Obliviate - x Draco Malfoy

Chapter Thirty Three

A.R x D.M
 

𝓐𝓥𝓐𝓓𝓐 𝓚𝓔𝓓𝓐𝓥𝓡𝓐 

ᵃᵛᵃᵈᵃ ᵏᵉᵈᵃᵛʳᵃ

 

El gran día había llegado, hoy era el día en el que Draco y Akira tendrían que ponerle fin a la misión. Sus nervios se encontraban a flor de piel, querían que todo saliera según lo planeado. El armario ya se encontraba listo, los mortífagos entrarían en Hogwarts al caer la noche, ambos tenían la suerte de que Snape los estaba ayudando, aunque eso seguía sin convencer a Draco.

Todos estaban en clases de Pociones con Slughorn, Akira se encontraba anotando en una hoja que tenía apartada sobre pociones curadoras, aunque todo iba a ser en vano, porque luego de ese día no pensaba que volverían a pisar Hogwarts.

Las clases de Slughorn no siempre eran aburridas, lo bueno que tenían es que siempre aprenden cosas nuevas e innovadoras, pero ese día había sido la gota que derramó el vaso. Luego de sus clases con Slughorn todos decidieron ir a descansar un rato, a la noche tendrían trabajo que hacer. Fueron hasta la sala común y de ahí a la habitación de Draco, él observaba las pequeñas cicatrices que le habían quedado a Akira luego del ataque de Harry Potter. No eran muy lindas, pero con el tiempo se iban a ir.

Draco miraba a Akira como si fuera un sol que iluminaba su vida. Ella, al devolverle la mirada, notó el pequeño destello que brillaba en uno de sus ojos. Draco sonrió después de varios días, cosa que a ella le hizo feliz.

— ¿Sabes que estoy pensando? —le pregunta él acariciando sus cicatrices y desabrochando un botón de su camisa, Akira lo mira levantando sus cejas mientras ríe débilmente.

— ¿En qué estás pensando? —Cuestiona siguiendo su juego, una de sus manos viaja a la corbata del rubio y comienza a tirar de ella despacio.

La puerta de la habitación sonó interrumpiendo el momento, alguien estaba molestando, Akira se acomodó la camisa mientras que Draco hacía lo mismo con la corbata. Cuando se abrió la puerta apareció Theodore y los miró confundidos.

— ¿Qué hacen aquí? Snape los está esperando en el aula de Defensa contras las Artes Oscuras. —Les dice frunciendo el ceño, observó a Akira y notó la leve rojez que tenían sus mejillas dándose cuenta lo que interrumpió, sonrió levemente y Draco lo notó.

— No iremos.

— Pero necesita hablar con ustedes, dijo que era importante y que no sean vagos.

Ambos se levantan de la cama y se ponen de vuelta sus capas, fueron a ver qué pasaba y qué necesitaba el profesor. En el camino Theodore estuvo mirando un poco más a Akira, cosa que Draco notó y pasó su brazo por el hombro de Nott.

— ¿Se te ha perdido algo, amigo? —pregunta disimuladamente y él niega.— Entonces deja de ver a mi novia de esa manera, hasta a mí me incomodas.

Al entrar, las primeras personas que se cruzaron fueron Crabber y Goyle que los observaban confundidos. Nunca faltaban a las clases de pociones y esta no tendría que ser la excepción. Luego comenzaron a escucharse murmullos diciendo rumores que se habían creados de ellos y que, al parecer, estaban muy ocupados en las habitaciones.

Snape los esperaba sentado en su escritorio, cuando se acercaron los miró de mala manera y tomaron asiento.

— Primera cosa que tengo que decirles, luego de la clase quédense porque tengo que hablar con ambos y segunda cosa, pónganse a trabajar ya mismo, no me gusta que mis alumnos falten a las clases. —reprocha— ¡Y no quiero escuchar protestas cómo respuesta! ¡Cinco puntos menos para Slytherin por impuntuales!

Se sentaron junto a sus amigos y preguntaron qué era lo que había que hacer. Estaban viendo sobre alguna clase de maldición y había que estudiarla para la próxima clase, si supieran que no habría próxima clase. La clase terminó pocos minutos después, todos salieron del aula y quedaron a solas con Snape. Se acercaron al escritorio mientras que el profesor sacaba algo extraño del cajón.

— Quiero que ambos tengan esto. —extiende el objeto y era una especie de sortija— Dumbledore me mandó a darles esto, es una de sus sortijas favoritas de la suerte.

— ¿Seguro que no tiene ninguna maldición?

— Él no les haría eso a ustedes, así que no, Riddle, no tiene ninguna maldición. ¿Ya están preparados para su misión?

— Nunca se está preparado para matar a alguien, profesor. —Le responde secamente y él asiente.

— Entiendo, ya pueden irse.

Las horas pasaban demasiado lento, Akira necesitaba hablar con Dumbledore antes de lo que iba a pasar. Estuvo paseando mucho rato por los pasillos hasta que tuvo la valentía necesaria para ir y hablar con él, pero hubo un pequeño percance, no estaba en su oficina y tampoco por la escuela, preguntó a varios profesores y ninguno tenía idea de dónde podría estar.

Estaba caminando por uno de los pasillos ocultos cuando del otro lado escuchó un par de voces, se pegó al tapete con el cual estaba escondido el pasillo e intentó entender de qué hablaban o quiénes eran.

— Pero ¿Y si vuelve tarde cuando el horario para cenar terminó? ¡Le tendríamos que guardar comida para cuando vuelva!

— ¡Que no! No podemos guardar comida.

— ¿Por qué no? —las voces se iban alejando.

— Porque no, Ron. Ya deja de preguntar.

Akira empezó a apurar sus pasos y fue directo a la sala común de su casa, Draco la estaba esperando. Sacudió mi cabeza, intentando sacar los pensamientos intrusivos que querían ponerla mal, y entró a la sala.

— ¿Pudiste hablar con él?

— No estaba, ¡Y adivina! Potter tampoco está, escuché a Ron hablando de eso con Hermione.

— Tenemos una misión que cumplir, esperemos que aparezca luego de cenar porque sino no sé qué haremos.



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En el texto hay: fanfic, hogwarts, dracomalfoy

Editado: 29.12.2023

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