Obligada a casarme

capítulo 40

Taylor me toma de mi brazo y de un solo jalón me levanta del sillón y me empieza a llevar a rastras escaleras arriba una vez en el cuarto me tira con fuerza dentro de este haciendo que caiga de trasero al suelo.

Taylor se para delante con una mano en la cintura y con la otra toma el puente de su nariz.

-Tomate una ducha apestas-dice mientras camina hacia la cama.

Me levanto del suelo y con mi cabeza que duele como el infierno me quito mis prendas y me dirijo a la ducha.

Minutos después de mi relajante ducha salgo en vuelta en una toalla busco en mi armario algo de ropa con la atenta mirada de Taylor en cada movimiento.

Una vez vestida me paro delante de él, viéndolo fijamente.

-ahora no estoy para discutir...ven acuéstate conmigo-dice palmeando a su lado.

Camino a la cama y me acomodo relajadamente a esta Taylor me toma de la cintura y me apega a su pecho.

Siento su delicioso aroma penetrarse por mis fosas nasales siento el paraíso junto a él pero a veces también siento el infierno cuando estoy junto a él.

Mi vida ha cambiado demasiado y no sé qué es lo que pasa por el mundo de Taylor para que sea hace conmigo, unas veces me trata como una princesa y otras veces me trata como una prostituta y eso hace que mi corazón se rompa cada día más, espero que no me estés perdiendo Taylor.

.

.

Despierto con unas suaves cariseas y eso hace que me sobresalte, abro los ojos de par en par y me encuentro con Max acostado junto a mi acariciando mi cara.

-¿que estás haciendo?-pregunto asustada

-te miraba dormir-habla con ternura y como si fuera lo más normal del mundo.

-¿lo dices hace como hace?-pregunto viéndolo raro

Este no me responde, me echa una mirada de pies a cabeza y se muerde su labio haciendo que sonroje.

-es mejor que salgas, que tal entre Taylor y mal interprete las cosas-digo nerviosa

Este solo suelta un bufido.

-¿cuándo aprenderás a pensar solo en ti y no en Taylor?-dice para luego levantarse e irse

Sus palabras quedan como eco en mi cerebro como si lo que dijera...tuviera razón... he girado toda mi vida pensando en los demás que nunca pienso en mí.

Me desconozco, tengo miedo.

Me levanto de golpe de mi cama camino al baño y me tomo una ducha rápida busco en mi armario lo primero que encuentro que consiste en unos pantalones y una blusa rosa con mis zapatillas.

Abro la puerta y bajo las escaleras de dos en dos buscando a Max.

-MAX-empiezo a gritar como loca por toda la casa.

Como no lo encuentro camino por el largo pasillo de las habitaciones gritando su nombre, una puerta café se abre dejando ver a un recién despierto Alex

-¿que son esos gritos?-pregunta como un niño recién levantado.

-¿has visto a Max?-pregunto

-si, lo vi en el jardín-responde.

No lo pienso dos veces y salgo corriendo hacia al jardín una vez en la puerta trasera de la casa tomo la perilla tomo una bocado de aire y abro la puerta encontrándome con un Max sentado en el césped con la mirada perdida.

Camino a pasos lentos y cuando y cuando estoy cerca de él me siento a su lado.

Este solo me mira fijamente.

-enséñame-digo viendo el fresco césped.

-¿qué cosa?-pregunta con una ceja levantada

Me tomo unos segundos y alfen hablo.

-enséñame a pensar en mi misma-digo ahora si viendolo a los ojos.
 



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En el texto hay: narcotrafico, romance, hot

Editado: 17.03.2019

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