Tú

Tal vez fue el sin fin de cosas que me aterraba al sentirte cerca.
Lo mucho que mi cuerpo se encariñaba junto al tuyo cada noche que pasábamos juntos entre caricias y anhelos,

el como repasaste cada línea blanca de mis muslos, 

desde las marcas púrpuras hasta las hendiduras de mi piel y describían mi historia.
Del como no te importó que pequeñas cosas adornaran mi cuerpo y tú las titulabas como marcas de guerra.
El sentir tu lengua delineándolos con absoluto placer, alzando tu mirada desde allí abajo y verme con total dulzura que destellaban tus ojos me hacían cuestionarme si eras real.
Tal vez fue tu manera de tratarme, de hacerme sentir viva que me hizo entender que te quería de una manera que solos dos personas llegan a descubrir el uno con el otro.
Pero ese querer era más especial y estúpidamente romántico del que alguna vez pudimos siquiera imaginar tener.
Donde no vi ningún defecto en ti, aunque tú dijeras que los tenías.
Te vi. Siempre te vi, y aun así me preguntaba si lo que sentía por ti era una mera casualidad.

Éramos ambos luchando con lo que se nos atravesaba pero nunca nos dejábamos caer.