Una noche de verano salieron de un pub riéndose Rebeca de 23 años, administrativa, rubia y con buen sentido del humor, y Cristina de 25 años, una atractiva policía de pelo largo, cuando, de pronto, Rebeca tuvo el presentimiento de que les sigue alguien. Ella se giró haia atrás pero no vio a nadie y continuaron las dos hablando. Cuando llegaron a la calle en la que sienpre se separan, se despidieron la una de la otra para irse a sus casas.
Mientras Rebeca iba subiendo por las escaleras se oyeron pasos de una persona pero cuando ella giró la cabeza se apagó la luz y vio un hombre alto, de pelo corto y cuerpo delgado entre la oscuridad.
A la mañana siguiente fue a llamar Cristina a Rebeca a su piso. Cristina tocó varias veces a la puerta pero o abrió nadie. Entonces la chica la llamó por el móvil pero no contestaba. La atractiva policía salió del bloque de pisos de su amiga y se fue al trabajo.
Cuando llegó al trabajo sus compañeros policías Ana, Carlos, Sergio, y el jefe de policía, Sebastián, la vieron con cara de preocupación, por lo que Sergio, a quien le gusta saber todo, le preguntó por qué tenía esa cara y ella le contestó que no sabía el paradero de su amiga. Al decir eso ella, todos la animaron diciéndole que habría ido a algún sitio y que no pasaría nada.
Cristina llevaba tres días sin tener noticias de Rebeca. Ella telefoneó a los padres de la administrativa y tampoco sabían de su hija. También llamó a su prometido, pero no sabía nada y él también la había llamado.
Así que Cristina comenzó a investigar qué le había podido suceder y dónde estaba. En la investigación les estaban ayudando sus compañeros del cuerpo de policía. Al cabo de unos días, aún la desaparecida no había vuelto y tanto los policías como sus allegados sabían que Rebeca no había ido a trabajar ni se le había visto por ningún sitio.
Por la tarde, tras una semana de dura investigación, la chica policía estaba cansada y triste y su compañero de trabajo, Carlos, le invitó a cenar para que no estuviera deprimida. Cuando salieron del departamento de policía, cada uno se va a su casa para arreglarse para salir. Los dos amigos se juntaron en la puerta del restaurante y entraron. Comenzaron a cenar, se hacñian miradas el uno al otro, conversaron muy cariñosos y riendo. Eso le hizo a Cristina no pensar en su querida amiga y se sintió mejor. Después salieron del restaurante, él la llevó a la puerta de su casa y se dieron un beso de despedida. Días después ellos empezaron a ser pareja aunque ella todavía seguía preocupada por Rebeca.
De pronto llamó Ana a Cristina diciéndole que había encontrado el teléfono móvil de Rebeca pisoteado a dos manzanas de donde vivía la desaparecida, y Cristina le contestó que le llevase el móvil. Cuando se lo llevó la policía comenzó a ver las huellas del teléfono. Ya hechas las pruebas, salieron las huellas de la joven de 23 años, de la policía que encontró el objeto y de Cristina.
Una tarde estaba en casa la policía de pelo largo mirando las cosas del móvil de su amiga como los mensajes y los números de teléfono; pero solo habían mensajes de Cristina, de su familia, de varias amigas y de números de teléfono de personas desconocidas. De repente sonó el teléfono fijo, ella lo cogió preguntó quién era y respondió Carlos que era él, que si quería irse a su casa para hablar y estar juntos y ella le dijo que si, que iba en un rato. La chica se levantó, cogió su bolso y salió hacia la casa de su novio.
Cristina llegó a la puerta de la casa de él, tocó la puerta y abrió Carlos. El policía le dijo que entrase, que se sentase y se acomodase. Comenzaron a hablar de irse a vivir juntos pero la muchacha le dijo que hasta que no encontrase a su amiga, no ib a a ser del todo feliz y que era muy pronto para irse a vivir con Carlos.
Entonces él le dijo que si Rebeca era más importante que su novio y ella le respondió que sí. Al saber la respuesta, Carlos se fue a la cocina a beber un vaso de agua y para no pelearse.
Cristina le preguntó si podía ir al aseo y él le dijo que sí. La policía iba por el pasillo hacia el cuarto de baño y vio una puerta entreabierta. Cuando salió del aseo, ella fue hacia la habitación de la puerta entreabierta, entró y dio la luz, y cuando encendió la luz, y se encontró con el cadáver de Rebeca. Ella se asustó, entró Carlos y Cristina se giró. La chica atractiva se asustó y él le dijo, con cara de pocos amigos, que qué hacía ella en esa habitación, y ella le contestó que solo quería fisgonear.
Entonces el policía le anunció que no podía salir de su casa porque había descubierto dónde estaba su amiga. Carlos se la llevó al salón-comedor y le ató los pies y las manos.
Su supuesto novio le dijo a Cristina que era como Rebeca. Ella le preguntó que en qué se parecían y por qué mató a Rebeca. Él le habló de cómo murió y por qué:
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Editado: 06.01.2020