"Existen verdades a medias, pero, también existen verdades que jamás fueron reales".
–VERDADES–
Estaba frente a ella, mi corazón latía rápido y tenía ganas de salir corriendo.
Pensaba en el lugar que me encontraba, rodeada por las personas que estaban ahí, en aquel edificio oculto, donde claramente sabía que no habría salida.
Ella se acercó a mi y me abrazó.
—Vane querida, cuanto tiempo, gracias Max, gracias por devolvermela—Miró a Max y este asintió.
Todos parecían tranquilos, aquel abrazo duró tan solo segundos, ella me miraba y sonreía. Parecía una persona completamente diferente.
—Perdón, me imagino que conociste a mi clon. Tu expresión lo ha dicho todo.
—Espere, ¿A caso usted tiene un clon?—pregunté rápidamente entre duda y aún con miedo.
—Vane, hay muchas cosas que pasaron durante años. Espero poder conversar contigo más tarde, ahora ve con tú hermano y cuando estés descansada hablamos.
—Hay algo más—hablé entre el silencio.
Ella se volvió a mi confundida.
—Usted le habla a Xay... lamentablemente Vanessa murió hace años.
Vi su rostro ponerse pálido, todos le ayudaron a sentarse, mientras que otros corrían por medicamentos.
—Vamos Xay, ella va a estar bien, pensaba decírselo después, pero es mejor que lo sepa de una vez.
Asentí mientras me llevaba por un pasillo, todo el edificio o lo que podía ver en ese momento era de color blanco, puertas de color gris, unos laboratorios y había bastantes personas.
—¿Qué es este lugar?—observé cada de talle de este.
—Los laboratorios de Ava, la verdadera. Cuando hables con ella sabrás quién es realmente. Todos tuvimos experiencias como la tuya espero que ella te pueda dar algunas respuestas.
Asentí y llegamos a una habitación, esta era pequeña y tenía una cama, un mueble donde tenía cosas para la higiene y medicamentos.
—Puedes darte un baño, solo tienes que oprimir el botón morado que se encuentra en la pantalla.
Dije sí moviendo la cabeza para luego sentarme en la cama.
Lo vi mirarme y se sentó a mi lado.
—No te preocupes por ellos, van a estar bien. Iremos dentro de tres días, vamos a sacarlos y regresar aquí.
—Solo puedo pensar en ellos y que los dejé, me preocupan demasiado.
—Todo saldrá bien.
Él salió de la habitación.
Me quedé un momento sentada pensando, decidí darme un baño, oprimí el botón de aquella pantalla que se encontraba a lado de la puerta principal.
Vi como se abrió una puerta y entré en ella.
Al entrar se cerró.
Estaban unos espacios para colocar la ropa, y otros donde había ropa, como un uniforme para usarlo.
Había una nota en él.
—Es para ti Vane, te va a proteger de futuras lesiones. Espero que sea de tu agrado.
Lo tomé para poder verlo, traía una blusa blanca con un pantalón blanco este era pegado, la sudadera era de color blanca con toques naranjas.
Decidí quitarme la ropa.
Luego me quité la liga que sujetaba mi cabello.
Al último me metí, nivelé el agua fría y caliente.
Tenía tanto tiempo a que no me daba un baño así.
El agua caía sobre mi piel mojando cada extremo de el.
Al terminar de ducharme tomé una toalla y me envolví en ella.
Me cambié y salí del baño.
Sequé mi cabello y terminé peinandolo.
Luego de unos minutos me acosté en la cama, veía el techo era blanco, todo era completamente blanco.
Esa ducha fue suficiente para poder quedarme dormida.
Sentí un pequeño toque, abrí los ojos con confusión y vi a Max parado frente a mi.
—Ava quiere verte, ¿Estás de acuerdo en verla?.
Sentía mis ojos muy dormidos, terminé de despertar y asentí.
Me puse de pie y lo seguí.
Pasamos por el mismo pasillo y llegamos a su oficina.
Tocamos la puerta y alguien la abrió.
Solo pasé yo y Max se quedó afuera.
—Bienvenia Xay, puedes sentarte—Observó el sofá que se encontraba a lado de mi.
Asentí y me senté a lado de ella.
—Perdón por confundirte hace unas horas. Pero creo que tienes muchas dudas.
—Sí, y aprecio el que pueda ayudarme.
—Dime ¿Qué te gustaría saber?.
—Quisiera preguntar a cerca de todo en realidad, sobre mis padres o más bien los padres de Vanessa, siento que al final de cuenta somos familia.
—La madre de Vane... ella confió en mi; era una excelente persona, se preocupaba mucho por Vane y por su bienestar. Las encontré hace ya más de 15 años; Vane era tan solo una niña que huía con su madre de aquella ciudad gobernada por la corrupción. Las vi a las dos abrazadas mientras unos sujetos les apuntaban con un arma, la vi... vi sus ojos y en sus ojos pude ver el futuro que tendría. Mis hombres interfirieron sacándolas de ese horrible lugar. Las llevé a un refugio el cual estaba siendo dirigido por mi. Era en ese entonces la mujer más rica y poderosa. Hasta que alguien decidió apoderarse de lo mío.
—¿Quién fue esa persona?.
—El padre de mi hijo, resultó que lo único que quería era el poder que con mucho esfuerzo construí. Para luego hacerme participe de su increíble cambio drástico para la humanidad, creí en él; y perdí a lo que más amaba en el mundo. A mi hijo, aquel al que jamás quizo o por lo menos fingió durante un tiempo.
—Conozco a su hijo, Mateo, ahora está con su padre, hace unos meses ambos se reencontraron, y desde entonces no se separan.
—¿Quieres decir que mi hijo está vivo?—preguntó sorprendida y con una sonrisa al final de la pregunta.
Sus ojos se llenaron de brillo, justo ese que se siente cuando creías algo perdido.
—Sí, él por el momento se encuentra bien.
—Voy a hacer lo posible por ir por él y por tus amigos. Se que en medio del lío encontramos familia y aunque no comparten nuestros mismos genes sabemos que eso es lo que sobra.
—Gracias, entre ellos se encuentra mi hermana Mel, a ella la encontramos el día que calló un edificio de una de las ciudades, el día que me enteré que Vanessa había muerto y que yo... era su primer clon.