Oberwolfach "Sueños de Verano"

MALA SANGRE

STÄDT FRIEDHOF BREDENEY (CEMENTERIO)

— ¿Recuerdas que cambiamos los lugares con Iris y Alina en el bus? —Preguntó Jennifer entre llantos intensos— Quizás nosotras estaríamos enterradas aquí ahora en lugar de ellas.

— Tal vez —Fue todo lo que pude decir en aquel instante en el que solo sentí culpa, un dolor agudo en el pecho y un vacío infinito—

Alina Held, Iris Biemdiecke, la maestra Helen Kneist y Benjamin Bartsch moraban en aquel cementerio de Meinsenburgstraße.

Jana Höfling, Stefanie Voigt y Melanie Brau fueron sepultadas en Friedhof Dümpten de Oberhedstraße. Los restos de Bianca Peters y Anja Ziegelt fueron incinerados.

Oliver Fischer descansaba en el Evangelischer Friedhof en Steele y los restos de Jens Geier fueron sepultados en Weißensee Cementery de Herbert-Braum Straße en Berlín.

Un día domingo por la mañana, Ursula, Jenny, Anna y yo habíamos decidido ir juntas al cementerio pues no habíamos tenido siquiera oportunidad de hacerlo antes.

Fue duro y desolador caer en cuenta que ni todo el llanto, ni toda la culpa que pudiéramos expresar, los devolvería a la vida jamás. Todo lo que nos quedaba era orar por sus almas y guardarlos en el corazón.

Las coronas de rosas se marchitarían en cuestión de días pero los recuerdos de sus preciosas vidas permanecerían por siempre en nuestras memorias.

Michael: Mejor vámonos ya, Gina. No es bueno que estés así.

Lloré sin parar entre sus brazos aun intentando asimilar todo lo que había sucedido pero era algo con lo que no lográbamos lidiar. Aun así debíamos desahogarnos por completo e intentar sacar todo el dolor de modo a intentar retomar nuestros caminos que hasta ese momento estaban empañados en tinieblas.

Alex: Mi amor, vámonos —Le suplicó a Anna quien yacía estática junto a la lápida de la Miss Helen— Anna... Esto no te hace bien, cielo. A ninguna le hace bien —Recalcó—

Michael: Ja... Es mejor que nos vayamos.

Al salir del cementerio nos despedimos de Ursula quien finalmente iría a Disney con su familia como regalo de cumpleaños.

Gina: ¡Feliz cumpleaños anticipados, Ursula! —Le desee dándole un fuerte abrazo—

Jenny: Diviértete mucho en Disney y tómate muchas fotos así luego nos las enseñas.

Ursula: Desde luego que lo haré —Aseguró con una renaciente alegría—

Anna: Saluda a Mickey y a Minnie de mi parte —La abrazó—

Ursula: De acuerdo chicas... Cuídense mucho, las quiero y lo saben. Tschüss.

Posteriormente nos despedimos también de Jenny y de su madre quien la había acompañado.

— Nos vemos mañana en la escuela, Jenny.

— Ay no me lo recuerdes que comenzaré a sentir mucha envidia de Ursula.

MANSIÓN DE BYFANG

— Mira lo que me he puesto hoy Abue —Le enseñé dando una vueltecita—

— ¡Mi ángel! ¡Te ves preciosa! Yo sabía que lo ibas a lucir, te lo dije aunque en ese momento no podías oírme.

— Yo si te oí Abue.

— ¿Sí? ¿Pudiste hacerlo?

— Ja —Afirmé—

— ¿Y quieres contarme a donde irás tan guapa?

— Michael me llevará a pasear.

— ¡Por supuesto! ¿Cómo no lo sospeché? —Me abrazó—

— ¿Porque andas distraída? Te preguntaría que te sucede pero ya debo irme.

— Ve cielo que todo está bien. ¡Diviértanse!

Sabía que mi abuela Elwira al igual que mi padre, guardaba muchos secretos y el de ambos tenía mucho que ver entre sí. Pero su aflicción en aquellos instantes era otro. Uno que estallaría como bomba y nos dejaría atónitos a toda la familia, por sobre todo a mi tío Najib.

Domingo 1 de agosto mis padres anunciaron la fecha de su boda, el 21 de agosto. Un tanto apresurado, de todos modos parecía una buena fecha y todo fue perfecto hasta que...

— No puedo esperar más, primero porque creo que ya esperé lo suficiente —Sonrió con algo de timidez— y segundo porque estoy embarazada.

No... No fue ninguna falla de mi audífono y de momento mis zumbidos recurrentes se encontraban dormidos. Eso significaba que había oído aquellas palabras perfectamente y con mucha claridad.

Said: ¿Estás embarazada mi amor?

Paula: Lo estoy Said y creo que será otra niña —Añadió bastante emocionada— Hijita no quiero que te sientas mal por esta noticia. Yo te he dicho que eres y serás siempre mi primera niña consentida y que te amo con toda mi alma —Expresó para mí con un abrazo— ¿No vas a decirme nada cielo?

Gina: ¿Y qué quieres que diga, mommy?

Paula: No sé... No es normal que estés callada ante una noticia como esta.

Michael: No tienes que preocuparte mommy, Gina ya no está en edad de hacer berrinches. Por eso lo toma con calma ¿cierto bebé?

Gina: No sé de qué calma hablas, Michael —Dije repentinamente— ¿Padre, que tú acaso no sabes que son los preservativos? Uhhhggg... refunfuñé saliendo del comedor.




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