O N L Y

CAPÍTULO 34

—FINALMENTE EL INICIO— 

(PARTE 2)


Luego de aquel emotivo momento decidimos separarnos poco a poco. 

—Gracias, necesitaba un abrazo y no lo sabía—Iker me miró y pude ver agradecimiento en sus ojos. 

Unos minutos después volvimos a salir de esa habitación. 
En el camino nos encontramos con Max y Mateo quienes parecían bastante cansados, tenían varios golpes pero por suerte ninguno que pudiera poner su vida en riesgo. 

—Que bueno que todos están bien. Oliver escapó no pudimos seguirle el paso, ya casi lo teníamos—comentó Max mientras todos corríamos. 

—Lamento que tengamos que hacer todo esto Mateo—Hablé mirándolo. 

—Mi padre es lo que es, y no puedo cambiarlo. Solo espero que él pueda recibir el castigo que merece, es mi padre y aunque sea difícil debe ser así—Mateo intentó mostrarse fuerte pero sabía perfectamente que esto le afectaba. 

No se de mi padre ni mucho de mi madre, pero me dolería saber que mi familia estuviera dentro de todo esto. Sin duda alguna sería demasiado difícil saber que mi padre es un asesino y no solo eso; que es responsable de todo lo que ha pasado en los últimos años, las enfermedades, los virus, aquel experimento que falló, las clonaciones y experimentación con aquellos niños y adolescentes para luego lucrar con lo obtenido. 

Mateo estaba siendo fuerte, y sabía que si se enteraba de todo lo demás podría incluso sentirse peor, y es por ello que no quería decir mucho de lo que su madre me contaba; quisiera ahorrarle todo el dolor posible, de aquello que realmente no merece la pena saber. 

Continuabamos corriendo o por lo menos intentaba hacerlo, adelante de mí iba Mateo quién llegaba a mirar hacia atrás varias veces. 
Me sonreía cada que lo hacía, sabía que procuraba cuidarme de lejos. 

Comenzaron a disparar detrás de nosotros, nos fuimos hacia el suelo intentando cubrirnos de las balas que caían de manera constante. 

Max y Mateo comenzaron a dispararles, hieriendolos y haciéndolos caer. 

El último logró darle a Max en el brazo, vimos como se quejó, de manera rápida rompió una parte de su playera para amarrar su brazo. 

Hizo una seña de que debíamos seguir, nos pusimos de pie y continuamos, estábamos a unos metros de la salida, pero el camino parecía no tener fin. 

Llegamos a la salida y vimos que afuera del edificio todo estaba en un total descontrol. 

No fue hasta que sentimos como los edificios se movían de manera constante, se acercaba hacia nosotros y llegó de golpe. 
Todos caímos al suelo y no podíamos ni siquiera sostenernos. 

Las calles comenzaron a partirse, y los edificios comenzaban a agrietarse. 

—¡Vamos vamos arriba!. Si nos quedamos más tiempo el edificio va a colapsar. 

Con dolor me puse de pie de inmediato. Max, Mateo e Iker también se pusieron de pie. 

Vimos como una ola de humo llegaba a nosotros, comenzamos a correr mientras escuchábamos los edificios caer, los gritos de las personas al ser aplastadas por estos mismos. 

Delante de mí iban otras personas, nos detuvimos de inmediato cuando uno de los edificios calló frente a nosotros. 

—Por aquí—Ordenó Max llevándonos fuera de todo el humo. 
—Sigamos con mucho cuidado—Hablé para todos. 

Sentí que alguien tomó mi mano pero no podía ver con claridad, el humo estaba en todos lados. 

—Saldremos de aquí—Era la voz de Mateo—Todo terminará pronto, y ambos por fin estaremos juntos. 

Apreté su mano intentado darle a entender que estaba de acuerdo. 

Salimos del humo poco a poco, había personas realmente asustadas. Había niños llorando, unos tenían heridas severas, todos en ese momento estábamos vulnerables. 

—Debemos salir ahora, no podemos quedarnos más tiempo, la ciudad va a colapsar y puedemos quedar debajo de todo esto. 

