Final

Yixing pasó junto a la oficina de Sehun. Como de costumbre, Sehun estaba sentado en su escritorio estudiando uno de los diarios o el libro negro. Habían pasado semanas, y el hombre todavía no había convocado una reunión para sacarlos de su miseria de interminables esperas.

Una cosa buena había sucedido, está bien, tal vez no fuera bueno para Irene. Sehun había recibido noticias de que, en un ataque de ira por ser vigilada todo el tiempo, Irene había intentado lastimarse a sí misma y al bebé. El alfa de Minho le aseguró a Sehun que habían hecho todo lo posible por salvarlos, pero que solo el bebé había sobrevivido. La parte buena fue que Minho tenía un hijo vivo para amar y ver crecer hasta la edad adulta.

Con un profundo suspiro que hizo que el bebé presionara su vejiga, Yixing se dirigió hacia la puerta de atrás. Estaba harto de esperar a Sehun, harto de sentirse incómodo y harto de estar embarazado.

Hora de divertirse. Minutos después, Yixing levantó un pequeño tanque de propano líquido y su fiel lanzallamas en una carretilla de jardín. Después de descargar su amado armamento en el suelo de la esquina del césped, tiró de la carretilla hasta el cobertizo donde Sehun había encarcelado a Hyunwoo. En la esquina trasera, detrás de unos bastidores y palas, Yixing encontró lo que recordaba. Una paca de heno.

La barriga de embarazado de Yixing hizo que levantar el heno en la carreta fuera una lucha, pero se las arregló. La determinación de disfrutar de la destrucción anuló los dolores de espalda y una ráfaga de patadas pequeñas. Maldita vejiga.

Yixing casi decidió hacer una parada en boxes, pero la llamada de la llama lo impulsó a cruzar el césped con su abundancia de combustible para fuegos. Una vez que terminó de descargar el heno, Yixing conectó su lanzallamas al tanque de propano líquido.

Después de ponerse sus gafas de seguridad, Yixing presionó una serie de botones y giró un par de perillas. Ahora, listo para sentir el fuego, apretó el gatillo.

Con un hermoso silbido, las llamas se dispararon y el fardo de heno explotó en una bola de fuego rugiente. El calor bailaba sobre la cara y los brazos de Yixing. La vida no podría ser mejor, a menos que incinerara otra cosa.

Yixing miró a su alrededor. Vio un pequeño abeto azul a unos seis metros a su derecha. Yixing decidió que nadie lo extrañaría.

Movió su dedo una vez y el árbol se elevó en una hermosa hoguera. ¡Yee ja!

Espoleado por la diversión, Yixing observó el viejo retrete. Se repitió que tomaba demasiado tiempo repintar las tablas grises desgastadas. Era mejor deshacerse de lo viejo y traer algo nuevo.

Yixing recogió el tanque de propano y se movió para tener un mejor ángulo para ver la destrucción. Una mano se cerró sobre su hombro. Yixing saltó y un chorro de fuego salió disparado del extremo del lanzador.

—Ni siquiera lo pienses, amor, —dijo Junmyeon.

Yixing levantó sus gafas y las dejó descansar sobre su cabeza.

—¿Qué estás haciendo aquí? Creí que Jongdae y tú estaban jugando a las cartas.

—Sehun ha convocado una reunión en su oficina. —Junmyeon echó un vistazo al heno y al árbol aún humeantes. —Te ayudaré a quitarte todo esto primero.

—No te molestes, —gritó Sehun. —Yixing, tengo un trabajo para ti.

Yixing notó que sus primos y sus compañeros también habían salido. Sehun se acercó a los restos de su humeante paca de heno y colocó los dos diarios y el libro negro en medio.

—¿Quieres que incinere los libros? —Yixing no podía creer lo que estaba viendo.

—Adelante, Yixing, —instruyó Sehun. —Hablaremos cuando hayas terminado.

Yixing apretó el gatillo y vio cómo los libros se incendiaban.

El humo pútrido negro se elevaba en una nube ácida. Yixing casi podía oír los gritos malvados que ascendían a las nubes.

Minutos después, no quedó nada reconocible.

—Gracias, Yixing. —Sehun señaló hacia la mansión. —Regresemos todos a mi oficina.

Yixing suspiró y se frotó la espalda cuando Sehun se alejó. La tía Mi-suk le aseguró que el bebé podría venir en cualquier momento. Yixing esperaba que fuera pronto. Su cuerpo casi había llegado al final de su resistencia. Le dolía todo.

Junmyeon masajeó los hombros de Yixing, convirtiendo sus huesos en papilla.

—¿Estás bien, amor?

—Estoy cansado. — Yixing intentó sonreír a Junmyeon. —Veamos qué tiene que decir Sehun, y luego creo que me acostaré por un tiempo.

—Ve a la casa, —instruyó Junmyeon. —Dejaré tu equipo y te encontraré en la oficina de Sehun.

—Suena bien —Yixing inclinó su rostro y recibió el beso que había estado buscando. Cuando Yixing se dirigió a la puerta de atrás, terminó parándose un par de veces cuando su cuerpo se apagó. No sintió dolor ni tensión en su vientre, su cuerpo simplemente se detuvo, y se quedó allí confundido. Este giro repentino de los acontecimientos había entrado en la categoría de extraño. ¿Qué le pasaba?

En la puerta, Junmyeon levantó a Yixing en sus brazos.

—Creo que estás agotado. Vamos a terminar esta reunión para que podamos tomar una siesta.

Para cuando Junmyeon llevó a Yixing a la oficina de Sehun, todos los demás ya habían encontrado un asiento. Junmyeon se sentó en un extremo del pequeño sofá y abrazó a Yixing. Yixing cerró los ojos, listo para relajarse durante unos minutos.

—Les llamé a todos aquí para darles mis resultados sobre los diarios y el libro que Hyunwoo había escondido en su granja, —comenzó Sehun.

Yixing abrió los ojos. El tiempo había llegado.

—Estoy de acuerdo en que Minhyuk fue manipulado por Hyunwoo. —Sehun golpeteó con los dedos el borde de su escritorio. —Ojalá pudiéramos haberlo ayudado más. En cuanto a Oh Hyunwoo, su búsqueda de venganza y su falta de comprensión del latín lo condenaron al fracaso. Todos sus experimentos fueron una pérdida de tiempo. —Sehun miró alrededor de la habitación, encontrando la mirada de todos. —Leyó mal una oración importante en el libro negro. Creía que podía devolverle la pasada plenitud a su corazón. Él interpretó eso como traer de vuelta a su alma gemela. La palabra que él creyó que decía 'corazón' realmente decía 'familia'.