La ventana es pequeña, solo puedo ver el cielo. Quisiera saber que hago aquí, la cabeza me pesa, pero hago un pequeño esfuerzo y de repente lo recuerdo, todo empezó aquel día…
Era un lunes muy aburrido, el fin de semana había salido con mi novia por lo que decidí navegar por internet para despejar la mente y por cosas de la vida había recordado una página de chat anónimo que mis amigos habían mencionado en la cual acabé accediendo. Cree un Nick con el nombre del personaje de una serie y busque en el chat de mi país los Nicks con nombres femeninos. Busque y encontré un Nick y le puse –Hola-.
- Qué tal?- me respondió rápidamente.
- Bien y vos? De donde sos? – escribí.
- Lambaré y vos?-
- De Asunción, cuantos años tenés? –
- tengo 42 y vos? – me respondió.
En ese momento me pareció interesante, me gustaban las mujeres mayores, pero nunca había hecho nada con otra mujer desde que tengo novia por lo que pensé que si era anónimo no iba a suceder nada y le respondí.
- Tengo 29, sos casada, soltera? – continué preguntando.
- Casada y vos? –
- Con novia – le respondí sin necesidad de mentirle.
Y continuamos escribiendo por un tiempo, todo en anonimato, solo sabía que era una casada de una ciudad aledaña a Asunción hasta que me sugirió conocernos ese mismo día. Ni siquiera escribíamos por whatsapp solo por el chat anónimo desde el celular, lo que si hicimos fue alzar una foto en imágenes temporales de google, las que se dejan por 5 minutos, pero ninguno mostró bien su cara, ya que usábamos tapabocas.
Cuando me había sugerido lo de conocernos me deje llevar por la excitación y la adrenalina de algo prohibido, ni siquiera quería sexo, solo buscaba la emoción de hacer algo a escondidas. Accedí a su propuesta de conocernos, antes de su sesión de gimnasio esa tarde – noche, creía que ella solo quería un poco de emoción también.
Al salir de la oficina la esperé en mi auto en el estacionamiento del shopping y mientras me seguía escribiendo solo por el chat, así fue como me indico más o menos la ropa que tenía. En ese momento estaba ansioso, me decía a mí mismo que solo sería conocernos, no haríamos nada más; luego de un rato me aviso que llegó y fue cuando vi a una mujer con su descripción. Iba totalmente de negro, con ropa deportiva, tenía el cabello negro atado y con el tapabocas correspondiente miraba de un lado a otro porque al parecer no ubicaba mi auto, me tuve que bajar a hacerle un gesto para que me vea y ahí me vio se subió a mi auto, se sacó el tapabocas y comenzó a hablar.
- Con que sos el famoso Stark – Mi Nick del chat.
- Así es le respondí – sonriendo.
De inmediato sentí que lo que estábamos haciendo no estaba bien y tuve un poco de miedo.
- Ey que te pasa, en el chat estabas canchero y ahora ni una palabra – soltó entre risas.
- Yo soy así nada más, habló poco- le respondí.
- De verdad? No te emociona la adrenalina, yo hacía esto mientras estaba soltera usando este chat, pero hace años no lo hacía.
- ah en serio? – le dije
Luego comencé a pensar que lo que estaba haciendo era una locura, no hubo química al verle y de repente solo quería ya concluir el encuentro así que le pregunté si me conocía de algún lugar para evitar problemas.
- La verdad que no y vos? – respondió.
- Tampoco, te parece si ya nos vamos a tu sesión de gimnasio. – le dije nervioso.
- Bueno – respondió mientras miraba en la ventana.
En el trayecto comenzó a hablar, sin darme detalles específicos, de las cosas que hacía y preguntándome a mí también sobre diversas cosas, era de Lambaré, trabajaba en el poder legislativo, tenía una hija y eso fue todo lo que me contó.
Cuando llegamos al gimnasio, noté que quería besarme, pero yo no tenía intención y me hice del desentendido, nos despedimos con un apretón de manos, se bajó, se fue y creí que esa sería la última vez que la veía.
Al día siguiente continúe con mi vida normal en la oficina y nuevamente me conecté al chat por aburrimiento con mi Nick de siempre. Apenas me conecté ya me escribió.
- Hola como estas?.-
La ignoré.
- Estas? – volví a ignorarla.
- Respóndeme- El tercer mensaje encendió una alarma en mí y decidí cortar por lo sano.
- Hola, me pareciste linda la verdad, pero es mejor no seguir más, sos casada-.
- Mmm entonces te parecí linda? Mirá que me puedo poner aún más linda, que te parece si el viernes me pongo otra ropa que no sea de gimnasio y nos escapamos de mi marido y hacemos cosas prohibidas.
Fue un error halagarla pero quedé sorprendido por eso, algo excitado, pero me calmé y le dije que era mejor que lo dejemos así y me despedí.
- Mmm vamos, solo va a ser una vez y nunca más lo haremos, será como lo que hacía en la disco antes, salir una vez y nunca más – me respondió inmediatamente.
- Es mejor que no, sos linda, pero es mejor que no –
Mencionarle nuevamente que era linda fue un error, por qué me lleno de mensajes en el chat.
- Estas?.-
- Léeme.-
- Hola.-
- Hazme caso.-
- Ya te desconectaste?-
Esta sucesión de mensajes hizo decidirme en salir del chat, me asusto tanto que ese día ya no me volví a conectar.
Pasó unos días y me volví a conectar con otro Nick al chat de la sala y seguía el Nick que ella utilizaba, volví a desconectarme ese mismo día.
No le conté a nadie de eso y seguí mi vida normal, trabajaba, iba a lo de mi novia y luego a mi casa. Parecía todo tranquilo hasta aquel día.
Era un día normal de invierno estaba oscuro ya mientras iba al estacionamiento y ahí vi a una mujer de negro, con ropa de gimnasio cerca de mi auto. Al principio no me asusté, luego al ver su rostro mi corazón se encogió. No lo podía creer, que hace ella ahí? Pensé en mil cosas, no le había dado mi número, ni dirección, ni correo; nada, como pudo ubicarme? Y por sobre todo que hacía acá, no habíamos hecho nada y solo fue un encuentro de unos minutos, una alarma en mi cabeza sonó, pero decidí ir a hablarle igual.