Oberwolfach "Sueños de Verano"

TONTA ENAMORADA

— ¿Por qué no me lo habías contado, Michael?

— ¿Y arruinar los mejores días de tu vida? —Dijo con una sonrisa acumulada de tristeza infinita que no logró esconder ante mí por mucho tiempo—

Durante el juego con el equipo de su categoría, la U16, aquel día domingo, Michael había sufrido una lesión relativamente seria. Una rotura completa del tendón de Aquiles en el lado izquierdo que necesariamente lo llevó a cirugía y que tardaría entre dos a tres semanas en sanar correctamente de modo a iniciar el proceso de rehabilitación a partir de las cuatro semanas.

Por medio de una férula, él debía mantener inmovilizada la pierna izquierda, dos semanas enteras hasta recibir autorización médica para que pudiera finalmente apoyar el pie, protegido de una ortesis Walker y sujeto a un par de muletas.

— Estaré tres meses sin jugar Gina —Dijo rompiendo en llanto finalmente— ¿Por qué me sucede esto a mi justo ahora? Perderé mi lugar en el equipo.

— No te pongas así novio mío que partes mi corazón.

Siempre lo he consolado ante sus pequeñas adversidades en la vida pues siempre me nacían las palabras y las ideas para hacerlo pero aquella vez no supe de qué manera borrarle la tristeza. Me puse en sus botines y fue aterrador imaginar una lesión en mi pie, pues sariá tan catastrófica para mí como lo era para él, de todos modos tuve que intentar animarlo y hacerlo entender que nadie podría ocupar su lugar si él era uno de los mejores de su categoría.

— ¿Y si ya nunca me recupero? ¿Y si nunca más puedo volver a jugar?

— No pienses de ese modo Michael.

Tenía infinitas cosas que hacer y fue tan grande mi aflicción al llegar a casa y saber sobre la lesión de Michael que las anécdotas sobre La Bayadera quedaron en segundo plano y no solo debido a los problemas personales sino porque Anna Wieber y Jens Geier habían logrado su tan ansiado primer lugar en la Competencia Nacional de Ballet Clásico y dicho logro resultó mucho más meritorio y trascendental para la Academia que nuestras exitosas presentaciones de La Bayadera.

De todos modos tenia a quien contarle mis historias, así es. A mí adorado novio a quien durante mis ratos libres le hacía compañía y me pedía que le contara cada detalle de cómo me había ido y de qué modo viví aquellos momentos tan maravillosos.

Así, los días previos a su alta para utilizar la ortesis Walker, no resultaron tan melancólicos. Tenía tiempo suficiente para leer mis notas en las revistas de artes, mirar fotografías y ver películas con la grata compañía de nuestro Frufrú.

— Malvada, necesito que me prestes tus apuntes de la escuela. Son para Michael —Le dije a Anna en los pasillos de la escuela—

— ¿Disculpa? ¿Qué te hace suponer que yo le prestaré mis apuntes a ese insecto?

— ¡Oye! No le llames así y mira que te lo pido como un favor. Si no mes las prestas, ya no te ayudare con las clases extras para el concurso del Ballet Contemporáneo —Advertí con pequeños silbidos por los aires—

— A mí no me chantajes, odiosa. Como si esa competencia me interesara.

— El pequeño Tim se pondría muy triste si supiera que su adorada Anna en realidad es una malvada, y... mi tío Alex se decepcionaría mucho —susurré—

— ¿Qué dices?

— Nada. Por favor préstame tus apuntes, Michael necesita ponerse al corriente con las tareas y como alardeas en ser la mejor de tu salón, que mejor que tus apuntes.

— Está bien, pero no creas que será gratis.

— ¿Cuánto dinero quieres? —Pregunté poniendo los ojos en blanco—

— No me interesa el dinero.

— ¿Entones?

— Quiero que intercambiemos de lugar para la coreografía final, no pienso pasar por el incómodo episodio de tener que besar a Stalin —confesó haciendo alusión a la escena final de la última coreografía donde Stalin tendría una breve participación como merecedor del crédito principal a sus tres trabajos—

— ¿Qué dices? ¿Y piensas acaso que yo desearía pasar por ese incomodo episodio? Mi novio estará allí por lo tanto olvídalo.

— Pues entonces no te prestaré ningún apunte.

— Ni que tus apuntes valieran tanto la pena, yo no pienso pelear con Michael por aceptar esa condición. Se lo pediré a otra persona —Dije alejándome—

— ¡Oye, espera! Eres la única que puede librarme de eso, Hablarás con Michael y le dirás que ese beso será una simple escena sin sentido.

— Ahá, que fácil.

— Lo es.

— ¿Y tú porque no quieres esa escena con Stalin? Necesito una muy buena razón para que me convenzas de hacerte ese favor.

— Él y yo alguna vez fuimos novios y no quiero besarlo ni aunque sea de mentiras. Es solo eso.

— Mmm... ¿Y qué más?

— ¿Qué más? No hay nada más.

— Pues si no hay nada más, eso no me convence —Dije retirándome de nuevo—

— Sé que Alex estará ahí porque irá a verte y... no quiero hacer esa escena en su presencia ¿De acuerdo?

Eso fue todo lo que yo deseaba oír para confirmar mis sospechas y fue motivo suficiente para analizar sobre el favor que me había pedido. Aun así las cosas no resultarían muy fáciles pues yo debía poner a prueba la reacción de mi adorado novio al comentarle sobre esa escena de beso que definitivamente no estaba en mis planes.




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