Mientras bailábamos una canción, a la vez intentábamos procesar todo lo que nos había contado mi tío Najib. Poco o nada habíamos podido disfrutar de la fiesta por andar haciendo el papel de detectives fracasados pues al final de cuentas con tanta información desordenada, acabamos con más dudas que respuestas.
— ¿Quién es Yasâr?
— ¿Y dónde vivió mi padre todos los años que estuvo con mi abuelo?
— No te costaba nada preguntarle eso a tu tío.
— Pues no se me ocurrió en ese instante y tú tampoco me ayudaste. Se lo preguntaré a mi tío Khaleb o a ese guardia nuevo que nunca antes había visto y que no se separa de mi padre.
— Mejor a Khaleb, ese otro sujeto no me agrada nada.
— Mi abuela Elwira debe saber todo, de pies a cabeza pero tengo mis sospechas de que no querrá contarme absolutamente nada.
— O no podrá hacerlo.
Llegó el momento de lanzar el ramo y la más emocionada con eso era Anna quien no titubeó en ir a participar.
Jenny: ¿Y tú no vas, Gina?
Gina: Nein, yo ya no lo necesito. Atrapé un ramo de novia de mi amiguita Dana hace 7 años y Michael y yo ya sabemos que nos vamos a casar —Sonreí—
Jenny: ¿Qué? Eso no se vale, eras apenas una niña.
Gina: ¿Quién dice que no se vale que una niña atrape un ramo? —Puse los ojos en blanco—
En aquel momento aproveché la ocasión y fui hasta aquel guardia. Ya sé que a Michael no le agradaba pero yo debía sacarme las dudas sobre ciertas cuestiones o no pegaría los ojos en toda la noche.
— ¡Oye, tú! Quiero hacerte un par de preguntas.
— ¡Woow! ¿Cómo es posible que Said haya podido ocultarte todo este tiempo? —Dijo observándome de pies a cabeza—
— ¿Cuál es tu nombre?
— Dabir Kazim… Para servirte.
— Mmm ¿De dónde es ese nombre? Y no me contestes que de Oriente. ¡Por favor!
— De hecho si es de Oriente.
— ¿De qué país?
— Marruecos.
Pensé por un par de segundos y volví a la mesa donde nos encontrábamos.
Jenny: ¿Quién es ese?
Gina: Un tal Dabir Kazim o algo así.
Jenny: ¿Qué?
Michael: ¡Oye bebé! Te pedí que no hablaras con ese sujeto.
Gina: Tenía que hacerlo, Michael. Igual no sirvió de nada, creo —Dudé— Dijo que su nombre es Marroquí ¿Crees que mi padre venga de Marruecos?
Michael: Tal vez.
Jenny: ¿Puedo saber de qué hablan?
Gina: De secretos de familia —Suspiré—
La tonta Anna no pudo agarrar el ramo y acongojada volvió al lugar donde nos encontrábamos.
Anna: ¡Alex! Prométeme que igual tú y yo nos casaremos —Dijo rodeándolo con sus brazos— Y que nuestra boda será tan bonita como esta.
Alex: Te prometo que tendrás la boda más hermosa de toda Essen, pero sin mansión mi amor y tampoco podré comprarte un súper anillo como el que mi hermano le obsequió a Paula.
Anna: Nada de eso me importa Alex, tú eres todo lo que yo quiero y necesito.
Jenny: ¿Enserio son tan cursis o se me ha subido el empalagoso licor?
Gina: ¿Bebiste licor, Jenny?
Jenny: Solo un poco —Admitió—
La noche finalmente había caído y aquella maravillosa pero paralelamente descabellada fiesta de boda iba llegando a su final. De tanto en tanto aun nos disponíamos a bailar, y la novia ya más relajada, se dejaba arrastrar por la soltura de mi padre al ritmo de Talking In Your Sleep (The Romantics)
Él siempre fue atento y cariñoso con mi madre y ambos siempre reflejaban mucha ternura pero lo único cierto era que ese par llevaba fuego en la sangre y el último embarazo de ella era la prueba fehaciente de aquello.
Los invitados partieron y algunos permanecimos en la mansión.
Yo deseaba que Michael se quedara pero él continuaba reacio a dormir bajo el mismo techo que mi padre y con más razón luego de todo lo que había contado mi tío Najib. Se despidió de mí, me dejó a Frufrú y se marchó con sus padres rumbo a la casa de Kappeskolonie.