Oberwolfach "Sueños de Verano"

AÑO VIEJO

— ¿Cómo me veo, Michael?

— Hermosa como todos los días novia mía —Contestó Michael en lo que yo daba un par de vueltas luciendo mi espléndido vestido—

— Tú también te ves muy guapo, novio mío.

— Ya lo sé —Bromeó y yo le sonreí—

31 de diciembre por la noche, bajo un despiadado frío en las calles, llegó finalmente el tan esperado momento anhelado por mi padre, Said. Nos colocamos nuestros respectivos abrigos y partimos rumbo a la inauguración de la imponente Mawal Company en la ciudad de Essen.

Los invitados exclusivos de mi padre iban llegando a la par de las personas que se acercaban al lugar para presenciar la tan sonada inauguración con fuegos artificiales y recepción libre para que pudieran disfrutar de una noche cálida mientras aguardaban al año nuevo.

Era un lugar realmente asombroso, inmenso y súper moderno donde cada salón de los tres existentes, poseía su propia área.

El Salón 1 correspondía a las exposiciones de cuadros en pintura. El Salón 2 pertenecía a los cuadros fotográficos. Mientras que el Salón 3 se basaba en proyecciones audiovisuales como documentales, publicidades, acontecimientos como bodas, bautismos, cumpleaños y reportajes basados en hechos de relevancia sobre diversos temas y acontecimientos. En pocas palabras, el Salón 3 mostraba al público toda la magia que era capaz de generarse en Mawal Company.

— ¡Viniste Jenny! —Exclamé saludándola con un abrazo—

— Te dije que sentía mucha curiosidad y mis padres también.

Saludé a los padres de Jenny (Manuela y Tobías Karpenko) quienes posteriormente fueron a recorrer las instalaciones mientras nosotros comenzábamos a agruparnos en un lugar determinado.

— Varios de la Academia dijeron que vendrían —Comentó Jenny—

— Ja.

Minutos más tarde vi llegar a una parte de mi familia y al final quienes faltaban fueron ingresando en secuencias. Mi abuela Elwira y su esposo y un poco más atrás mi tío Najib en compañía de dos mujeres, de esas mismas que le gustaban siempre. Rubias y de protuberantes atributos.

Porque no me extraña —Pensé— Él no era un hombre de relaciones estables y duraderas, de esos que aspiraban a casarse un día, sentar cabeza y tener hijos como la mayoría.

— ¿Cómo es posible que tengas tíos tan guapos? ¡Mein Gott! —Exclamó Jennifer dejando escapar un gran suspiro— ¿No tendrás otro más o menos de mi edad, Gina?

— No que yo sepa —Sonreí—

— ¿Quiénes son esas mujeres? —Preguntó refiriéndose a las acompañantes de mi tío Najib—

— No tengo idea... Sus nuevas conquistas tal vez

— ¿Las dos? —Dudé encogiéndome de hombros—

Mi novio también se veía muy guapo aquella noche pero me alegraba que ninguna chica lo mencionara siquiera pues como alguna lo hubiese hecho, muy probablemente las cosas no habrían acabado nada bien aquella noche. Él y yo junto con un amigo suyo Marvin, del U16 de su equipo, tomamos una de las mejores mesas del Salón 3 de modo a poder presenciar plenamente de la inauguración oficial de Mawal Company.

Al poco tiempo las distintas instalaciones ya estaban abarrotadas de las 500 personas a las que mi padre dio oportunidad de formar parte de aquella noche por medio de cupos. Un pase por cada persona que donara ropas y juguetes a ser destinados posteriormente a un par de Orfanatos.

No todos iban a caber en el Salón 3, solo los invitados de la noche de mi cumpleaños y socios de mi padre, pero todo el interior de Mawal se encontraba ambientado para que absolutamente todos los invitados pasaran una velada en plena comodidad con butacas, mesas y Bufets a elección.

No muy lejos de nuestra mesa, mis tíos compartían lugar con aquellas dos mujeres y un par más de personas que yo no conocía. La situación no me daba buena espina con una de aquellas mujeres que no dejaba de charlar con mi tío Alex o que intentaba hacerlo pues de algún modo él denotaba incomodidad o una especie de impaciencia observando de tanto en tanto la entrada del Salón.

Las noches viejas y las bienvenidas de año nuevo no le generaban buenos recuerdos a mi tío Alexander. Cada 31 de diciembre, cada 1 de enero y cada estallido de fuegos artificiales eran un episodio revivido sobre la partida de Dana, una noche fría como esa, entre sus brazos. En un par de horas más se cumplirían 4 años de su muerte y aunque él pareciera haberlo superado, era un dolor imborrable que aún se negaba a sanar del todo.

Entretenidos de tanto en tanto con las proyecciones que se generaban en el Salón, llegó ella, Anna Wieber, irradiando una belleza de esas que tanto deslumbraban a los chicos como mis hermanos August y Mateo, como Marvin y Stalin quienes sin duda alguna ya se encontraban echando babas dentro del Salón.

El hechizo de Anna encantó a muchos aquella noche pero solo dos personas fueron el blanco receptor y una de ellas no dudó en acercarse de inmediato para saludarla. El pequeño Timothy quien la abrazó y la besó a merced de todos los envidiosos.

Ella también lo besó y lo abrazó, ocasionando con aquel derroche de afectos que mi tío Alexander acabara derretido tal cual el Sr. Frost en una soleada mañana con olor a primavera. El semblante le había cambiado por completo y comprendí entonces la razón del porque no dejaba de mirar una y mil veces en dirección a la entrada.




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