Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1)

01

Draco

Siempre tuyo, Draco Malfoy.

Un largo suspiro salió de mis labios al escribir esa última palabra: siempre tuyo. ¿Cómo puedes entregarle tu corazón a alguien sin que esa persona lo sepa? ¿Como viven con el pensamiento de lo que pudo ser y no fue?

Ojalá hubiera podido olvidarlo y seguir adelante. Dejar de sentir, dejar de pensar, dejar de respirar...

Viví con ese sentimiento casi por dos años. No era fácil y tampoco pretendía que lo fuese, ya había aprendido a vivir con ello. Con el hecho de mirar por la ventana e imaginarme una vida con ella, pero no tenerla.

Odiaba sentirme así. Ella ya no estaba, pero seguía grabada a fuego en mi, y era algo que me hacía débil.

No soy una persona diseñada para amar, pero con ella fue diferente. Era diferente. Nadie había conseguido hacerme sentir lo que ella... Esa pasión, esas ganas de quemar el mundo por sus besos. Eso. Eso era la debilidad consumiéndome como fuego al papel.

Dos toques en la puerta fueron suficientes para sacarme de mis pensamientos y cerrar con rapidez el cuaderno en el que estaba escribiendo.

Sin permiso alguno, la puerta se abrió, dejando ver a mi madre.

—Es hora de irse —dijo—, o llegarás tarde.

Cerró la puerta detrás de ella y yo solté un bufido.

Lethe

Los gritos de mi madre retumbaron en mis oídos, obligándome a abrir los ojos para verla ahí parada con la cara roja por la ira.

—Buenos días.

—Llevo más de media hora llamándote. —Jaló de las sabanas, dejándome expuesta al aire frío—. Levanta, llegarás tarde.

—Ya voy —murmuré aún candada y con los ojos pesados.

—Te esperamos abajo en diez minutos.

Remoloneé por unos segundos, hasta que me levanté de la cama.

Era mi primer día en Hogwarts. Nunca había estado en una escuela, siempre fui enseñada en casa, pero mis padres creían conveniente el estudiar en una escuela de magia de verdad.

Hogwarts fue a donde conocieron y se enamoraron. Por lo que decían, esa escuela les cambió la vida.

Aunque no sabía si tendría el mismo efecto en mi. Habría que esperar a ver cómo evolucionaba el año.

Una vez terminé de guardar todo lo necesario, bajé a dar con mis padres.

—Bueno días —habló mi padre— ¿Lo tienes todo? —preguntó llevando la mirada hacia mi baúl.

Respiré hondo y asentí con la cabeza.

—¿Estás nerviosa? —preguntó mi madre.

—Un poco. Además, echo de menos Italia.

—Tranquila, hija, te va a encantar Inglaterra. —sonrió, pasando la mano por mi pelo—. Y en Hogwarts harás muchos amigos.

El camino hacia la estación me lo pasé pensando en como sería este año.

Nunca me había tenido que enfrentar a ese tipo de situaciones, ya que siempre he estado en mi casa y mis padres eran bastante estrictos al tratarse de mi. Nunca tuve amigos, ni pude salir a la calle y divertirme como una chica normal de mi edad.

🥀

Al llegar al andén, me quedé embobada. Habían muchas familias con carritos y equipajes en ellos. Pude apreciar como los niños y niñas se despedían de sus padres, y subían al tren con una sonrisa en la cara.

El expreso de Hogwarts era impresionante. Su color rojo escarlata me dejó hipnotizado por segundos.

Despegué los ojos del tren y los puse en mis padres. Estaban raros. Miraban a todos lados como si notasen que alguien nos estaba observando.

—¿Todo bien? —pregunté.

Ambos me miraron y fingieron unas sonrisas.

—Sí, todo está bien. Sube ya, apenas quedan unos minutos para que parta —dijo mi padre.

Me despedí de ellos con un abrazo y me di la vuelta para irme. No caminé ni dos pasos, cuando noté como mi madre me sujetaba delicadamente el brazo.

Miré hacia ella y pude ver su cara de angustia. Mi padre la miraba como si no le gustara la acción que acababa de hacer.

—Lethe, quiero que me escu-

—Diane —la interrumpió mi padre.

Ella lo miró.

—Alexander, solo me estoy despidiendo de mi hija —dijo molesta, y volvió la vista hacia mi.

—Pase lo que pase este año, quiero que sepas que te quiero muchísimo —Me dio un beso en la frente—. Venga, o llegarás tarde.

La miré extrañada, pero luego asentí y me alejé de ellos, entrando en el gran tren rojo escarlata.

Era grande y me sentí algo intimidada al ver a todos los de mi año junto a sus amigos. Estaban en los compartimentos, hablando y riendo de cómo les habían ido las vacaciones.

Me quedé estática en mi sitio hasta que un chico tocó mi espalda para llamar mi atención.

Me giré y me encontré con un chico alto, de tez morena y un temple serio.

—¿Eres nueva? —preguntó extrañado, como si no fuese muy usual ver rostros nuevos.

—Sí. Soy Lethe Shafiq. —Extendí mi mano para presentarme cordialmente.

—Blaise Zabini. —Aceptó mi agarre, zarandeado o suavemente un par de veces—. ¿Quieres venir a mi vagón? —ofreció, soltando mi mano.

—No quiero incomodarte.

—No lo harás. Mis amigos aún no han llegado, por lo que me puedes hacer compañía mientras tanto y así te podré contar lo que te espera en Hogwarts.

—Suena bien. —Asentí, para luego seguirlo por el pasillo.

Draco

—Ten mucho cuidado este año y no falles. Dependemos de ti en muchos aspectos.

Ya estábamos delante del tren que me llevaría de vuelta a ese maldito colegio; otro año más.

—Lo sé, lo tengo todo controlado.

Iba a ser un año de mierda, estaba totalmente seguro de ello.

—Bien, espero que no nos decepciones— dijo ella.

—Que irónico que digas eso, cuando ustedes son los que me decepcionáis como padres día tras día —susurré.

—¿Qué dijiste? —preguntó.

—Nada. —Pasé los dedos por mi pelo y me fui alejando—. Me tengo que ir.

—Bien, nos veremos en vacaciones —dijo.



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En el texto hay: amor, amor desamor, dracomalfoy

Editado: 19.04.2022

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