—¿Qué pasará con todos?—Pregunté de inmediato. 

Max se acercó a mi y tomó mis dos manos. Sonrió un poco pero sabía a lo que iba. 

—No podemos ayudarlos, aunque quisiéramos. Ellos también destruyeron todo esto—Miró alrededor—Estaban de acuerdo con todo lo que Ava y Oliver hicieron, y aunque no debería juzgarlos, al final de cuentas jamás quisieron terminar con los experimentos. 

—Pero...—Me detuve un momento—Todos podemos tener una segunda oportunidad, podemos cambiar si así lo deseamos. 

Max me miró y sonrió. 

—Finalmente ha vuelto mi Xay—Habló Mateo sonriendo. 

—Ok, vamos a ayudarlos—Tomó su arma y la colocó hacia atrás. 

Caminábamos hacia a ellos, había niños con bastantes heridas, intentamos ver que podíamos hacer. 
Unas personas nos ayudaron a sacarlos de ese lugar, haciéndonos salir de la ciudad e introduciéndonos hacia el bosque. 
Parecía que la Tierra había recibido un gran golpe, había árboles caídos, grietas donde sea, era peligroso pero debíamos hacer lo posible por llegar al barco o por lo menos intentar hacerlo. 

Todos permanecimos en el bosque intentando sobrevivir con lo que teníamos. 
Me encontraba sentada y a mi lado estaba Max. 

—¿Crees que lleguemos al barco?—Solté un suspiro y entrelazaba mis manos mientras observaba el suelo. 

—Realmente no lo se, y es difícil pensar que sí. Podría al menos estar un día más, pero no nos garantiza que siga ahí—lo vi preocupado. 

—Estás personas—Las miré, unas estaban con sus familias y otros se encontraban solos—Tienen la esperanza de encontrar un hogar, estaban acostumbrados a otro tipo de vida, y ahora lo perdieron todo. 

—Nosotros lo perdimos todo, pero no desistimos a lo que la vida nos trajo, perdiste a muchas personas, a tú familia, a nuestras hermanas, y llegaste a perder incluso a un amor, pero eso no te detuvo seguiste y seguí a pesar de que también te había perdido. La vida comienza de una manera, y quizá justo ahora piensen que todo terminó, pero recuerda que nosotros pensamos justo así, y ahora tenemos una familia, y estoy seguro de que ellos volverán a encontrarse ya sea en esta vida o en la siguiente. El final no siempre significa que terminó, hay veces en las que se permite comenzar de nuevo y así sucesivamente. 


—Tienes razón, el querer es poder y todos lo haremos—lo miré seria—Por cierto, debo decirte algo. 

—Claro, adelante—Me miró prestando atención. 

—No había podido decírtelo pero... He recordado todo cada instante de mi vida, y ahora estoy segura de ser Vanessa. 

Vi su rostro ponerse sorprendido, al principio se quedó callado intentando procesar lo que le había dicho y después me dio un abrazo y terminó por darme un beso en la cabeza. 

—No sabes lo difícil que fue perderte—Su voz se escuchaba entre cortada—Por años intentaba pensar en ti y el saber que te encontrabas bien, Papá y Mamá estarían orgullosos de ver a su pequeña crecer de esta manera. 

—Y de ver a mi gemelo ser alguien recto, alguien que piensa en la familia y que es muy valiente, pero sobre todo que tiene un gran corazón—Le tomé la mano—Espero que puedas regresar pronto con Elena y estar en paz como debió ser siempre. 

Me dio un abrazo y tiempo después se fue. 

Decidí caminar un poco, veía todo a mi alrededor. 
Todo parecía un sueño, el haber vuelto a este lugar y recordarlo.  

Me senté en un troco de los árboles que estaban en el suelo, intenté pensar, respiré un poco y cerré los ojos. 

—¿En qué piensas?—Abrí los ojos de inmediato. 

—Mateo—Hablé—En todo en realidad, no sabes lo mucho que costó llegar hasta este punto. El saber toda la verdad, el tener ya todo claro, solo quiero llegar a casa, donde quiera que sea eso. 

Se acercó a mi y se sentó a mi lado. 

