Obligada a Desearte

Capítulo 1

Mudarme a Virginia no me agradaba nada, pero lo bueno de todo esto es que Virginia tendría las cinco estaciones del año y estaría más tiempo con mi madre, la cual fue la causante de este cambio radical.

Mis padres son divorciados después de una relación toxica decidieron separarse hace cuatro años y fue la mejor decisión de sus vidas, años después de su divorcio mi madre y yo tuvimos una larga charla, las dos queríamos un cambio diferente pero no creí que fuera tanto.

Mi madre es enfermera y consiguió trabajo en unos de los mejores hospitales de Virginia, así que me arrastro con ella a esta aventura- Candy, hija ya llegamos- dice mi madre alegre, parecía una adolescente.

Me quite los audífonos y mire desde la ventanilla del auto mi nuevo hogar, la casa era muy grande y bonita, a su alrededor pinos custodiaba la mini mansión, el jardín daba la bienvenida desde la entrada, era un lugar agradable como nuestra antigua casa en Nueva york.

-la anterior dueña tiene un buen gusto-dice mi madre bajando del auto observando encantada a su alrededor, bufe molesta haciendo que mechones de mi cabello castaño se alejara de mi rostro- quita esa expresión de tu rostro y ven a contemplar esta maravilla de paisaje.

Baje del auto cansada del viaje - ¿Qué alguien me mate? – exclame aburrida, ganándome una mirada asesina de parte de mi madre.

………….

Ayude a bajar las cajas y a organizar todo lo que podía, la mañana estaba soleada perfecto para dar un pasea por el vecindario, abrí la ventana de mi habitación quedándome pasmada de lo que veía, un bosque intenso comenzaba en nuestro patio trasero- bonita vista, no lo crees- mi madre llega a mi lado contemplando la maravillosa y peligrosa vista- es peligroso vivir cerca de un bosque- dije un poco asustada-para nada-mi madre sonrió abrazándome por los hombros- solo inhala este aire puro, nada de contaminación ambiental.

-al parecer soy la única que tiene miedo de que Jason Voorhees u otro asesino en serie nos maté-dije dramática- señorita, desde hoy tienes prohibido ver películas de terror-ríe mi madre- te apetece si pido pizza? - dije perdiéndome en los enormes pinos.

-pizza de champiñón- propone mi madre, asiento lentamente.

………….

Al día siguiente nos pusimos en la tarea de terminar de acomodar lo que nos faltaba, la música de Bts inundo el silencio de la cocina, me gustaba el silencio, eso me ayuda a reflexionar y imaginar paisajes para mis pinturas, aunque no era buena en el arte, pero aun así me gustaba.

El timbre de la casa me saco de mis pensamientos, bajo el volumen de mi reproductor y voy hacia la puerta, ¿Quién podrá ser?, cuando abrí la puerta me encontré con una señora de la tercera edad, cuando me vio la dulce señora me sonrío y fue inevitable no sonreírle.

- eh… bienvenida al vecindario, querida - dijo con cariño entregándome una canasta de galletas recién horneada - gracias, que lindo gesto de su parte- agradecí amablemente.

-hija, tenemos visita? - pregunta mi madre llegando a la puerta- soy Ignacia- dice la amable mujer.

-nos ha traído un presente- comente, mi madre agradece- sr Ignacia, gusta acompañarnos? - la anciana niega- gracias, pero sino regreso en cinco minutos mi nieto se pondrá furioso- dice entre risa contagiosa.

- Ignora, vieja decrépita, ¿qué haces molestando a los nuevos vecinos? - grita un señor mayor enfurecido desde el porche de su casa, me sorprende su manera de hablarle a la pobre Ignora.

-Próstata, viejo amargado, no te metas donde no te han llamado, creí que ya estabas muerto después de la recaída de la diabetes y del colon - quedé impactada por un instante, vi a mi madre sorprendida escuchando a esos dos ancianos insultarse de sus enfermedades- ¿qué encantadores vecinos? - dice mi madre analizando la discusión con humor.

-te he dicho mil veces que mi nombre no es próstata, y para tu mala suerte sigo vivo y con buena salud más que tú, bruja-grita de vuelta el señor, me percate que los ancianos vivían a cada lado de nuestra casa, que agradable sorpresa.

-Abuela..., no discuta o te subiera la presión de nuevo-dice un chico saliendo de la casa de al lado, era un chico un poco alto de tez blanca, ojos verdes intenso y su cabello teñido de blanco, vestía con ropa deportiva.

- Clint, encierra a esa vieja bruja al asilo nos haría un gran favor a todos- sugiera carcajeándose, aumentando el enojo de ignora-abuela, te he dicho que no moleste al señor Prostacio- aguante la risa, no podía creer que se llamara así.

la susodicha apretó los labios con fuerza, se veía como una niña regañada por su padre-vamos a casa te toca la medicina- le dijo fastidiado el chico rascándose la nuca, Ignacia molesta sin poder hacer mas nada obedece- lo siento, mi abuela suele ser un poco imperativa a pesar de su edad-dice el tal Clint.

-Comprendo, a su edad vuelven hacer unos adolescentes rebelde- menciona mi madre comprensiva.

El chico asiente metiendo sus manos en su chaqueta lanzándome una mirada de observación un tanto incomoda vi a otro lado- por cierto, soy Helene y ella es mi hija Candy- mi madre nos presentó.

-un gusto conocerlas, si necesitan a un hombre fuerte con buenos músculos estaré en la casa de al lado- menciona con aire de superioridad.

-lo tendremos en cuenta, gracias- hable cortante, ganándome un suave golpe de mi madre, el chico soltó una risita burlona.

..........

La noche había llegado y consigo mi cansancio, mañana tendría clases y mi vida de adolescente de último año de preparatoria comenzaría, todo un fastidio.

Me doy una ducha necesaria, al salir me pierdo en mi armario buscando una pijama corta, la noche estaba calurosa, abro las ventanas de mi habitación para que la suave y refrescante brisa se volará en mi habitación.

La vista del bosque me causaba curiosidad,era tan intenso que cualquier animal salvaje se podría colar en cualquiera de las casas, la brisa soplo fuerte alborotando mi melena con fuerza, el grugir de las ramas y hojas seca me pone atenta ,¿será un animal salvaje?,me pregunte a volver escuchar el crujir de las hojas al ser pizada, me aterraba porque venía del bosque, una figura masculina se hallaba parada cerca al pino más cercano de mi patio trasero,una sensación de miedo me invadió cada célula de mi delgado cuerpo, no podía verlo desde mi ventana, unos cuantos metros nos separaban, no sabía que hacer en esta situación,¿Acaso es un asesino como de las películas de terror?.




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