Un horrible sonido me despierta de mí hermoso sueño, trato de abrir mis ojos pero el sueño no me deja, reúno todas mis fuerzas y me levanto perezosamente de mí cómoda y relajada cama, camino a pasos lentos a mi baño una vez dentro hago todas mis necesidades, me ducho y busco en mi armario para saber que ponerme, tomo un vestido azul de flores que me llega más arriba de mis rodillas, unas sandalias y peino un poco mi oscuro y lacio cabello.
Bajo lento las escaleras y con cuidado de no caerme porque créanme, ya me he caído muchas veces de ellas.
Un olor delicioso penetra mis fosas nasales, mí madre está en la cocina y mí padre sentado en la mesa junto con mi loco y querido hermano.
— Buenos días familia. — digo con alegría y entusiasmo
—Buenos días - me responden todos al unísono
Me siento en el comedor y mí madre aparece con un delicioso plato de comida, tomo un waffle y cuando justo lo voy a entrar a mi boca una bocina suena y claramente reconozco esa bocina. Es la loca de mí mejor amiga Emma.
Tomo un wafle y con mi mano libre agarro mi mochila para luego colgarla en mi hombro.
—¡Rave, hija, pero no desayunaste! — grita mi madre desde la cocina
— No te preocupes comeré algo allá
— le digo dándoles besos a mis padres y hermano.
Salgo corriendo hacia la puerta, y afuera encuentro a mí loca amiga con su viejo auto que es un Volkswagen color blanco.
Deberías comprarte un auto nuevo. — le digo burlonamente
— Cállate, agradece que te llevo Raven.
— dice ella riendo y sacándome la lengua maduramente.
Yo solo suelto una risa.
Bajo del auto y Emma hace lo mismo que yo, bueno les contare un poco de mí.
Mi nombre es Raven Jones, tengo 17 años soy un poco morena mí cabello es negro y lacio, mis ojos azules y mí cuerpo no es de muchos atributos pero no me quejo, estoy en el último año escolar, mí mejor amiga es Emma una rubia atrevida y divertida, vivo con mi madre, padre y mujeriego hermano Sam un moreno musculoso, de buena estructura. Pocas palabras el playboy de la escuela.
No soy popular bueno no como mí hermano, no me gustan mucho las fiestas pero a Emma, le fascinan y eso es algo que detesto ya que como se lo imaginan ella me arrastra a las estúpidas fiestas y como siempre yo tengo que cargar con mientras tiene sus represalias de borrachera.
— ¡Raven, te estoy hablando!— me grita Emma.
— Lo siento ¿decías?- le digo mientras caminamos por los pasillos de la escuela.
— Decía, que esté año hay muchos galanes en la escuela - me dice alzando sus gruesas cejas.
Yo solo niego con la cabeza y rio.
...
Después de esté día escolar tan aburrido, llego a mí casa y me dirijo a mí cuarto corriendo, una vez en el me acuesto en mí cama cierro mis ojos y me quedo totalmente dormida.
— ¡RAVEN, RAVEN! — un grito fuerte hace que caiga de la cama, tallo un poco mis ojos y cuando al fin mis ojos se acostumbran a la luz veo a Emma en el piso riendo a carcajadas.
— No me parece gracioso, Emma - digo al punto de reír.
— ¿sí? pues no parece. — responde.
— Raven, mí linda Raven, Raven ¿Cuántas veces te he dicho que te quiero? — dice ella
— ¿Qué quieres ahora? — digo rodando los ojos.
— Es que... Va haber... una fiesta y quiero que me acompañes.— dice ella con su cara tierna.
— Sabes mí repuesta sobre las fiestas.— digo seria.
— Raven ¡por favor, por favor! Te prometo que esta es la última. — dice ella.
— Eso dijiste la vez pasada.— digo.
— ¡Por favor, Raven, por favor Raven! — suplica Emma.— Te hago la tarea por un año, saco a pasear a tu perro.— dice ella con sus ojos de perrito abandonado.
— Yo no tengo perro. — digo con una ceja alzada.
— Te conseguiré uno. — habla Emma con una sonrisa.
— ¡NO!— le grité.
— Vamos Raven, te lo pido.— dice mientras se arrodilla en mí cama y toma mi mano.
— ¡ESTA BIEN! — digo irritada.
Bueno después de todo ¿Qué es lo peor que me pueda suceder?