.

—¿Qué fue lo que pasó?—Pregunté rápidamente.

—Alguien trató de hacerte daño, te lanzaron una flecha, estabas con mi papá en ese momento, fuimos a donde estabas pero el sujeto huyó, ni siquiera le pudimos ver el rostro. No sé porqué razón lo hicieron pero lo más probable es que querían asesinarte.

Me quedé callada unos momentos.

—¿Cuánto tiempo dormi? ¿Uno, dos días?.

—Llevabas 9 días sin despertar—respondió Iker.

—¿Entonces?—Ellos asintieron.

Vi a mi alrededor y estaba Valeria sonriendo, se veía mucho mejor, me sorprendí al ver a Mel su rostro se veía diferente. 
Mel y ella se acercaron a mi y tomando a ambas de las manos le sonreí.

—Que bueno que ya están mejor, espero que pronto lo pueda estar yo, y Mel que bella te ves, incluso así ya no nos parecemos.

—Xay, por ahora lo importante es que te recuperes, lo demás no importa ahora—Contestó Valeria.

—Conseguimos maquillaje, y esto es lo que se logró, así ya puedo salir sin que haya ningún problema.

—Que alegría, estaba preocupada porque estuvieras encerrada todo este tiempo.

Ella asintió y sonrió.

—Quisiera ver mi herida, ver como sigue—dije rápidamente.

Todos rieron, me quedé seria al verlos.

—Xay, todo a su tiempo, vas a mejorar pronto. Apenas la vimos ya te estás recuperando. Sabíamos que dirías algo así.

Sonreí mientras los veía.

—Tienen razón, debo descansar.

—Iré por comida para ti, en unos minutos vuelvo—dijo Mateo.

—Voy contigo, ¿Quieres algo Iker?—preguntó Valeria.

Ella lo miró esperando una respuesta.

—Sí, gracias Valeria.

Ella sonrió y salió de la habitación acompañada de Mel. 
Me recosté para poder estar más cómoda.

—Tenía un hermano—hablé.

—Se lo dije—habló al mismo tiempo que yo.

Ambos nos quedamos callados.

—Espera ¿Cómo que un hermano?.

—Bueno, tal vez no mi hermano pero si de Vanessa. Ella tenía un hermano su nombre era Max.

—¿Max?—preguntó.

—Sí, ¿Por qué lo preguntas?

—Hace unos días escuché ese nombre, lo había dicho el Padre de Mateo. No sé si serán el mismo.

—No, Max murió, ¿Recuerdas a la chica que te dije que había asesinado?—él asintió—Ella lo menciona y me culpa de su muerte. Este rompecabezas se está armando, y aunque quiero saber, todo me aterra.

—Lamento lo de tu hermano. Pero recuerda, la verdad puede o no doler, tú sabrás que hacer con ella, él hizo algo por ti, o por Vanessa es confuso ahora pero podrás llegar a la verdad.

Asentí nos quedamos unos segundos callados.

—Entonces... ¿Se lo dijiste?—pregunté mirándo  hacia abajo.

—Sí, era necesario y ella lo entendió. Fue un poco difícil pero tienes razón debemos ser honestos duele menos que una mentira.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.