Obertura

LOMDA

 

Segma revisa su agenda virtual:

Nuevo objetivo del día: última tutoría a SHAD-24-Z.E.-8739, quien se encuentra en las instalaciones de jóvenes en transición de la sección-4 del Zigurat.

La atlética figura de Segma se descubre paulatinamente con cada pieza de exploración que remueve de su cuerpo: el exoesqueleto potenciador, la mochila para las muestras, el wingsuit, los guantes térmicos y el casco son quitados, lo que permite que su frondoso cabello rizado se expanda en las tres direcciones espaciales. Únicamente conserva puestas sus botas blancas de tracción múltiple que le llegan hasta la rodilla y el ajustado traje de nano partículas programables sobre su torso y extremidades, el cual proyecta en bucle una secuencia de colores que inicia con un negro brillante escarchado y varía con sutiles tonos violetas y azules oscuros hasta llegar de nuevo al negro.

Segma da largos y firmes pasos que resuenan en el vacío salón. El último haz de luz de la estrella Lamat entra por la ventana y proyecta su silueta en el brillante suelo caoba del pasillo, el cual la lleva hasta el ascensor multidireccional al extremo de la ostentosa cúpula de congregación. La cabina es dirigida por traslúcidos tubos de vacío que pasan junto a gigantescos árboles, como pilares, que sostienen estructuras artificiales y orgánicas en el interior del Zígurat. El ascensor, acelerando de forma horizontal, atraviesa miles de metros de jardines boscosos, arroyos, completos ecosistemas con pequeñas montañas que prosperan en cada uno de los pisos de las instalaciones de Von Hum. En pocos minutos de viaje, Segma es llevada hasta la sección contigua del zigurat, perteneciente a la corporación SHAD, entidad encargada del desarrollo de mórfosis genéticas para memges, quimeras y todo tipo de organismo en el planeta Zimi.

El contraste del paisaje visible a través del diáfano cristal del ascensor con la sección anterior es evidente: ahora solo se pueden observar incontables hileras de laboratorios estériles, en los que se elaboran diversos experimentos, iluminados con luces blancas. La cabina cambia de dirección e inicia un descenso a cuarenta y cinco grados. Esta vez transita entre coloridas habitaciones, pasillos y salones en los cuales infantes juegan, practican deportes, se instruyen y socializan con niños de sus edades, acompañados de androides y Taa-lus rango Maestro que trabajan voluntariamente para la corporación M.A.M. Esta entidad cría y educa a los Neo-Zimiun, memges sin deficiencias genéticas hereditarias, con coeficientes intelectuales y organismos equiparables a los de un Memge Dal perfecto.

Dentro de las instalaciones se experimentan diferentes tipos de métodos educativos y destinados al desarrollo del comportamiento individual y colectivo. Los infantes no son obligados a tomar ningún camino específico, pero sí son direccionados de acuerdo a lo que se esté percibiendo con cada generación. El modelo de familia tradicional no existe, todos son hermanos y aprenden de acuerdo a las inquietudes que van apareciendo en su evolución.

El ascensor multidireccional inicia un descenso vertical de 180 pisos hasta llegar al nivel del suelo de la ciudad. Las puertas doradas de la cabina se abren y Segma ingresa en una iluminada recepción donde se encuentra Lomda, quien impacientemente la esperaba. Tan pronto se percata de la llegada de su visita, esta corre con velocidad a saludarla y le hace un pequeño berrinche:

—¡Hola, Segma! ¡Llegas diez minutos tarde! ¿Me trajiste ropa nueva? Sabes que detesto salir de M.A.M con los trajes de dotación. No quiero estar en el centro de la ciudad con una etiqueta que le diga a todo el mundo que soy una Neo-Zimiun.

Segma la tranquiliza y le entrega un pequeño cubo de cinco centímetros que contiene el esperado regalo. —¡Hola, Lomda-8739! ¡Sí! Te traje un lindo vestido… Te compré el que habíamos visto en la tienda del Ardid el otro día, si bien me parece un poco atrevido para tu edad.

Lomda revira muy rápido a la vez que desempaca sus prendas y activa la expansión de la caja contenedora de su obsequio. —¡Recuerda que mi nombre es únicamente Lomda! No quiero que vuelvas a usar ese número para referirte a mí. ¡No soy una robot! Y no es nada atrevido, espera a que sea adulta y verás.

—Está bien, sabes que solo cumplo con el protocolo dentro de la institución, afuera te llamaré Lomda, como siempre. ¿A dónde quieres que vayamos en esta ocasión?

—Quiero ver duelos de Taa-Lu guerreros rango-1, ¡me lo habías prometido! —dice Lomda mientras se cambia rápidamente en el vestidor y deja su neo-traje con el encargado.

Segma aprovecha para advertirle con nostalgia: —Hasta esta noche seré tu tutora, de acuerdo con tu solicitud. Mañana será mi aburrido día de descanso, —y con entusiasmo añade— ¡entonces haremos lo que tú prefieras! Hoy no tendrás que aguantar mis aburridas elecciones.

Lomda le contesta mirando fascinada su nueva apariencia. Da unos giros enfrente del espejo y disfruta del ritmo al que se levanta su corta falda de pliegues, la cual encaja perfectamente con el usual fetiche de los ligueros, zapatos de tacón y una corta blusa suelta: —Faltan dos días para la Prueba Espléndida… ya no serás más mi tutora y son pocas las cosas que me puedan enseñar en M.A.M. Ya he aprobado todos sus estúpidos exámenes, solo me falta uno. Quiero hacer el Examen de Adultez simultáneamente con tu prueba, ¿sabes? ¡Ya me inscribí! Me aburre esperar a que los mayores de edad me lleven a hacer cosas que yo podría hacer por mi cuenta, es bastante aburrido esperarte como si fuera tu cachorra indefensa.




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