—El hogar lo haremos todos juntos—Me acarició el rostro—Siempre y cuando así permanezcamos. 

Decidí recargarme sobre él, el colocó su brazo alrededor de mi y terminó por darme un beso en la cabeza. Acariciaba su mano despacio, podía sentirme en calma, podía por un momento olvidarme de todo. 


—Te amo Mateo—Sentí como me acercó más a él. 

—Y yo a ti mi querida Vane—me alejé de él y lo miré. 

—Sé todo, y realmente no me importa quien desees ser, voy a amarte siendo quien seas, porque desde el primer momento que te vi, supe que daría todo por ti, y que te amaría sea lo que sea, esperando lo que fuera. Así seas Xay o Vanessa te amo y eso no lo va a cambiar. 

—Creo que debo contarte algo más—me puse seria y tomé sus manos. 

Él me miró preocupado y asintió. 

—Encontré a tu verdadera madre, a Ava. Resultó que hace años, cuando ambos eramos pequeños ella fue clonada también, y su clon tomó su lugar. Tu padre quizo... asesinarte es por eso que aquella científica te ayudó y te protegió como una verdadera madre, ahora se que usaron el mismo suero que Iker y yo usamos. Aquel te hizo borrar todo lo que tenía que ver con tu pasado. Ava venía con nosotros cuando sucedió un accidente, en el que la mayoría de los que nos acompañaban murieron. Incluyendo a tu madre, Ava quería conocerte pero murió sin poder hacerlo, ella era una mujer muy valiente y definitivamente te pareces demasiado de ella. 

—¿Por qué no me lo habías dicho?—Preguntó un poco triste. 

—Sé lo que se siente, quería evitarte dolor alguno pero, todos necesitamos la verdad y aunque eso lastime. Perdóname por no poder decirte todo, con la muerte de Mel, y todo lo que ha pasado había estado pensando solo en mi. Lamento no haberlo dicho antes. 

—Descuida, puedo entenderte. No puedo imaginar lo que mi madre pudo vivir, gracias por decírmelo. 

—Tu madre te amaba, deseaba con todo su corazón poder ver a su pequeño. Estoy segura de que ella está orgullosa de lo que su hijo a logrado. 

Él sonrió y me acercó a él, me abrazó para luego darme un pequeño beso. 

—Ya quiero formar una familia contigo—Lo miré y sonreí de inmediato. 

—Tendremos nuevamente un inicio—lo tomé de la mano y me quedé a su lado durante bastante tiempo. 

Al pasar las horas volvimos a caminar, teníamos que llegar pronto, al parecer los terremotos y todo lo que Ava había dicho se había adelantado de manera repentina. 

—¿Crees que nos alcance?—Preguntó Iker mientras caminábamos lado a lado. 

—Ava hablaba de un tsunami, y de diferentes tipos de desastres naturales, podría alcansarnos en cualquier momento. 

Todos nos quedamos en silencio por unos segundos. 

—¿Cuánto nos falta lada llegar?— Preguntó Iker. 

—Un día máximo—Contestó Max. 

Me quedé pensando un momento. 

—Me pregunto que habrá pasado con Oliver, probablemente pudo huir—Hablé para todos. 

—No me sorprendería que haya cambiado vidas solo por mantenerse a salvo—Respondió Mateo. 

Continuamos caminando sin decir palabra alguna. 
Todos venían detrás de nosotros. 
Estábamos cansados hasta que paramos, la noche ya estaba puesta y el frío se intensificó. 

—Debemos descansar y mañana continuar—Hablé para todos los que estaban ahí. 

Los vi sentarse y a algunos acostarse como pudieran. 

Me senté a lado de Mateo y me recargué en él. 
Él me abrazó fuerte haciéndome sentír muy segura. 

Cerré los ojos lo último que pude ver fue a Max parado haciendo guardia mientras Iker del otro lado haciendo lo mismo. 

Sentí que algo me jaló, me desperté de inmediato, y vi a todos ser sujetados por hombres. 
—Necesito que vengas con nosotros—Habló alguien que salió de la oscuridad. 

—Oliver—Dije sorprendida. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.