Capítulo 21

-Apúrate Al.

-Ya… casi termino.

-Dank. Deja que coma tranquilo, comer rápido es malo para la salud.

-Mamá…

-Esto es delicioso.- Balbucea Al. Mi madre acaba de preparar de desayuno un bife con papas fritas, café y pan. Lo sé es demasiado para un desayuno pero ella a veces lo hace. Uno de sus abuelos era no sé de qué parte de Latinoamérica y supuestamente eso la hacían desayunar de niña para que creciera fuerte.

-Me alegro que te guste.

-¿Bromea? Es como desayunar y almorzar al mismo tiempo.

-Por fin alguien aprecia mis desayunos. Supongo que al ser un chico tan grande necesitas comer mucho. Dank apenas come lo necesario, por eso esta tan delgado, aunque en estos últimos días he notado que ha creado más cuerpo.

-¿Tú crees?- Le pregunto tocándome un brazo. Sé que tengo más musculo pero en realidad no he aumentado mucho de peso. Siempre he sido delgado.

-Si. Parece que un día fuiste a trabajar y volviste con el doble de musculo como por arte de magia. Pienso que es simplemente la edad o yo ando distraída y ciega. De todas formas deberías comer más.

-Mmmm si… es… importante comer… pare crear masa muscular.-Al habla mientras mastica la comida.

-Es de mala educación hablar con la boca llena.- Lo reprendo.

-Lo siento.- Dice después de tragar su comida.

-¿Estas segura de que quieres entrar sola?

-Quiero que me den los restos de mi hermano.- Beth y yo nos encontramos en la entrada del edificio de la policía.

Cuando llegue esta mañana con Al. Beth se encontraba lista y esperándome. Su rostro era difícil de mirar con tantos moretes, y se la veía mejor, pero muy débil y delgada. Parecía que toda la grasa de su cuerpo y musculo hubiera desaparecido en dos días.

-Pretenderán que declares. Nadie sabía dónde estabas… tal vez yo debería acompañarte. Y estas muy débiles… podemos hacerlo mañana, no tiene que ser hoy.

-Ya hemos tenido esta conversación Dank. Quiero sus restos, no quiero esperar más. Yo puedo entrar sola. Tengo mis documentos de identidad, me inventare que estaba de viaje…

-¡Y como explicaras tu rostro!

-Me caí. – No sé qué mirada le doy pero ella me mira avergonzada.- está bien. Sé que no me van a creer, máximo pensaran que estoy metida en drogas o prostitución y me dieron una paliza. De todas formas no pueden obligarme a decirles quien me dejo así. Solamente quiero sus restos.- Suspiro.

-Deberías dejar que te acompañe. Por ahí te desmayas…mírate.

-Suenas como Rhonda.- Hace una pausa y traga saliva.- Necesito hacer esto de una vez por todas.

-¿Y luego qué? ¿Qué harás con las cenizas?

-Eso aún no lo tengo claro pero eso puede esperar. Simplemente las quiero conmigo y no en éste edificio.

-Déjame ir contigo. De todas formas tengo que declarar también. Entraremos juntos pero como si no nos conociéramos. Sólo en caso de que me necesites.-Ella me mira con un rostro de ternura y cansancio.

-Está bien. Pero no intervengas al menos que me desmaye. ¿Entiendes? No quiero que se den cuenta de que nos conocemos… incluso podrían pensar que tú me hiciste esto… o que yo sabía algo. Deberías entrar tu primero… ya sabes, tú ya los conoces.

-De acuerdo. Te veo adentro.- Comienzo a caminar dentro del edificio. Me recibe la misma mujer de la anterior vez, una mujer policía que se va bastante joven.

-Buenos días. Mmmm vine…-¿Era ayer? ¿O antes de ayer? Estoy confundido con el tiempo desde el Oasis.- Bueno… Quisiera saber si hay alguna noticia sobre…

-Tú eres el niño que vino a declarar sobre el pedófilo ¿no? Dank Flowers- Y ese apellido es el de mi madre… ella me reconoció como su hijo.

-Flores. En español.- Le corrijo.- Y no soy un niño señorita.-

-Claro… espérame un momento le diré al policía encargado del caso que estas aquí.

Minutos después me informa que puedo pasar a la oficina del mismo policía que tomo mi declaración la anterior vez.

-Dank. ¿Recordaste algo más?- Dice mientras deja uno papeles en su escritorio y me pone atención.

-No. Nada nuevo... Solamente quería saber si tienen alguna pista o dato sobre los otros niños o sus familiares.