O N L Y

CAPÍTULO 23

"Hay recuerdos que podemos bloquear, y otros que jamás existieron".

–SOBREVIVIR–

El verlo fue como un recuerdo desbloqueado. 
Ambos nos miramos, y pude sentir que es mi hermano.
Los recuerdos llegaron a mi, haciéndome saber que era verdad y que ahora teníamos que salir de esta situación.

Observé con detenimiento los vasos, viendo hasta el último detalle, hasta que note el color. Dos de estos se veían idénticos y solo uno no, el color era casi imposible de verse. 
Pero era cuestión de verlo de forma diferente, de distintas maneras. 
Decidí tomar ese vaso cerré los ojos y esperé.

Los abrí poco a poco, y en unos minutos nada pasó. 
Solté un suspiro y vi a Max hacer lo mismo que yo, al igual lo tomó, estaba rogando para que él pudiera pasar la prueba.

Lo vi reír, y me dió mucha calma. 
A ambos nos pasaron al igual que otros que también lograron pasar la prueba.

Nos encontrábamos en otra habitación, no sentaron nuevamente.

—Felicidades a todos, han logrado mantener su lugar y sobre todo su vida dentro de este proyecto—aplaudió y seguido de él, todos los demás.

Yo solo miraba a Max, quien tenía una mirada furiosa.

—Ahora van a descansar, mañana continuarán las pruebas. Pasarán a sus habitaciones. Recuerden mantener el orden y obedecer.

Todos salimos a los pasillos y nos dieron una tarjeta, la mía era de color amarillo con el número 1 y la de Max era de color verde.

Nos topamos por segundos y pudo decirme algo.

—Vamos a salir de aquí, ten mucho cuidado. Prometo seguir a tu lado.

Asentí y llegué a mi habitación. Habían dos camas, era una litera. Entré y me acosté en una, había un mueble con cosas, para dos personas.

Me puse de pie cuando oí la puerta abrirse. 
Vi a una chica de mi edad entrar.

—Hola—habló con una sonrisa—Creo que seremos compañeras.

Yo solo la miraba, no decía palabra alguna.

—Soy Alix—me dió la mano para estrecharla.

—Me llamo Vanessa—estreché su mano.

—Mucho gusto Vane, espero que podamos hacer lo posible por permanecer aquí.

—No sirve de nada, el mantener nuestra vida será más y más difícil. Haré lo posible por salir de este lugar.

Ella se quedó callada unos segundos.

—Entonces ese será nuestro único objetivo—Dijo mirándome a los ojos.

Desperté rápidamente sentí a alguien que me sostenía, lo empujé y fui hacia a él.

—Tranquila Xay, soy Max.

Reaccioné y me puse de pie dejando que él pudiera levantarse.

—Lo siento, he estado soñando bastante.

—Sé lo que se siente. Descuida, falta un día para ir por tus amigos y por Mateo.

—Y por nuestra hermana—dije sin pensarlo.

—¿Cómo que hermana?—preguntó con mucha duda.

—Debía decirlo antes pero ya no pude hacerlo, se llama Mel, ella es otro clon de Vanessa.
Ella fue creada después de mi. Aún así sigue siendo nuestra familia.

Él se quedó callado unos segundos. Para luego hablar nuevamente.

—Siento lo que voy a decir. Pero mi única hermana es y será Vanessa.

Me quedé callada, sentí como mi corazón se partió al escuchar aquellas palabras.

—No eres nada parecida a ella, y sabes a lo que me refiero.

Él salió de la habitación.
Me senté en la cama y solté algunas lágrimas.

Despues de un rato fui a comer algo y me senté en aquellas mesas grandes blancas.

Sentí a alguien tomarme del hombro.

—Xay, cariño. ¿Qué haces sola?—preguntó Ava.

—Intento comer algo pero al parecer no tengo apetito—solté la cuchara al plato.

—Vamos, necesitas distraerte un poco—se puso de pie y puso su mano frente a mi.

La acepte y fui con ella. 
Caminamos por varios pasillos hasta que llegamos al final de este pasillo, había una puerta blanca. 
Ella soltó mi mano para luego abrir aquella puerta. 
Al abrirla pude observar tonos verdes, como plantas.

Al entrar me di cuenta de que existía vida dentro de esta. 
El lugar era extremadamente grande, había naturaleza y no solo eso. Especies que creía que ya no existían.

Me quedé boca abierta al ver todo el lugar. 
Las plantas, árboles, flores. Daban ese toque de creer que estabas afuera y no debajo de la tierra.

—Estos laboratorios fueron contruidos hace mucho tiempo, era mi secreto Xay, creo que todos tenemos uno. Nadie sabía de este, y me dió mucho gusto poder tenerlo ahora que lo necesito. Como sabes no falta mucho para los desastres naturales, espero encontrar la isla antes y poder llevar toda la flora y fauna. Se que habrá más pero solo así podremos preservar un poco de lo que quitamos.

—Es un lugar increíble, es grandioso—miraba al rededor.

—E-este es un...—me quedé embobada con su belleza y color.

—Es un Ninfa, logramos salvar a dos. Los únicos dos en el mundo, o por lo menos eso es lo que pensamos.

—Es tan increíble que pudieran salvarlos.

—Puedes venir siempre que desees hacerlo. Las puertas están abiertas para ti.

Asentí y continúe caminando y mirando.

—Su hija...—me quedé acariciando una hoja—¿Es hermana de Mateo?.

—¿Te refieres a Elena?—se quedó un momento callada—La adopté, hace unos años la encontré en muy mal estado, y me robó el corazón, así como Vanessa. Desde ese día, dije que la cuidaría. Y ahora es toda una adulta y hasta es novia de tu hermano. Ambos se aman, espero que puedan ser felices y que puedan comenzar una vida nueva en cuanto salgamos de aquí.

—Espero que si—no agregué nada más.

Me quedé un rato más pero Ava tuvo que irse. 
Me senté en una de las rocas que se encontraban ahí, observaba el lugar, la luz caía sobre mis ojos, haciendo que estos comenzaran a cerrarse.

—Camina de prisa debemos llegar, si no, nos irá mal. No quiero perder a mi única amiga—oí decir a Alix mientras me tomaba del brazo.

Solo la seguí y entramos a una habitación, este tenía en la puerta un cuadro de color amarillo.




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