Oberwolfach "Sueños de Verano"

MI LUGAR

FIN DE LAS VACACIONES

— Llegó un paquete de tus padres hoy para ti, lo trajo un abogado y... también unos papeles referentes a tu potestad provisoria —comentó mamá Judith ingresando a mi habitación— Norbert y yo acabamos de firmarla por lo tanto mi amor, en lo que Paula y Said retornen, nosotros estaremos enteramente a tu cargo.

— ¿De verdad mamá? Qué emoción —dije apretando los labios y esquinando la mirada, mientras sujetaba y acariciaba a Frufrú—

— Si, de verdad ¿Y sabes qué? desde ya déjame decirte que yo no toleraré que nos causes tantos dolores de cabeza señorita. Estás advertida.

— Sabes que yo jamás haré eso mamá, soy un ángel con aureolas y alitas invisibles. Creí que ya nunca diría eso —pensé—

— Ahá... lo eres —sonrío— Anda, alístate para bajar a desayunar.

Antes de bajar, abrí el paquete que me habían enviado mis padres y dentro, se encontraba mi agenda con hojas perfumadas, aquella que llevaba siempre conmigo y donde guardaba las fotos de todas las personas a quienes tanto amaba. Yo no había olvidado aquella agenda, se la había dejado a mommy sobre mi mesita de luz junto con una carta, antes de huir de casa pues supuse que con esa agenda en sus manos, ella tendría una parte importante de mí siempre y no se afligiría tanto ni me extrañaría.

 

Quebec, 25 de Agosto de 2003

 

Querida Gina, mi preciosa hija.

¿Cómo has estado? Espero que bien, sé que en los próximos días volverás a la escuela y supuse que extrañarías mucho tu preciado tesoro, el que siempre has llevado contigo a todas partes. Por esa razón te la envío de regreso para que guardes en ella todos los momentos felices que vivirás desde ahora en adelante en el lugar donde siempre has deseado volver.

Quise quedármela pero habría pecado nuevamente de un egoísmo que te ha hecho infeliz durante tantos años, yo te llevaré siempre en mi corazón hasta que nos volvamos a ver y esperaré con ansias a que ese día llegue lo más pronto posible.

Quiero que sepas que tu padre y yo te amamos y te amaremos por siempre y que nunca fue nuestra intención hacerte tanto daño. Said quiso crear un mundo para ti, un mundo que tú ya tenías y del cual te alejó sin mala intención, mientras que yo solo anhelaba una familia perfecta que me impidió todo este tiempo sentir la tristeza de tu alma. Hoy entendimos lo mucho que nos hemos equivocado contigo y no podemos revertir los hechos pero sabemos que no tardarás en reescribir tu vida en Bochum, sabemos que serás muy feliz con tus amigos, tus hermanos, tus padrinos, Judith, Norbert y por sobre todos ellos, sabemos que serás muy feliz cerca de Michael.

Dentro de tu agenda con hojas perfumadas, te guardé la última foto que nos tomamos los 4 juntos, tú, tu padre, tu hermanita y yo, deseando que la hagas formar parte de tu bello tesoro como lo son tus mejores momentos. Me despido de ti con muchos besos y abrazos imaginarios que espero los recibas con amor y cariño.

 

Tu madre que te adora

Paula

 

Lloré sin consuelo por incontables minutos luego de leer esa carta, entre unas ganas inútiles de querer abrazarlos a los tres pues los amaba mucho, de un modo que quizás nunca les había expresado correctamente. Para consuelo de mi alma, desde aquella carta, mi madre y yo permanecimos comunicadas y de tanto en tanto hablábamos por teléfono, no así con mi padre quien se llamó al silencio durante todo el tiempo en el cual nos mantuvimos alejados.

Quizás era como un castigo y muy probablemente me lo merecía, entonces lo acepté deseando infinitamente desde el fondo de mi corazón que al volvernos a ver, el pasado quedara tan pero tan atrás que ya no se interpusiera entre nosotros como un cristal de hielo que nos congelaba el corazón.

A finales de agosto las clases estaban a pocos días de comenzar por lo que mamá Judith fue a matricularme a la escuela, el Realschule Stenshof en Bochum, ni bien llegamos de Oberwolfach. Lógicamente se trataba de la misma escuela a la cual iba Michael al igual que uno de mis hermanos, Mateo y según me habían contado, varios ex compañeros de los que yo conocí cuando estábamos en primaria.

— Estoy muy emocionada por volver a la escuela, amor.

— ¿En serio bebe? Yo solo deseo que no comience jamás.

— ¿Por qué dices eso?

— No me ha ido muy bien en ciertas materias el último año. Casi los repruebo y mis padres ya me advirtieron que si en mi último año de escuela me sucede lo mismo, me suspenderán los entrenamientos de fútbol y esa amenaza es horrible.




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