Capítulo 4

Yixing despertó con los muslos separados y sus piernas envueltas alrededor de la cintura de Junmyeon. Con cada movimiento de las caderas de Junmyeon, la polla del hombre daba un empujón en el agujero de Yixing. Deseo ardiente marcaba su piel. Incluso la presión del cuerpo pesado de Junmyeon contra el suyo no podía satisfacer el hambre de necesidad.

Levantó la mano y ahuecó la mejilla del gran hombre.

—Junmyeon.

Los ojos de Junmyeon se abrieron para revelar que el marrón oscuro de sus iris había cambiado al amarillo. El cuerpo del hombre se aquietó cuando la conciencia llegó a la superficie.

Anoche lloraron juntos. Para Yixing, las lágrimas habían recorrido un largo camino para limpiar el dolor de las acciones pasadas y el dolor de las emociones heridas. La esperanza y la euforia de que su hijo llamara trajo una nueva inundación de lágrimas. El agotamiento anuló cualquier idea de terminar su apareamiento. La fuerte conexión y la profunda unión que se formaron hicieron que dejar los brazos del otro se volviera imposible. Envueltos juntos, se quedaron dormidos.

Yixing miró a Junmyeon a los ojos y dijo:

—Eres mi Único Verdadero, y acepto nuestra eternidad juntos.

Junmyeon pareció vacilar. Yixing sintió dolor en el cuerpo. Junmyeon podría tener un asimiento astronómico en su oso, pero Yixing encontró liberarse del miedo algo glorioso. Se movió hasta que la polla de Junmyeon abrió su agujero y comenzó a hundirse dentro.

—Espera. —La gran mano de Junmyeon cubrió la cadera y el muslo de Yixing. —Te prometo que te proveeré, te protegeré y respetaré con cada habilidad que poseo. Mis intenciones son construir una buena vida contigo, y espero que algún día estas emociones fuertes que siento hacia ti se conviertan en un amor profundo.

El primer pensamiento de Yixing fue saltar de la cama y encontrar su arma. Oso tonto. Después de todos estos meses de estrangular sus emociones, Junmyeon no tenía ni idea de que Yixing ya estaba loco de amor por él. ¿No comprendía el hombre que era el amor lo que había hecho que su rechazo doliera tan profundamente? Estaba bien. Yixing le daría un poco más de tiempo para encontrar su cerebro.

—Seguro que sabes cómo enhebrar palabras en un bonito Orden. —Yixing logró mover un poco las caderas. Buenos escalofríos irradiaban de su agujero. —Ahora, respáldalos con acciones y muévete.

—Si necesitas que pare, prométeme que me lo dirás. —Junmyeon habló con los dientes apretados.

Yixing movió sus caderas otra vez, solo porque podía, y el resultado final fue toda clase de placer que latía a través de sus venas. Tener el control le dio a Yixing una opción. Él eligió disfrutar de su pareja.

—Yixing, —advirtió Junmyeon.

—Lo prometo. —Yixing bajó la cabeza de Junmyeon y besó al hombre más grande. El mundo de Yixing se convirtió en Junmyeon.

Sus lenguas se deslizaron juntas. No pudo comenzar a describir el gusto del hombre. Solo era Junmyeon. Yixing exploró la boca de Junmyeon y aceptó su pene presionando profundamente dentro.

El líquido preseminal de apareamiento debía haber hecho su trabajo. Su agujero se ensanchó y se estiró para acomodar la circunferencia de Junmyeon sin ningún dolor. Cuando Junmyeon comenzó a liberar su polla, Yixing apretó, necesitando mantenerlo dentro. Junmyeon cambió de dirección y volvió a entrar en Yixing.

El pecho y el vientre de Yixing rozaron los de Junmyeon. Levantó sus caderas para tomar la polla de Junmyeon más profundo. Yixing decidió que los poetas y compositores se quedaron cortos al describir este baile. Ninguna palabra podría acercarse a representar la hermosa unión de las almas y el fuego ardiente en sus bolas.

Junmyeon tomó la mano de Yixing y entrelazó sus dedos antes de que pudiera agarrar su polla y buscar alivio. Sus labios se separaron. Yixing levantó la mirada y trató de entender por qué Junmyeon no lo dejaba ir.

—No voy a darte la vuelta o dejar de moverme. —Junmyeon empujó profundamente, y oleadas de destellos se apoderaron de Yixing. —Otros han dicho que cuando se detuvieron, sus compañeros sufrían terribles dolores.

Yixing recordó que Zitao le había instruido que una vez que el hula comenzara, no debería dejar de humpa-humpaing hasta que los cocos de Junmyeon estallaran. De acuerdo, entonces eso es lo que él había querido decir.

Antes de que pudiera comentar, Junmyeon aceleró el paso y arrastró a Yixing a un torbellino de deseo. Un gemido de éxtasis se escapó, y su respiración se detuvo cuando su muslo bajo la mano de Junmyeon comenzó a arder. El sudor resbaladizo cubría su piel y aumentaba la excitación.

Yixing juró que veía una línea de llegada al paraíso en su mente. Los dientes afilados incrustados en su hombro lo tomaron por sorpresa. Yixing gritó su orgasmo. Su esperma roció entre ellos, y un calor escalofriante brotó dentro de su agujero.

Ondas de estática corrieron desde las bolas de Yixing hasta su agujero, y subieron a lo largo de su pene. El corazón de Yixing se detuvo y se preguntó si estaba teniendo un ataque. Justo cuando pensaba que perecería de placer, un relámpago iluminó su muslo y viajó sobre su vientre inferior. Un calambre gigante se apoderó de sus entrañas antes de entrar en pura dicha.

Yixing flotó libremente en esa nube maravillosa.

Junmyeon sacudió el hombro de Yixing.

—Yixing, despierta.

Abrió sus ojos a la amplia sonrisa de Junmyeon. Yixing le devolvió la sonrisa, amando la conexión íntima.

—¿Cómo estás, dulce?

—Genial. —Yixing trató de decidir si él era de alguna manera diferente. —¿Somos compañeros ahora?

—Somos más que compañeros. —Junmyeon tocó la mejilla de Yixing. —Tú eres mi Único y yo soy tu Verdadero.

Cuando Junmyeon retiró su mano, Yixing vislumbró el color.

Agarró la mano de Junmyeon y le dio la vuelta. Un sol naranja y amarillo, completo con rayos dorados circunZitaos, se veía desde el medio de la palma de Junmyeon. Una luna creciente de color púrpura adornaba el borde interior de ese sol.