Oberwolfach "Sueños de Verano"

CONSECUENCIAS

Por momentos pareciera que mi tío Najib acabaría aceptando a aquel pequeño paquete rosa que Dios le había enviado de manera accidentada, pero las cosas no fueron de tal modo. Al menos no de manera inmediata.

MANSIÓN DE BYFANG

— Aún estoy esperando a que estalles contra mí. Que me partas la cara, la nariz ¿Qué sucede contigo hermano? Apuesto lo que sea a que estas abusando de tus medicamentos.

— No es así.

— Pues yo creo que sí. 

— ¿Quieres que te parta la cara y la nariz? Porque en ocasiones, ganas no me faltan.

— Lo merezco por imbécil.

— Tú ya no tienes solución Najib, por lo tanto no me serviría de nada romper mis dedos dándote puñetazos. Que te desfigure la cara no hará borrar a tu hija, porque ya tienes una hija. Grábatelo en tus pensamientos —Advirtió apuntándole la cabeza con un dedo—

— Yo no podré cuidar de ella, hermano. Ni siquiera puedo cuidar de mi propia vida —Dijo con los ojos llorosos entre mil sensaciones que no podía expresar—

— ¿Por qué no? Ya eres adulto, tienes una profesión, trabajas bien y — Pausó sus palabras encendió un cigarrillo— tienes un departamento. En lugar de meter a chicas extrañas allí, ubicarás a tu hija, le decorarás una habitación muy bonita y cuidarás de ella.

— Mmm ¿Y qué más?

— Vas a criarla lo mejor que puedas. No será fácil desde luego porque criar hijas no es nada fácil, pero aprenderás como yo he aprendido. ¡Es más! Siento que con mi adorada Gina no acabaré de aprender nunca. Con Bella por el momento las cosas van bien y con la que está en camino espero que sea igual.

— ¿La que está en camino?

— Paula está embarazada y dice que será otra niña —Contestó con total serenidad—

— ¡Genial! Y yo que deseaba dejarte a la mía —Dijo levantándose—

— ¿De qué estás hablando? ¿Es que tú acaso no escuchaste nada de lo que te he dicho?

— Oí todo lo que me dijiste pero al parecer tú no me has oído a mí. No podré cuidar de ella ¿De acuerdo? En todo caso que se la quede mi madre —Vociferó saliendo del chalet—

— ¡Oye, detente! Siempre supe que eras un maldito cobarde pero esta vez no puedes huir tan fácilmente de tus responsabilidades.

— ¿Said, que significa esto? —Preguntó mi madre al verlo con un cigarrillo en mano—

— Está fumando, Paula. Procura sacarle ese pésimo hábito, por favor... ¡Y otra cosa! Procura también controlar cuantos medicamentos se toma al día no sea que vaya a convertirse en un adicto.

— ¡Najib, espera! —Gritó mi padre vanamente—

Mi tío Najib se fue en ese mismo instante y partió rumbo a Berlín sin haber visto siquiera al menos una vez a su hija. Solo la había mirado de reojos desde el bambineto pero en ningún momento la observó y mucho menos la cargó entre sus brazos.

Mi abuela Elwira desde luego estaba dispuesta a cuidar a esa bebé pero primeramente debía reorganizarse en Berlín con respecto a sus horarios de trabajo y en lo que eso sucedía, la pequeña permanecería con nosotros al cuidado de mommy Paula en aquella Mansión de Byfang.

— No me parece correcto que quieras apañar las irresponsabilidades de mi hermano, madre. Sé que cuidarás bien de esa niña pero Najib debe aprender a cuidar de su hija por sí solo, se le hace muy fácil dejarla en tus manos mientras continúa con sus libertinajes.

— Tienes razón, pero tampoco puedo obligar a tu hermano. En lo que él termine de recapacitar yo no puedo desamparar a esta pobre inocente que ni siquiera tiene un nombre —Dijo acariciando la mejilla de la pequeña—

— Por supuesto pero te advierto, madre que mi hermano no se saldrá con la suya.

En el transcurso de esos días una noticia recorrió por varios medios del país. Habían hallado el cadáver de una joven, flotando a orillas del Abfanggraben, un curso artificial de agua que fluye sobre el canal de Mittler en Isar hasta llegar a Moosburg-Baviera.

Según el periódico local, las pericias dieron a conocer que Scarlett Gartmann de 19 años, buscada desde hacía un par de días, fue ejecutada con dos disparos, uno en la cabeza y otro en la espalda.

Mi abuela Elwira no fue capaz de salir de su estado de shock y de una angustia desesperante por lo ocurrido pues los días que llevaba muerta aquella joven, coincidían con el tiempo aproximado en el que sus hijos habían viajado a München para ir en busca de la misma persona.

De todos modos no fue momento de hablar sobre ello con ninguno de los dos. Su hijo Najib se encontraba en Berlín, reacio a dar la cara por su bebé y su hijo Said, mi padre, se encontraba a pocas horas de celebrar su boda con mi madre.

Sábado 21 de agosto mis padres finalmente unieron sus vidas en sagrado matrimonio, una maravillosa media tarde de verano en la Iglesia Católica Heilig Kreuz en Franziskanerstraße-Essen.

Aquella boda pudo haber sido la más grandiosa de toda Essen pues hasta ese momento mi padre ya era considerado una de las personas más ricas e influyentes en su ámbito que no se reducía únicamente en tomar fotografías y exponerlas en galerías. Sin embargo mi madre prefirió una boda tranquilla, únicamente entre familiares y amistades más cercanas a mi padre. Aun así el acontecimiento no pasó desapercibido y acabó filtrándose en algunos medios escritos que acabaron causando diversos comentarios, infinitas opiniones y por sobre todo, especulaciones.




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